Bienvenidos a Manga Plus en cuarentena, una semana más y van. Esta edición, la crisis se expande a la industria del anime, y una nueva serie llega al app.
Si bien nos siguen corriendo la línea de meta, la fecha en que esta aislamiento obligatorio a raíz de la pandemia global del coronavirus por fin se digne a terminar, esta semana por lo menos tenemos el solaz de una nueva actualización en el app y sitio web de Manga Plus. Lo que se siente como una cantimplora en el desierto luego de una semana sin Jump (aunque hubo actualización en español de series que vienen atrasadas en relación a la versión en inglés), y un próximo fin de semana también sin novedades. Esta vez, lo publicado corresponde al renombrado número doble 21/22 del 2020 de la revista Weekly Shōnen Jump, así como una selección de lo editado en Japón en la app Shōnen Jump+. Como la última vez, la tapa, un tanto simplona y poco atractiva si me preguntan a mí, le toca al debutante: Bone Collection, de Jun Kirarazaka.
Las noticias, lamentablemente, y para no desentonar con el tono apocalíptico que caracteriza esta temporada del programa que llamamos planeta Tierra, son malas. Luego que nuestra esquina preferida del mundo del manga se viera afectado por el contagio de COVID-19 entre el staff de la Weekly Shōnen Jump, ahora le toca al turno a la industria del anime. En el contexto de un “baño de realidad” y endurecimiento de la respuesta del gobierno japonés a la crisis en desarrollo, que los obligó incluso a cancelar las Olimpiadas Tokio 2020 para el año próximo, los estudios de animación han comenzado a poner en parate la emisión de capítulos estreno en la televisión nipona. Los primeros anuncios fueron para las series de emisión permanente, como One Piece, Boruto y Black Clover. Ahora, ya se está posponiendo el estreno de temporadas programadas para la segunda mitad del año, como el muy esperado segundo cour de The Promised Neverland. Crucemos los dedos que la segunda parte de Haikyuu!! To The Top ya esté terminada…
Una ¿buena? entre tanta pálida es el anuncio inesperado por parte de Sony Pictures de una adaptación live-action yanki de One Punch Man, serie creada como webcomic por ONE, luego redibujado por Yusuke Murata y editada por Shueshia de manera digital en un sitio asociado a la Young Jump. El film sería producido por Avi Arad, quien jugó un rol importante en los primeros films de Marvel como Blade y X-Men (¡qué bien!), pero escrito por Scott Rosenberg y Jeff Pinkner, quienes firmaron la reciente Venom (¡qué mal!) y el exitoso revival de Jumanji (…).
El anuncio confirma que la reciente ola de adaptaciones hollywoodenses de manganimes exitosos solo está empezando. Si bien los resultados iniciales han sido mixtos (defiendo Alita a muerte, no voy a dignarme a ver la GitS de Scarlett¸ me despierto en mitad de la noche sudando frio cuando sueño con la adaptación de One Piece que prepara Netflix), OPM parece una propiedad intelectual que artistas norteamericanos podrían llegar a entender y realizar con cierto grado de éxito. Dicho esto, la pluma de ONE es distintivamente japonesa, y Saitama no es Superman. Hagan sus apuestas.
Por último, sucedió lo inevitable. Según las estadísticas de Oricon, Kimetsu no Yaiba rompió el record de mayor cantidad de tomos vendidos en un año con la friolera de más de 38 millones de ejemplares. Y todavía falta más de medio año para que termine 2020. El record lo tenía hasta ahora One Piece, que supo vender 37.996.373 copias en 2011.
Pero no desesperen fanáticos de Luffy, hay una buena para Uds. también. Se anuncia una adaptación al manga de la light novel que avanza sobre los años formativos de Ace, One Piece Novel A de Shou Hinata y Tatsuya Hamazaki, por ningun otro que el virtuoso artista coreano Boichi, que ya forma parte de la Jump como coautor de Dr. Stone.

Bone Collection #1: “¡No quiero morir!”
