La saga retorna a sus raíces con Call of Duty: WWII, con todos los elementos que aman los soldados de la vieja escuela. ¿Alcanza para satisfacer los gustos de hoy?
Después de tres años en un futuro lejano, con exotrajes y armas láser, la franquicia bélica de Activision regresa a sus orígenes con Call of Duty: WWII, un título que se adentra de lleno en la Segunda Guerra Mundial como pocas veces se había visto antes. Campaña y multijugador están ahí sacándole provecho al mayor conflicto de todos los tiempos, con los pies en el suelo y los índices en el gatillo.
Sledgehammer Games prometió muchísimo para este juego. Dejaron en claro desde la previa que se tomaron el tiempo necesario para analizar hasta el más mínimo detalle de aquel atroz hecho histórico y que les quede bien en claro, World War II así lo refleja.
Una historia de hermandad, hasta las entrañas
Nos prometieron amigos y nos dieron hermanos. La campaña de Call of Duty: WWII nos presenta un historia que desde la primera misión, en el famoso Día D (Desembarco de Normandía), nos hace sentir la ferocidad de las batallas de la Segunda Guerra Mundial. Los soldados vuelan a nuestro alrededor con cada explosión, los gritos de dolor se funden con el viento y las balas nos duelen hasta los huesos. La sangre derramada sobre la arena nos baja esa cuota de realidad que tanto necesitan los títulos que tocan estás temáticas.
Sin embargo, todo esa pesadilla es soportable gracias a nuestros compañeros. Daniels es sin lugar a dudas uno de los mejores protagonistas que ha tenido la saga, pero no sería nada sin Zussman y el resto de los muchachos. La fraternidad se siente en cada paso dentro del campo de batalla y los necesitamos tanto como es posible.
Pero no solo los necesitamos por el apoyo moral, sino también por sus recursos. Es que una de las mayores novedades que presenta esta campaña es que nuestra vida no se regeneran por sí solas, ni tampoco nuestras municiones recogiéndolas del suelo. En medio de las balaceras, deberemos correr hasta nuestro compañeros para que nos suministren lo que necesitamos. Un detalle sí, pero que aporta mucho realismo.
Y hablando de novedades, también destacan algunas secuencias con vehículos que sin ser una revolución, sí que rompen con lo que podría convertirse en monotonía. Destaca entre ellas la escena de los aviones, que puede que se encuentre en una de las escenas más divertidas y épicas de la saga.
Todo esto está enmarcado por una trama que si bien no es totalmente inédita, reúne todo lo mejor de las grandes producciones de Hollywood agregándole la cuota necesaria de crudeza para revolernos las entrañas. El conflicto bélico mostrado como pocas veces, con cinemáticas alucinantes y con un final realmente estremecedor y grande por igual. Es verdad que podría haber ido un poco más allá, pero no deja lugar a la queja.
Entonces, el máximo reproche que podemos hacerle -y que lamentablemente es algo que aún no corrigen- es su duración. Estamos hablando de tan solo unas 5 o 6 horas que nos dejan con ganas de más.
Las balas perforan los oídos y la vista a otro nivel
Hace años y años que a Activision se le viene reclamando un aumento en la calidad técnica. Lamentablemente no podemos decir que Call of Duty: WWII es el salto que tanto se ansía, sin embargo sí que ha mejorado y lo ha hecho en todos sus aspectos.
Visualmente es mucho mejor. Si bien Sledgehammer Games no ha cambiado el motor gráfico, lo ha aprovechado al máximo. World War II tiene los mejores gráficos que se han visto en la franquicia y también un diseño general, que va desde los soldados hasta los escenarios, excelente. Como siempre, corriendo a 60 FPS sin problemas.
En lo que sí destaca esta entrega es en el sonido. El apartado sonoro de este título es digno de admirar. Las explosiones, los disparos, la recarga de las armas, las voces, el ambiente, todo suena perfectamente real y profundo. Se nota el trabajo que hay detrás.
La música también es destacable y se puede percibir desde el menú del juego. El tema principal es todo lo épico que se necesita y aparece dentro del juego siempre que lo tiene que hacer, brindado la cuota de emoción necesaria.
