Review del tercer tomo de la saga Clásicos de la Colección de Salvat Marvel: Doctor Strange: Nombre anónimo, tiempo eterno.
Sin duda alguna, uno de los tomos cúlmine de la obra protagonizada por Stephen Strange. El famoso Hechicero supremo se enfrenta cara a cara con Barón Mordo y Dormammu cuya alianza desembocará en una feroz cacería.
Al igual que todas las obras que comprenden a la sección Clásicos de Marvel, este tomo de Doctor Strange cuenta con el afilado guión de Stan Lee. El padre de La Casa de las Ideas. Lee, quién hoy en día ostenta la jovial edad de 94 años, es el cocreador, junto a dibujantes como Steve Ditko o Jack Kirby, de superhéroes como Spider-Man, Hulk, Iron Man, Los 4 Fantásticos, Thor, Los Vengadores, Daredevil, Doctor Strange, X-Men y muchos otros.
Por su parte, el lápiz de esta obra está puesto por uno de los mencionados anteriormente. Steve Ditko es justamente el co-creador de Stephen Strange, además colaboró y fue parte del nacimiento de Spider-Man, Blue Beetle y muchos otros personajes del mundo comiquero.
Sin duda estamos ante una de las más impactantes historias del personaje. En estas páginas es cuando hace su debut uno de los más imponentes personajes de Marvel Comics: The Eternity. Este es un ser cósmico de capacidades omnipotentes. Es la representación abstracta del espacio-tiempo en el Universo Marvel.
El centro de esta historia gira en torno a la alianza entre ambos enemigos de Strange. Con su formidable unión, logran herir a The Ancient One, maestro del ex-cirujano, forzando que Stephen los enfrente cara a cara y desatando todo su potencial y explorando la relación con la entidad cósmica Eternity, un ser todopoderoso encerrado en el cuerpo de un humano.
Sin duda alguna esta obra denota por qué es Doctor Strange el Hechicero Supremo de Marvel. Si a esto lo combinamos con el arte imperativo de Ditko junto con unas magníficas escenas planteadas por Stan “The Man” Lee, tenemos una de las obras indispensables en cualquier biblioteca comiquera.