El otro día escuche a un mangatuber local enumerar como una de las razones del fracaso de Samurai 8 fue ensayar un híbrido entre ciencia ficción y samuráis, cuando eso está demodé. Ahora lo que sale, según él, es una vuelta a lo “clásico” a la fantasía y al folklore japonés, a los cazadores de demonios, los shinigami y los youkai. Tras una mirada al índice de Manga Plus, me siento inclinado a darle la razón (o, por lo menos, a pensar que los editores de la Jump están de acuerdo con él). En el género de acción y demonios se cuentan Kimetsu no Yaiba, Jujutsu no Kaisen, Chainsaw Man, y también podríamos incluir comedia Mitama SecuReity. Si abrimos el abanico a la fantasía más de corte occidental, tenemos también a Black Clover, Mashle y Majo no Moribito.
Bone Collection se entra sin resquemor alguno en esa biblioteca, tanto por la temática, como por su apego a un molde ya probado y reprobado. Su autor, Jun Kirarazaka, es un novato en el mundo de la Jump. Sus únicas intervenciones conocidas en la revista son haber sido asistente en la serialización de la The Last Saiyuki (nuevamente, otra serie de acción y demonios, esta cancelada a los tres tomos). y haber pulido el concepto inicial de esta obra en un one-shot que vio prensa a fines de agosto de 2019. Si el resultado es “clásico” o trillado, queda a criterio del lector.
Para ser un manga que se anuncia como desde la portada como una historia de acción diferente e innovadora en su acercamiento al género, su planteo es acaso el más usado en el shōnen: Kazami Jinnai es un chico de 16 años que reparte su tiempo entre la secundaria y cazar demonios en calidad de exorcista. Posición que logró no gracias a mérito propio, sino a pertenecer a una prestigiosa familia con tradición en el ramo. Mas, lo que tiene de nombre le falta de talento, siendo ridiculizado frente a sus compañeros por un youkai no demasiado poderoso. Su suerte cambia, sin embargo, con la literal caída del cielo de una chica linda, que probará ser un factor de peso en su evolución como exorcista.
Si hay que señalar una apuesta en Bone Collector, esta vendría a ser este cruce entre dos fórmulas bien establecidas: la acción con raíz en el folklore nipón del más allá, cuyos exponentes más famosos en la Jump son Yu Yu Hakusho y Bleach, con la comedia harem fantástica, que dependiendo la edad de cada uno le recordará a un ejemplo diferente. (Como yo soy ya tengo mis años, al ver a Paira aparecer en el aire mi cabeza se fue directamente a los viejos OVAS de ¡Oh, Mi Diosa! que pasaron en Locomotion).
Quizás es al inscribirse en esa vena de comedia ecchi es que Kirarazaka decidió hacer a Kazami un pervertido cuyo mundo gira en torno al pecho de las mujeres. De seguro es esta la razón del escote pronunciado de Paira. Si bien no soy un gran fan del harem, entiendo que para que este sea efectivo se debe a) condimentar con buena comedia y b) dotar a las relaciones con cierta profundidad que permita a la historia escapar del puro fanservice. Si bien todavía es muy temprano para emitir juicio sobre lo segundo, en cuanto a lo primero encontré que la serie se quedó corta. Sobre todo, en contraste con la graciosísima Moriking, estrenada en el número anterior. Quizás para un lector japonés de 10 años que se repita “teta” cada dos páginas cuenta como humor (quizás lo era para mí entonces también), pero yo ahora pongo la vara un poco más alta.
En cuanto a la acción, tampoco es nada del otro mundo. El giro al final del capítulo parece sugerir que este ser shōnen de peleas de a pares a lo Soul Eater, o la misma Majo no Moribito. Pero por más ideas brillantes que tenga el autor, el factor determina si las peleas funcionaran (o no) es el dibujo, y por ahora en ese frente también falta desarrollo. Si bien es cierto que ningún mangaka comienza una serialización con pleno control de sus poderes, lo que vemos en este capítulo inaugural de Bone Collector no esta a la altura del dinamismo de, por ejemplo, la recientemente cancelada Zipman!!
