Esta semana en Manga Plus en Geeky, anuncios de nuevos comienzos y finales esperados.
La actualización de la app y sitio web de Manga Plus de este domingo, correspondiente al número 27 del 2020 de la revista Weekly Shōnen Jump y una selección de Shōnen Jump+, no solo trae de vuelta a One Piece, que se queda con la portada. Además, viene repleta de novedades, anticipando un mes de recambios que renovará buena parte del índice de la revista.
Primero, los finales.
Como veníamos anticipando desde hace semanas ya (el domingo pasado lo leí pensando que era el último capítulo y me llevé un chasco), The Promised Neverland terminará el domingo 14 de junio con una entrega número 181 extragrande. Fieles a su plan original Shirai y Demizu contaron una historia con principio, nudo y desenlace, y terminaron en sus propios términos. Con una friolera que ascenderá a 20 tomos, se suma a Kimetsu no Yaiba en la tendencia de éxitos de la Jump que no se quedan más de lo necesario. Nos despediremos apropiadamente de Emma, Norman y Ray en la columna de la semana que viene, cuando reseñemos el capítulo final.
El otro final pasará desapercibido para los usuarios de Manga Plus. De la veintena de títulos serializados en la Jump, Yuragi-sō no Yūna-san (o Yuuna and the Haunted Hot Springs en su traducción en inglés) es el único que no es publicado en la app. Probablemente porque prefirieron evitar los ceños levantados que podría traer su humor de harem ecchi, que probó ser controversial hasta en su Japón natal. Lo cierto es que con el capítulo 209, el manga de Tadahiro Miura muere en la suya. La serie será recopilada en 24 volúmenes.
Con estas dos despedidas, más el reciente final de Kimetsu (y, como especularemos abajo, alguna cancelación), queda mucho terreno libre en el índice, y por eso la temporada de estrenos se adelanta unas cuantas semanas a lo usual. Generando incluso más expectativa, dos de las cuatro series anunciadas están comandadas por autores con por lo menos un hit en la Jump bajo su brazo:
La semana que viene (#28) llega Ayakashi Triangle de Kentaro Yabuki. Yabuki probablemente sea más conocido por ser el artista de To Love Ru y su secuela, con guiones de Saki Hasemi. Actualmente dibuja la adaptación al manga de Darling in the Franxx. La nueva serie será su retorno al rol de autor integral, cosa que no hacia prácticamente desde 2004 cuando cerró su primer hit en la Jump, Black Cat. Viendo el pedigree del Yabuki, no si Ayakashi Triangle se trata de una comedia o una de acción, pero seguro viene a cubrir el deficit de ecchi que el final de Yuuna deja en la revista.
El 21 de junio (#29) se viene God of Destruction Magu-Chan de Kei Kamiki. El autor aparentemente es adepto a los seudónimos, pero habría ganado varios concursos y ya habría publicado en otras revistas de Shueisha.
El 28 de junio (#30) se estrena Shakunetsu no Niraikinai de Ryuuhei Tamura. Tamura es el autor de Beelzebub, éxito contemporáneo que alcanzó 28 volúmenes a lo largo de la primera mitad de la década pasada. Viene de un fracaso con Hungry Marie, que apareció en la Jump en 2017 y no logró alcanzar serialización continuada y terminó recopilada en 4 volúmenes.
Por último, en el primer domingo de julio (#3) tendremos Boku to Roboko de Shuuhei Miyazaki. El prontuario del autor, quien realizo el spin-off paródico Oyakusoku no Neverland, entre otros, indica que se tratará de una comedia costumbrista en la vena de las recientes Teenage Renaissance! David o Jimoto ga Japan.
Queda por ver si todas estas series serán traducidas al español, o incluso al inglés. Los nombres conocidos asociados a Ayakashi Triangle y Shakunetsu no Niraikinai básicamente aseguran su llegada a Occidente, mientras que el tono de comedia costumbrista de Boku to Roboko lo pone en duda.
En otras noticias, la tirada de la Jump en papel cae por debajo de 1.600.000 ejemplares. Esa cifra, una locura para el mercado editorial local (hoy Clarín no debe llegar ni a 200.000), representa alrededor del 20% de los 6 millones y medio que llegó a vender en los 90. Con la transición a digital a toda máquina en la forma de Jump+ y Manga Plus, la tendencia probablemente no cambie en el mediano plazo. Por útimo, parte de una campaña publicitaria, la editorial soltó a un verdadero Chainsaw Man por las calles de Tokio.
Haikyuu!! #396: “Hunger: Part 2”
Haikyuu!! de Haruichi Furudate es la tercera serie más longeva en las páginas de la Jump (eso si contamos la intermitente Hunter X Hunter, que publicó apenas más de 100 capítulos en los últimos 10 años). Habiendo acumulado ya más de 40 tomos en su haber, la venía esquivando justamente porque ponerme al día requeriría una inversión considerable de tiempo. Sin embargo, el aislamiento social preventivo y obligatorio (o ASPO para los amigos) puso suficiente en mis manos para comenzar a ver el anime, y una vez devorado, seguí con el manga (que lamentablemente solo está en inglés en la app). Puedo decir felizmente que no me arrepiento de haberlo hecho.
Otra de las razones por la cuales había evitado las aventuras de Hinata y Kageyama es porque, en mi cabeza, la vara para un spokon de la Jump estaba muy alta (y no estoy hablando de Captain Tsubasa). Como mucha gente de mi generación, que lo descubrimos en la pantalla de Magic Kids y lo leimos en la edición de Ivrea, así como todo Japón, considero a Slam Dunk no solo el mejor manga de deportes, sino probablemente el mejor shōnen, punto. Por esta razón, Haikyuu!! me sorprendió para bien condimentando la acción deportiva, siempre el centro de atención en un spokon, con excelente caracterización de los personajes. Que quede claro que no está a la altura del laburo de Inoue-sama, pero es un más que digno intento de llegar a esas alturas.
