Un curioso juego de puzzles en donde encarnamos a una fuente de energía que se abrirá entre cables, máquinas y muchos desafíos.
7th Sector entra dentro del cada vez más nutrido género de aventura con puzzles, que viene sumando exponentes a base de indies y juegos con un poco más de presupuesto. Con una clara inspiración en Inside y principalmente Limbo, en cuanto a su estructura jugable pero cambiando radicalmente el género: en vez de el suspenso y cositas de terror, la propuesta desarrollada por Sergey Noskov (Noskov SS) se mete de lleno en la ciencia ficción con una ambientación que ronda entre lo cyberpunk y Blade Runner.
El juego ya tuvo un discreto lanzamiento en PC en marzo de 2019, pero aprovechamos su llegada a PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch durante febrero de este año para analizar lo que tiene para ofrecer esta aventura, que intenta ir variando su metodología en la propuesta pero no tarda en repetir sus mecánicas.
Atravesando la materia, cable por cable
Describir al protagonista de 7th Sector es, cuanto menos, abstracto y surrealista. Somos una especie de fuente de energia, una chispa de electricidad, una esencia luminosa con cierta capacidad intelectual y que se irá transportando en gran parte de esta aventura a través de cables. La estética cyberpunk y el mundo tecnológico es la excusa perfecta para ver estos largos tendidos de cables negros pululando en gran parte de los escenarios, formando de esta manera un camino que exploraremos de forma lineal, a veces de derecha a izquierda y viceversa.
La historia de esta manera, no presenta una clásica estructura con cinemáticas y una explicación clara de los eventos, sino que la misma se va describiendo con el progreso del juego. No es muy críptica ni compleja de entender, pero pasa completamente por alto y tampoco logra destacarse. En muchos momentos está porque sí, como una excusa de lo que vamos realizando, pero a medida que vamos llegando al último tercio de 7th Sector, alguna piezas empieza a encajar de forma más explicita.
No es una aventura muy extensa. Tiene una duración aproximada que ronda entre las 3 y 4 horas, dependiendo obviamente qué tan rápido resolvamos los puzzles, que varían en su metodología, pero tampoco dista de otros exponentes del género. Hacer una aventura de 8 o 9 horas y que los acertijos se empiecen a repetir de forma esquematizada por una falta de creatividad es lo peor que le puede pasar a un título de estas características. Lo bueno y breve, doblemente bueno.
No solo atravesaremos el juego a través de los extensos cableados. Al encarnar a una “fuente de energia”, podremos introducirnos en diferentes elementos electrónicos para controlarnos y utilizarlos como medios de transporte. De esta manera, controlaremos desde mini autos, hasta un robot de 4 patas y artillería. Esta versatilidad es el elemento de mayor frescura dentro de la propuesta, y que le agrega una dinámica que no le aportan los puzzles, lo que debería ser el fuerte de 7th Sector.
Un punto bastante diferencial y positivo en 7th Sector es que la resolución de algunos acertijos varía de partida en partida e incluso cuenta con varios finales, lo que le aporta una dosis de rejugabilidad.
Un poco de lógica, un poco de matemáticas
Vamos a lo importante dentro de 7th Sector, ¿de qué van los puzzles? Acá la propuesta ofrece una variedad sentida en el primer tramo de la aventura, pero que poco a poco comienza a tornarse repetitivo. Desde sobrecargar transformadores y otros elementos eléctricos, activar diferentes aparatos para abrirnos paso, explorar los escenarios para encontrar las pistas que ayuden a avanzar y mucho pero muchos de acertijos matemáticos son el mix que ofrece este título.
La parte más complicada se encuentra en que muchos de estos desafíos no tienen una resolución clara, y no pasa por una cuestión de dificultad, sino porque están mal planteados, con pistas por momentos imperceptibles. Incluso me sucedió durante una parte de mi partida que, al no hallar la solución al puzzle, empecé a probar combinaciones hasta que se abrió el acceso.
El control es sencillo pero un tanto rústico. Contamos con desplazamiento, un botón de acción y otro para correr, que nos gustaría que sea más fluído para que el movimiento no se vuelva tan rudimentario. Por suerte, hay checkpoints bien establecidos, por lo que no hay una cuestión frustrante en el asunto.
Cuando abandona su faceta de puzzles, 7th sector tiene su base de aventuras y exploración bien sencilla y cumplidora. En los momentos en donde tomamos el control de diferentes aparatos y maquinarias, el sigilo se volverá una parte fundamental para avanzar, ya que al ser descubiertos la mayoría de los enemigos o son armas automatizadas o maquinas imparables, por lo que rápidamente seremos un colador si no prestamos atención. Claramente no es el fuerte del juego, pero sus momentos están bien planteados para que no sea vuelva un aglomeramiento de puzzles.
Conclusión
Si te copan las aventuras con puzzles y encima tenés un cariño por los universos cyberpunk, 7th Sector va a ser de tu agrado. Estéticamente es una propuesta muy linda y atráctivamente, que logra resaltar sus escenarios en donde abundan los grises y las paletas monocromáticas con destellos de luz y algunos colores bien implementados.
No es una propuesta 100% abocada a los puzzles ingeniosos, y quizás acá los más puristas del género les pueda sentir un gusto a poco, pero el título de Sergey Noskov intenta mezclar los estilos y probar con desafíos que no tienden a ser muy interesantes por momentos. Por suerte, la duración es la justa y precisa para no sentirnos agobiados y al menos hayamos pasado un rato en este futurista universo.