El veredicto final vendía a ser que no estoy impresionado con este nuevo título, que se aparece como una más del montón. Lo que es peor, reincide en una temática que en la revista esta siendo ejecutada por experticia en Jujutsu no Kaisen o llevada a otro nivel por Chainsaw Man. Esta serialización va a ser cuesta arriba.
Vamos con el “ranking”. El desarrollo que arroja una gran sombra sobre el futuro a mediano plazo del índice de la Jump es el inminente final de dos fijas de la revista: Kimetsu no Yaiba y The Promised Neverland (el segundo aparentemente confirmado para el número 23, el primero deducido por noticias en principio mal traducidas). La conclusión de ambas series, acaso las más exitosas de la década pasada junto con My Hero Academia, particularmente en Occidente, abrirá nuevas oportunidades tanto por arriba como por abajo.
Como demuestra el rankeo de esta semana, con el triunvirato Kimetsu no Yaiba, One Piece y Dr. Stone a la cabeza, y que tiene ausente a un Promised Neverland que suele lograr mínimo un top 5, la conclusión de ambas serializaciones abre la cancha para que mangas establecidos, pero retenidos en la mitad de tabla por los punteros de siempre, piquen a la punta. La pregunta sería ¿Quién será el nuevo “pilar” de Manga Plus?
Dos son los candidatos claros: Jujutsu no Kaisen de Gege Akutami, que tiene una adaptación al anime en ciernes, y Chainsaw Man de Tatsuki Fujimoto, que está ganando mucha tracción en Japón y Occidente por igual. (A Mashle hay que darle tiempo todavía). Estrenadas en 2018, ambas series tienen en común su tono oscuro y violencia subida de tono, y ponen sobre la mesa todos los tropos que acostumbran tener un shōnen exitoso en la Jump. (Es este requerimiento y no otro lo que deja afuera a una serie excelente como Act-Age de reclamar esa corona).
En este sentido, lo que podría jugar en contra al manga de Fujimoto, que básicamente es un seinen en todo menos en revista de publicación, es que este carácter “maduro” le impida tener un anime en horario central, o que la adaptación sea suavizada a este fin. Por lo demás, ahora que les toca estar debajo del reflector, Jujutsu no Kaisen y Chainsaw Man tienen tres rutas posibles: ser un fracaso que no supere las expectativas de la editorial, alcanzar un nivel de éxito como Black Clover o Dr. Stone que les permite seguir en carrera, o romper todos los moldes y dar el batacazo como hizo Kimetsu.
Por abajo, el retiro de dos series insignia quita presión de la “zona de descenso”. También explica porque se anunció el estreno de 3 nuevos títulos, pero solo se discontinuó a uno solo (Zipman!! Q.E.P.D.). En particular, los beneficiados serían Agravity Boys y Majo no Moribito, que se vienen repartiendo el último puesto desde hace un rato. Las ventas del primer tomo de Agravity Boys tampoco han destacado, y la ubican firmemente atrás de Undead Unluck y Yozakura-san Chi no Daisakusen. Dicho esto, queda claro que a Shueshia no le tiembla el pulso, y si creen que un manga no está funcionando le van a bajar el pulgar sin resquemores porque saben que detrás tienen una cantera casi inagotable de talento con el cual reemplazar el hueco. Y quien lo dude, que pegue una mirada a lo que se publica en Jump+
La semana que viene nuevamente no hay Manga Plus, pero la otra tendremos la actualización correspondiente al número 23 del año 2020 de la WSJ. La portada será grupal (¿estarán todos con barbijo?) y traerá el “climax final” de The Promised Neverland. Las páginas a color serán para Neverland, Kimetsu no Yaiba, Bone Collection, y HEAVY METAL YANKEES, one-shot del autor de la recientemente terminada Hinomaru Sumo. Aunque como hemos visto, estos mangas autoconclusivos no vienen siendo traducidos últimamente, dándose prioridad a las nuevas serializaciones. Bueno, ahora, a aguantar, y nos leemos en mayo.