Reseña del tomo número veintiuno de la Colección Salvat de DC Comics: Wonder Woman: Paraíso perdido.
Por un problema producto de la importación nacional, esta semana debería haber salido el tomo diecinueve de la Colección, pero en su lugar hemos tenido el veintiuno. El próximo será el veinte y luego el diecinueve ya saliendo el número veintidós en correcto orden.
La amazona más célebre regresa a la este compendio de historias tras haber sido presentada en El Círculo. En esta ocasión, la Princesa Diana es traída a la vida en una obra guionada por George Pérez, J.M. DeMatteis, Marv Wolfman y Phil Jiménez, mientras que los lápices estuvieron a cargo, también de George Pérez con colaboración también de Phil Jimenez.
Pérez es un guionista/dibujante Neoyorquino con ascendencia puertorriqueña reconocido por su estilo claro, dinámico y detallista. Ha sido parte de las mejores historias en la década de los ’80 destacándose en sus trabajos realizados como New Teen Titans, Avengers y Superman: Whatever Happened to the Man of Tomorrow?
DeMatteis, por su parte, ha guionizado varias series animadas como The Real Ghostbusters, Justice League Unlimited, Legion of Super-Heroes, Batman: The Brave and the Bold y Ben 10: Ultimate Alien, así como también varios cómics tales como Batman & Spider-Man: New Age Dawning #1 (1997) y Justice League: Gods and Monsters #1-3 (2015).
Marv Wolfman casi no necesita presentación gracias a sus destacados pasos por Teen Titans (El Contrato de Judas, entre muchos arcos) y por el crossover Crisis en Tierras Infinitas.
Por último, y al igual que Pérez, Phil Jiménez ha sido parte tanto del guión como de los lápices habiéndose destacado como uno de los cinco dibujantes de la miniserie Crisis Infinita (2005-2006), y por sus colaboraciones con el guionista Grant Morrison en New X-Men y Los Invisibles.
Este tomo podría considerarse dividido en dos historias principales. La primera, Dioses de Gotham, reune tanto a Wonder Woman como Batman en una lucha que la cual verá envueltos a tres de los villanos más importantes del Caballero Oscuro con los tres hijos de Ares: Fobos, Deimos y Éride en su afán por dar forma al areópago.
En el segundo fragmento de la aventura de Diana Prince, Hipólita, madre del personaje, ejerce el papel de Wonder Woman con sus compañeros de la JSA, desatendiendo sus tareas como reina de las amazonas.
La primera historia, cargada tanto de acción como de momentos introspectivos, nos permite recordar porque Wonder Woman fue un personaje tan importante dejando atrás varios fiascos editoriales. De la mano de DeMatteis se nos acerca una historia en la que la fe juega un papel primordial para todos y cada uno de los protagonistas involucrados.
Por su parte, Phil Jiménez en la segunda historia, con la ayuda de George Perez, genera una situación inédita e inexplicable entre la población de Themyscira. Las embajadoras de la paz se ven empujadas a la guerra entre hermanas por odios y acontecimientos de antaño, sin que las relaciones diplomáticas puedan hacer nada por evitarlo.
Dos eventos muy distintos pero claves para entender a Wonder Woman son presentados en este volúmen 21, que si bien llegó adelantado, es más que bienvenido para conocer a la princesa guerrera de Themyscira.