Castlevania y Metroid sentaron las bases, pero los Metroidvania aumentaron de forma considerable y la oferta de títulos de este género aumentó en los últimos años.
Hace 35 años que las características de los juegos Metroidvania están instalados dentro de la industria gamer. Cuando nos referimos a un título metroidvania, hablamos de aventuras de acción y plataformas que tienen dentro de sus características un progreso de su diseño de níveles no-lineal, backtracking (volver sobre nuestros pasos para acceder a áreas que antes estaban denegadas) que va habilitando una progresión libre de los escenarios, una evolución del protagonista en cuestión, adquiriendo nuevas habilidades y/o mecánicas y, aunque no es un requisito excluyente, una perspectiva 2d
Obviamente cuando Metroid y Castlevania salieron en 1986 el término no estaba concebido, pero sí sus primeros compases en cuanto a las ideas. Sin embargo no fue hasta la llegada de Super Metroid (1994) y Castlevania: Symphony of the Night (1997) que este sub-género tomó formas más tangibles, gracias a 2 juegos que hasta el día de la fecha siguen siendo inoxidables.
Yoshio Yakamoto y Toru Harigara son los responsables de Super Metroid y Castlevania: SotN respectivamente y fue su visión en gran parte la que sentó las bases dentro de un género que se popularizó tras la fusión de ambas franquicias, pero que durante muchos años no tuvo sucesores a la altura.
La primera década del presente siglo tuvo muy pocos exponentes que le hicieron justicia a los metroidvania, y casi todos ellos seguían vinculados a estas 2 franquicias. La cancha no se abría y las desarrolladoras no tomaban estas premisas porque el mundo de los videojuegos estaba con la brújula marcando otro norte. De dichos años el título que más quiero rescatar es Shadow Complex, una aventura que usó las bases de este género para ofrecer una adictiva aventura que para muchos pasó desapercibida.
Durante los últimos años, la situación cambió por completo. La diversificación dentro de las propuestas y la llegada de nuevas desarrolladoras hicieron que haya una exponencial oferta de juegos Metroidvania, algunos muy interesantes y otros que fueron directamente oportunidades perdidas, pero lo importante es que ya no tenemos que depender de un Metroid o un Castlevania para disfrutar de una gran propuesta que tenga estas características.
A continuación, les quiero dejar 10 juegos Metroidvania que, por sus respectivas razones, son indispensables para meterse de lleno en el género. Cada uno de estos juegos tiene algo que los distingue, una mecánica o característica que los hace únicos, pero todos vinculados por los mismos conceptos y premisas jugables. ¿Lo mejor de todo? Que casi todos los títulos que componen esta lista son multi-plataforma, por lo que son de fácil acceso para todos aquellos que le quieran dar una oportunidad.
Bloodstained: Ritual of the Night (2019 – PS4, Xbox One, PC, Switch)
Quería comenzar esta lista con el que menos probable innove dentro de los úlitmos metroidvania, pero porque su intención va por el lado más del homenaje. Koji Igarashi, uno de los responsables de Castlevania: SOTN, nos trae esta aventura tras un largo desarollo y una prolifera financiación en Kickstarter, en el que mezcla muchos conceptos de la franquicia creada por Konami y los vuelca en una sólida jugabilidad y unos controles muy precisos. La figura del castillo como el mal emergente, criaturas del inframundo y decenas de habilidades, un cocktail ideal.
Guacamelee! 2 (2018 – Ps4, Xbox One, PC, Switch)
Todo el encanto de Juan Aguacate y sus aliados se ven potenciados en esta colorida secuela, donde el folklore mexicano y los conceptos metroidvania se ven entrelazado por secuencias plataformeras y movimientos de lucha libre. Una de sus mayores ponderaciones es que permite el cooperativo local, lo que mejora de forma drástica toda la experiencia que plantea el juego
Ori and the Will of the Wisps (2020 – Xbox One, PC)
Pocos juegos tienen un diseño de niveles y un trabajo artístico tan logrado como la secuela de Ori. Esta segunda entrega de la franquicia desarrollada por Moon Studios apuesta por mantener una estructura similar a la de su antecesor pero logra pulir todos los conceptos jugables, agregando nuevos desafíos y retos a esta dinámica aventura. Uno de los grandes exclusivos que tiene Microsoft y uno de los lanzamientos más destacados de 2020.