Con los pies en el suelo, bienvenido multijugador
Basta de exotrajes, de saltos y de caminar por la pared, esta vez la tierra húmeda se pega en nuestras botas. Call of Duty: WWII regresa a sus raíces y lo hace tanto con lo bueno, como con lo no tanto. Es que Sledgehammer Games debería haber tomado todo lo bueno de las últimas entregas y adaptarlo al pasado, pero no ha sido tan así. Y que quede claro, el multijugador no es malo pero tiene algunos fallos que podrían haber sido evitables.
Hablamos del sistema de clases y las Divisiones. El principal error aparece cuando ya no estamos ante el Pick 10 System que creó Black Ops 2. Aquel método de creación fue perfecto para poder crear nuestro soldado tal y cómo lo queremos, adaptándolo a nuestro estilo de juego. Sin embargo, aquí volvemos al método que se utilizó en Modern Warfare o Black Ops 1.
Las limitaciones también llegan de la mano de las Divisiones, que si bien es una innovación que tiene sus atractivos, también resulta bastante frustrante cuando no podemos usar las prestaciones de cada una en todas las clases. Por ejemplo, solo podemos usar el silenciador en Aerotransportada o la habilidad Fantasma en Montaña.
Sin embargo,World War II mantiene la esencia de la saga que tanto aman los fanáticos y agrega ciertas novedades que resultan atractivas. El ritmo de juego es perfecto y mantiene el frenetismo que tanto aman los fanáticos a pesar de no contar con los doble saltos. El Time to Kill también es perfecto, asemejándose a lo que era BO 2.
Esa esencia también se percibe en el nivel de adicción que mantienen con todas las misiones que ofrece. No solo las clásicas para conseguir los diferentes camuflajes, trajes o equipamientos, sino también con la que nos entregan los diferentes personajes dentro del Cuartel General.
Y ahí es en donde aparece otra de las innovaciones: el Cuartel General. Nos encontramos con la primera zona social dentro de la franquicia y la verdad que tiene los elementos suficientes como para hacer que valga la pena. Más allá de la interacción con otras personas, contiene una serie de desafíos y elementos interactivos que hacen que merezca la pena su existencia.
Otra de las novedades es el Modo Guerra, un modo por objetivos con mapas mucho más grandes y que presenta a un equipo que ataca y al otro que defiende, dependiendo la progresión de si se consigue o no lo que se nos encomienda. Lástima que hayan incluido tan solo tres mapas en su catálogo.
Y hablando de mapas, Sledgehammer Games no lo ha hecho mal. Ha tomado la estructura clásica de Call of Duty y la ha reformado solo un poco para crear algunos escenarios un poco más abiertos. No destacan y pocos quedarán entre la lista de favoritos, pero el trabajo está bien hecho. Aunque no sean tantos como nos tienen acostumbrados. La lista de modos, que es abultada como siempre y aún faltan algunos por venir, se amolda perfecto a cada uno de ellos.
Los muertos vivientes en la Alemania Nazi
No podemos cerrar este análisis sin hacer una pasada por el modo que se ha convertido en uno de los mayores atractivos de Call of Duty. En este sentido, Sledgehammer Games ha hecho bien las cosas.
El Modo Zombies de WWII toma la fórmula de Treyarch (padres y especialistas en la materia) y les da un toque mucho más oscuro, aterrador y realista. Lejos de la fantasía que hace un año atrás presentó Infinite Warfare.
Sus personajes, sin embargo, no presentan la personalidad que pudimos ver en entregas como Black Ops 3 y tampoco hay una historia muy profunda de fondo. La ilusión de una campaña quedó en el olvido.
Los easter egg sí que están bien logrados y nos mantienen atrapados, con ganas de conseguirlos. Además, se agradece que entreguen recompensas en el multijugador.
Call of Duty: WWII, la conclusión
Sledgehammer Games ha trabajado mucho en esta entrega y se nota en casi todos los rincones. La trama nos transmite toda la crudeza de la Segunda Guerra Mundial y gracias a sus personajes, se convierte en una de las más memorables de la saga. El multijugador, por su parte, no ofrece grandes novedades y se equivoca en algunos puntos claves, pero mantiene la esencia que tanto aman los fanáticos.
Call of Duty: WWII es un gran producto final. Funciona bien en casi todos sus aspectos y contiene todos los elementos más amados de la franquicia. Sin ser una revolución, presenta algunas novedades como el Modo Guerra y el Cuartel General que vienen bien. Pero más allá de cualquier análisis, asegura horas y horas de diversión y eso vale por sí solo.