Jugando con un elenco inmenso, que incluye incluso decenas de jugadores de los equipos rivales del Karasuno, Furudate se toma su tiempo para desarrollar a cada personaje en la cancha. Lo cual es siempre la mejor manera de que cada golpe y cada revés en los partidos este cargado de emotividad e impacto. Me parece muy interesante también que, si bien nueva se vuelve texto, el autor construye del mundo de la serie con suficiente detalle como para que elementos como las diferencias de clase entre los jugadores se haga visible. Por ejemplo, en las casas donde cada uno vive con los padres, y más adelante, en las profesiones que le deparan en la vida adulta.
Pero, por supuesto, si el cariño que uno desarrolla por los personajes es lo que nos hace seguir leyendo, lo que atrae en primer lugar son los partidos, y en esto Furudate tampoco decepciona. Dueño de un lápiz que no tiene miedo de jugar con el costado más idiosincrático del manga, el autor hace que sus personajes se contorsionen y estiren de una manera elástica que recuerda a mangakas más indies como Taiyō Matsumoto, autor de Ping Pong y Tekkonkinkreet. Esto es especialmente cierto en el patido contra Inarizaki, cuando Furudate jugó con una línea más gruesa.
El vóley es un deporte muy dinámico que, aunque pueda parecer estático por la división de la red, implica el despliegue de gran atletismo y movimientos que son capturados con gran arte por el mangaka. Además, como mencionamos antes, el impacto de los golpes y las salvadas se ve amplificado por contenido emotivo, estando intercalados los enfrentamientos con flashbacks usados de manera discrecional.
Ese despliegue, la fórmula ganadora de la serie, también es parte de su mayor debilidad. Empezando por el épico duelo contra Shiratorizawa para calificar para los nacionales, todos los partidos pasaron a durar alrededor de 4 o 5 tomos cada uno, lo que por momentos parece excesivo y se hace largo.
Actualmente la serie se encuentra en lo que el autor ha llamado el “arco final” de la serie, luego de un gran salto temporal que omite el segundo y tercer año de secundaria, y pone a los personajes directamente a jugar vóley profesional. Esta es una decisión acertada, en mi opinión, porque permite nuevas situaciones impensadas como Shoyo jugando beach vóley en Brasil (¡y Oikawa en Argentina!), además de barajar y volver a mezclar a todos los jugadores en nuevos equipos de la J-League. Además, es delicioso como se va revelando el destino pos escuela de la larga lista de protagonistas y personajes secundarios.
En este capítulo (que, como se ve en la imagen, tiene los resultados del a votación japonesa del dream team para la serie), continua el enfrentamiento entre los Adlers de Kageyama y Ushijima y los Black Jackals de Shoyo y Bokuto, con el final del tercer set. La plasticidad y dinamismo del dibujo de Furudate están a la vista en esta veintena de páginas, que dejan de lado la dinámica de flashbacks de las últimas entregas para concentrarse en un rally intenso por el set point.
Todo este partido se ha sentido como una celebración de la serie, recuperando cada personaje y recordando su viaje hasta este punto. Por eso, que la última caja de texto refiera a que “la fiesta terminará pronto”, lo cual podría interpretarse como un aviso del inminente final de la serie, no me desagrada. Sería una buena nota para concluir el manga, optimista y mirando el futuro. O quizás este sea solo el comienzo de un largo arco, donde exploremos la vida adulta de los niños del Karasuno.
Ahora el “ranking”. Con One Piece en portada, la punta le queda al anteúltimo capítulo de The Promised Neverland. Sigue My Hero Academia en su segundo puesto desde comenzamos la columna, y premiado correctamente por los lectores japoneses por la acción vertiginosa que nos está regalando. Detrás, Dr. Stone y Black Clover.
En la zona del medio, tenemos unos Mitama Secu-Ri-ty y Undead Unluck sólidos que se alejan del fondo, así como la última entrega de Moriking antes que comience a rankear la semana que viene.
En el fondo encontramos emparedado entre los sospechosos de siempre, Yozakura-san Chi no Daisakusen, Agravity Boys y Majo no Moribito a una rara mala performance de Act-Age. Quizás se debe a que los japoneses están enojados que el hypeado anuncio de la semana pasada no fue un anime, sino una obra de teatro.
Como anticipamos arriba, la finalización de varias series en la revista adelantó la temporada de recambio, lo que significa que en breve comenzaran los “juegos del hambre” de la Jump. La finalización de dos series esta semana y la que viene deja el índice con 18 serializaciones contra las usuales 20, por lo que podríamos esperar dos cancelaciones en junio.
Como venimos agitando hace rato, Agravity Boys y Majo no Moribito tienen todos los números de ser las desafortunadas escogidas, ya que se encuentran consistentemente entre los últimos tres y los últimos tres estrenos todavía están en periodo de gracia. Por lo pronto, Mitama Secu-Ri-ty, Undead Unluck y Yozakura-san Chi no Daisakusen parecen seguras, aunque si una tercera serie debe irse, de seguro sale de ese trio. A Mashle ni lo considero, porque un mundo sin el manga de Hajime Komoto sería uno sin sentido.
La semana que viene traerá a Manga Plus las novedades de la Jump número 28 del 2020, con el final de The Promised Neverland y el estreno de Ayakashi Triangle de Kentaro Yabuki. Para abrirle cancha al capítulo inaugural doble, Black Clover se ausentará hasta el siguiente ejemplar. Nos leemos la próxima.