La evolución del hombre está en nuestras manos, en este juego tan particular que podría haber ido mucho más allá.
Todos aquellos que estemos inmersos en el universo de los videojuegos cada tanto recibimos alguna sorpresa, esas propuestas que pretenden ser diferentes a cualquier cosa que hayamos visto hasta el momento. La intención de innovar siempre es bien recibida pero no por eso hay que valorarlo solo por eso, por lo que estamos acá para analizar el conjunto de la obra de Panache Digital Games y Private Division.
Ancestors: The Humankind Odyssey nos propone controlar a un clan de simios, en realidad del primer eslabón de la evolución humana. Como tales, deberemos asegurar la supervivencia de todos los miembros a la vez que aprendemos todo lo necesario para que algún día se pueda llegar a la mismísima humanidad. ¿Seremos capaces de conseguirlo?
Evolucionando
Vamos a dedicar la primera parte de este análisis a lo que, creemos, es lo más importante de toda esta aventura. Es que hay juegos tan particulares, como este, que no pueden ser recomendables para cualquier tipo de público. En Ancestors: The Humankind Odyssey controlamos al humano en su etapa prehistórica, es decir, a los primeros eslabones de la evolución que ha concluido (quizás) en lo que hoy somos. Entonces, Panache Digital Games y Private Division nos proponen experimentar aquella época en carne propia con todo lo que esto significa: debemos sobrevivir y aprender, casi sin ayudas.
La idea sin lugar a dudas es original y desde la premisa resulta más que interesante, sin embargo esta industria ya nos ha demostrado en reiteradas ocasiones que hay que ir mucho más allá de las ideas si queremos contentar a los jugadores. Es en este sentido podemos decir que el estudio ha cometido algunos errores que no permiten que esta experiencia sea todo lo disfrutable que podría haber sido, como una jugabilidad poco pulida (que detallaremos en el siguiente apartado), un acabado técnico bastante mediocre, un diseño de objetivos repetitivo o un final que no está, ni de cerca, a la altura de las espectativas: si estaban esperando llegar a los más avanzados eslabones de la evolución están equivocados, apenas si se puede disfrutar de un simio erguido casi en el final del juego.
Aprender, enseñar y sobrevivir
Ancestors: The Humankind Odyssey se divide en una especie de episodios, aunque no lo sean como tal. Comenzamos controlando a un clan del primer eslabón de la evolución, a cada uno de sus miembros, y debemos aprender con cada uno de ellos todo a nuestro alrededor: qué alimentos se pueden comer, para qué sirven los diferentes objetos, descubrir nuevas zonas o cómo enfrentar a las demás criaturas que nos rodean. A medida que vamos acumulando conocimientos y cuando llegamos a punto determinado, acabamos con la etapa en la que nos encontramos y dependiendo de cuántas cosas hayamos aprendido avanzamos una cierta cantidad de años en el tiempo.
En un principio resulta más que interesante descubrir todo lo que hay a nuestro alrededor, armándonos de paciencia y utilizando los diferentes recursos que tenemos como animales que somos: el olfato, el oído y la propia intuición. Los primeros ejercicios con el resto de la manada, intentando que todos aprendan para qué sirve o qué se puede hacer con cada cosa, también resulta sorprendente tal y como lo habrían vivido por aquel entonces. Sin embargo, conforme avanzan las horas, aunque los aprendizajes pueden ser nuevos en algunas ocasiones, el ejercicio de descubrir y enseñar acaba siendo cansadoramente repetitivo, incluyendo una eterna mecánica de reproducción.
Algo que también nos entusiasmó en la previa y que acabó en una frustrante experiencia, es la posibilidad de movernos con la agilidad de un primate en los naturales territorios. Si vamos a controlar a un simio (que al fin y al cabo es lo que somos) esperamos una jugabilidad pulida que nos permita movernos con fluidez y contrario a esto nos encontramos con una movilidad tosca, con físicas dudosas y un control poco intuitivo. Esto desemboca en constantes fracturas e incluso muertes producto de grandes caídas desde la copa de los árboles o enfrentamientos contra depredadores, sumado a un sistema de combate que tampoco nos ha convencido.
Todo este progreso en Ancestors: The Humankind Odyssey se resume en un árbol neuronal, una forma más lógica de llamarle al conocido árbol de habilidades teniendo en cuenta que nuestra misión es ampliar los conocimientos. Sin embargo, no necesariamente funciona como los ejemplos más clásicos de este: sí que podremos ir mejorando diferentes ramas de nuestro clan, pero lo haremos pura y exclusivamente en base a los nuevos objetos que aprendamos a manipular, nada que no esté en nuestra cabeza podremos hacerlo porque sí, por lo que es clave siempre estar alerta y nunca parar de incorporar conocimiento.
Los orígenes de la humanidad – Apartado técnico
Una de los mayores regalos que nos brinda Ancestors: The Humankind Odyssey es la posibilidad de recorrer un entorno natural recreado al detalle, con paisajes de lo más variados (siempre y cuando estemos dispuestos a salir de la zona de confort) y cuanto más mapa conocemos más lamentamos que el juego no cuenta con unos mejores gráficos. No están mal, pero son demasiado discretos para una experiencia que hubiera ganado muchísimo más con una visual más realista, sobre todo en la creación de los animales.
En lo que sí gana muchísimo el juego es en el sonido, con una recreación espectacular e increíblemente inmersiva de la mezcla sonora ambiental de la naturaleza. Desde los gritos de nuestros compañeros del clan, hasta el agua cayendo sobre las piedras o el viento sacudiendo las ramas de los árboles, todo genera una atmósfera sorprendente y muy real. Quizás por momentos pueda parecer algo invasivo el conjunto, pero cualquiera que haya visto un documental de Animal Planet sabrá que las cosas son así.
Ancestors: The Humankind Odyssey, el veredicto final
La obra de Panache Digital Games y Private Division es la viva prueba de que las ideas originales siempre son bienvenidas, pero hay que trabajar mucho más allá de estas para lanzar un producto convincente. Este juego lo es en muchos de sus aspectos, pero también flaquea en varios otros, impidiendo que la experiencia final sea todo lo satisfactoria que podría haber sido.
Ancestors: The Humankind Odyssey nos invita a evolucionar junto a los primeros eslabones de la humanidad y hacerlo puede ser entretenido para quienes tengan paciencia y estén dispuestos a soportar cierta repetitividad a cambio de un juego único. El resto probablemente no supere las primeras horas y quienes lo hagan a la fuerza esperando un gran final, la verdad es que la recompensa no está a la altura de lo esperado.