From Software nos lleva nuevamente a recorrer la mágica y peligrosa Lordran con Dark Souls Remastered, una reedición de un título tan emblemático como épico.
7 años pasaron desde que tuvimos la posibilidad de jugar un título no solo nos reventó la cabeza, sino que también logró generar más de un dolor en esa zona. Dark Souls: Remastered supone la reedición de titulo desarrollado por From Software, y distribuido por Bandai Namco, en 2011 y sentó las bases (aunque puede ser algo más que debatible) para el futuro del genero souls like. Una fórmula que fue reapareciendo en las correspondientes secuelas, con Bloodborne, y por fuera de esta desarrolladora con un buen cúmulo de juegos.
Dark Souls Remastered no brinda ningún contenido nuevo para aquellos que han podido disfrutar de la entrega original, aunque incluye el excelente DLC Artorias of the Abyss. Es por esto que este análisis va a estar orientado a todas las mejoras y cambios que sí hay en este bello lanzamiento para PlayStation 4, Xbox One y PC.
Explorando Lordran, más renovada que nunca
Como mencioné anteriormente, Dark Souls: Remastered es, en su estructura, el mismo título que el presentado en 2011. Las mismas locaciones, armas, disposición de enemigos, trampas, secretos, bosses y aparición de NPC. Todo está empalmado como en la versión original. Sin embargo, el nivel de detalle de los escenarios hace que nuestra experiencia por Lordran sea mucho más placentera (bueno, no hay mucho placer en la muerte constante) y épica, porque los escenarios están pulidos en todos sus rincones. Lugares como la Ciudad Infestada o Anor Londo se ven muy beneficiadas por todas las reescaladas gráficas y el aumento, tanto de las texturas como de todos los componentes visuales.
El factor lumínico también cumple un rol preponderante, principalmente en lugares de exploración al aire libre, donde combatimos con el ocaso de fondo o nos inmiscuimos por el Bosque Maldito en medio de la noche.
Dark Souls Remastered pasó de mostrar una resolución en 720p a 1080p, aunque en las versiones de PS4 Pro y Xbox One llega a 1800p, mientras que la versión de PC llega a los 4k, utilizando todo el potencial de sus componentes. Todas estas mejoras no hacen sino que sacar a relucir todos el apartado artístico que From Software preparó para todo el juego, que nos tiene aseguradas decenas de horas si queremos descubrir todos los secretos que esconde.
Pero, más allá de los aspectos audiovisuales, que se agradecen y en demasía, lo que pondera esta experiencia es la notoria fluidez que se mantiene de principio a fin, gracias a sus 60 fps constantes. Los combates son ampliamente más satisfactorios y benefician las habilidades del jugador, ya que ahora podemos coordinar de mejor manera los movimientos del personaje, los esquives y fundamentalmente el parry, dándole una mayor sincronización a cada acción que tomemos. Lo que sigue haciendo ruido, a pesar de que se ve un esmero de intentar mejorarlo, es sobre los impactos de nuestros golpes, tanto los que damos como los que recibimos. Sigue pasando, principalmente ante los enemigos de mayor volumen, que terminamos sufriendo daños que creímos haber esquivado e impactado golpes que finalmente no quitaron vitalidad.
El sonido se mantiene intacto, esa ambientación sonora que tanto nos atrapó en su momento está de vuelta, complementada por esa banda sonora impecable por la que From Software siempre da un salto de calidad.
Pequeños cambios que facilitan la aventura
Si bien no hay modificaciones en el contenido del juego, Dark Souls: Remastered cuenta con algunas modificaciones técnicas que sirven, más que nada, para otorgar una mayor celeridad y dinámica a la jugabilidad.
Entre los más destacables, se encuentra la posibilidad de cambiar de pacto en cualquier hoguera. Ya no es necesario ir hasta el correspondiente NPC para cambiar de juramento, algo que facilita bastante la cuestión cuando superamos la primera mitad del juego y ya acumulamos varios en nuestro haber. También tenemos algunos atajos en los comandos, así como la posibilidad de editar cada uno a nuestro gusto para elegir la disposición que más cómodo nos quede.
Dentro de estas facilidades también podremos consumir la cantidad de consumibles idénticos que deseemos a la vez, esto funciona perfectamente cuando acumulamos varias almas o queremos utilzar varias humanidades al mismo tiempo.
El online también recibió algunas modificaciones positivas. Para empezar, se aumento la cantidad de jugadores por partida, de 4 a 6 (2 de ellos invasores), lo que puede resultar bastante beneficioso si queremos recibir ayuda contra algún boss molesto. Los servidores han sido mejorados notoriamente y en la buena cantidad de horas que le dedicamos para realizar esta review no hubo ningún incoveniente. Además, Dark Souls: Remastered, añade el sistema de contraseñas que ya vimos en Bloodborne y DS III, para jugar partidas de manera privada con los amigos que queramos.
Conclusión
Dark Souls: Remastered es una remasterización más que satisfactoria. No estamos ante un trabajo superfluo o una obra que entra en el podio de los juegos, pero From Software mejoró muchos de los aspectos visuales que hoy, con tanto tanque saliendo todos los meses, no resistiría el paso del tiempo.
Además, funciona para que una camada de jugadores que no tuvo la posibilidad de disfrutar el título en su momento y por eso se auto excluyó de la saga, le de una chance, con una jugabilidad notoriamente más fluida y algunas accesibilidades en los aspectos in game que son una invitación para pasar horas y horas descubriendo todo los que Lordran tiene para mostrar.