Monster Boy and The Cursed Kingdom (2018 – PS4, Xbox One, PC, Switch)
Monster Boy and The Cursed Kingdom es más de los uno que puede predecir cuando toma el control de la aventura en sus primeros minutos. Toda esa sencillez de su apartado gráfico y estructura se va acomplejando a medida que nos metemos en sus mismísimas entrañas, transformándonos en diferentes animales a causa de una maldición. Es el regreso de una de las franquicias fundacionales de los videojuegos y lo hace con un lavado de cara brillante.
Dead Cells (2018 – PS4, Xbox One, PC, Switch, Mobile)
Uno de mis juegos favoritos de los últimos años. Motion Twin bautizó a su magnum opus como un Roguevania. Es decir, una aventura que mezcla los conceptos de los metroidvania con los rogue-lite. Nuestro personaje irá aprendiendo nuevas habilidades y técnicas para escapar una y otra vez de un castillo que genera sus niveles de forma procedural.
Es de esos juegos que una vez que le agarras mano es muy difícil de largarlo, con novedades ingame todo el tiempo y una dificultad que va en ascenso constante para que el desafío sea exigente pero justo.
Super Daryl Deluxe (2018 – PS4, PC, Switch)
Super Daryl Deluxe es probablemente uno de los tapados de esta lista y seguramente uno de los más extravagantes desde su parte audiovisual, pero la propuesta de Dan & Gary Games es, sencillamente un camino de ida. La base metroidvania es la que rige gran parte del juego, pero todo el combate y exploración está ligado a los beat ‘em up con combate brawler, con decenas de técnicas para utilizar y una escuela como locación que funciona irá habilitando sus zonas de forma progresiva.
Hollow Knight (2017 – PS4, Xbox One, PC, Switch)
Hollow Knight, en esencia y estructura, un metroidvania hecho y derecho, pero eso es solo la punta de su vertiginoso iceberg. Una vez que nos introducimos en esta aventura, los conceptos souls-like y el elevado desafío serán moneda corriente en una de las aventuras indie más gratificiantes y atrapantes de la actual generación de consolas. Unos de los títulos más complicados de esta lista pero que, como toda aventura de estilo souls, tiene un regocijo especial tras cada victoria.
Yoku’s Island Express (2018 – PS4, Xbox One, Switch)
¿Qué sale de la fusión entre Pinball y un metroidvania? La respuesta, hasta el momento, es una sola: Yoku’s Island Express, una colorida aventura desarrollada por la empresa sueca Villa Gorilla en la que encarnamos a un curioso escarabajo pelotero (insecto que existe en la vida real aunque no me crean) que oficia como el nuevo cartero de la isla, territorio que tendrá que ir explorando para cumplir todas las misiones y petitorios que surjan en la región.
Uno de títulos más innovadores de la lista, por la sencilla idea de incluir mecánicas de pinball en una aventura de estas características, todo esto acoplado a una bonita interfaz audiovisual y un diseño de escenarios interesante.
Steamworld Dig 2 (2017 – PS4, Xbox One, Switch, PC, Stadia)
Este colorido Metroidvania logra fusionar aventura, plataforma y puzzles de una forma entretenida y con mucho carisma. Escenarios que tendremos que ir explorando a base de nuestro pico y astucia, con nuevas habilidades que se irán incorporando para volver sobre nuestros pasos y recorrer zonas que antes eran inaccesibles. Puede resultar un tanto simple su vertiente ligada al combate, pero el juego cuenta con fuerza propia para brillar.
Blasphemous (2019 – PS4, Xbox One, Nintendo Switch, PC)
Uno de los grandes lanzamientos indie del año pasado. Al igual que Hollow Knight, es un Metroidvania cargado de un suplemento souls-like, pero también algunos esquemas plataformeros, todo esto bañado en un lore y en un trabajo audiovisual fuertemente ligado a una temática religiosa y violenta.
Blasphemous es exigente y no tiene compasión, pero es un desafío más que entretenido y es de esos juegos en los que cada prueba que a priori parecían inalcanzables se festejan con puño apretado.