9 Monkeys of Shaolin va directo a los golpes con un beat ‘em up que homenajea tanto al género como a las producciones de artes marciales.
La época dorada de los beat ‘em up ya pasó hace 20 años y por el curso actual de los videojuegos es una realidad inmutable. Sin embargo, el género regresa de tanto en tanto con algunas producciones que además de ser un golpe de nostalgia de nuestras tardes de arcade o noches intensas a puño limpio con el SEGA, nos recuerdan la sencillez y efectividad de estas propuestas, en la que nos enfrenta contra decenas y decenas de enemigos.
2020 tuvo la particularidad, entre tantas otras particularidades, del regreso de Street of Rage IV, pero también hemos visto otros Beat ‘em up en acción, y uno de los más recientes es 9 Monkeys of Shaolin.
Desarrollado por Sobaka Studios y Deep Silver, 9 Monkeys of Shaolin no viene a traer elementos innovadores a la mesa sino que nos ofrece una aventura que tiene como connotación principal repartir puños, patadas y golpes con nuestros stick en medio de un relato que brinda su propio homenaje al cine kung-fe, la mitología china y los monjes Shaolin.
Salvando nuestra aldea, un nivel a la vez
El relato de 9 Monkeys of Shaolin nos pone en la piel de Wei Cheng, sobreviviente de un ataque invasivo a su aldea por parte del clan Wukou, en el que muchos de sus amigos y familiares fueron asesinados. De las cenizas de este hecho nace un espíritu de venganza por parte del protagonista, que se embarca en un viaje para derrotar a todos los miembros del clan y poner fin a un mal que viene azotando a la región.
Wei Cheng no podrá por sus medios cumplir con su necesidad de venganza, y recurrirá a la asistencia de los monjes Shaolin para despertar un poder que yace oculto en él y volverse imparable.
La estructura de 9 Monkeys of Shaolin es bastante superficial por momentos y no pretende abombarnos con presunciones narrativas, pero a lo largo de sus 5 capítulos, el juego conforma un relato entretenido y que acompaña el diseño de los niveles. El juego mismo se describe como un sentido homenaje no solo a la cultura china sino también al cine de artes marciales de la década del 70 y 80, con aristas bien marcadas: el camino del guerrero, el bien contra mal y la evolución del personaje.
Sin embargo, la historia es solo una mera excusa para el verdadero encanto de esta propuesta, que es la de repartir golpes a diestra y siniestra contra decenas de enemigos en más de 24 escenarios con scrolleo lateral, en un diseño que intercala escenarios 2d con personajes 3d.
Controlar a Wei Cheng es bastante sencillo y la primera capa de controles va directo al hueso. Tendremos 3 botones diferentes para pegar, en el que intercalan golpes de puño, patada y bastón, en movimientos bien coreografiados que permiten enhebrar una buen popurri de combos. Después, tendremos un comando para esquivar y por último, y no menos importante, un botón para bl0quear que funciona al mismo tiempo de parry. Realizando una especie de remolino en nuestro propio eje, podremos repeler los disparos, flechas y dardos de los enemigos y también aturdir a los rivales cercanos. Una técnica que es indispensable aprender con fineza para atravesar los escenarios más complicados sin sufrir muchos daños.
Hay algunos objetivos diferentes en algún que otro nivel, pero el modus operandi es casi siempre el mismo: llegar del punto A al B y en su proceso eliminar a hordas de enemigos, que no se destacan por tener una variedad en sus diseños pero sí en el patrón de ataques. En determinadas zonas, tendremos que derrotar a algún boss pero que no presenta una enorme capa de complejidad.
Una vez que atravesamos los primeros niveles, iremos prendiendo nuevas habilidades que complementan el abanico de técnicas que tiene nuestro protagonista. Desde la invocación de sellos que ralentizan o atraen a los enemigos, o poderosos movimientos con el bastón, Wei Cheng irá perfeccionando su poder en marcados árboles de habilidades que podremos potenciar antes de elegir el nivel a jugar, desde una base en el que también tendremos la posibilidad de equipar nuevas armas y accesorios que ofrecen diferentes potenciadores pasivos. Estas acciones consumen Qi, que se recarga a medida de golpeamos enemigos.
Podremos repetir y revisitar niveles para sumar experiencia y completar todos los árboles de habilidades y volvernos mucho más poderosos antes de llegar a las instancias finales del juego. Durante los niveles también encontraremos diferentes brebajes, que tienen 4 funciones diferentes: curación, mayor daño, qi ilimitado y aumento de defensas.
Si antes mencionaba la poca variedad en el diseño de los enemigos, esto se trastoca en la composición de los escenarios. Los niveles nos llevan por un popurri de áreas que mantienen su estética oriental, con trampas que atravesar, pozos y muchas zonas con el fuego como protagonista.
Uno de los puntos más ponderables de 9 Monkeys of Shaolin es que, dentro de todo la exhibición de artes marciales y lluvia de golpes, no pierde su eje ni es un título machaca botones. Esperar el momento exacto para bloquear, atacar con prudencia y estar en constante movimiento es la dinámica que se plantea en todo momento y gracias a esto el título no entra en un ciclo de monotonía, algo que también se ve favorecido por lo ágil de sus niveles, que no duran más de 10 minutos.
9 Monkeys of Shaolin también cuenta con un apartado co-op, tanto local como online. Lo bueno del apartado local es que el segundo jugador se puede sumar en cualquier momento con el mismo progreso y habilidades que el compañero, algo que viene ideal para atravesar la aventura es su dificultad más elevada.
Conclusión
9 Monkeys of Shaolin apuesta sobre seguro en casi toda su estructura, y sale favorecido por una sencilla jugabilidad y una dinámica ágil entre niveles. El componente de los árboles de habilidad y equipar nuevas armas le da ese toque de progresión que evita el estancamiento de la propuesta.
Es una propuesta muy amena y que no busca comandar el resurgimiento de los beat ‘em up. Sin embargo, Sobaka Studio logra una propuesta sólida que enhebra tintes de nostalgia y un atractivo jugable a base de piñas y patadas.