Después de 13 años de ausencia, Desperados III viene a reformular las bases de la franquicia y se catapulta como un exponenten dentro de la estrategia en tiempo real.
Cuando una franquicia pasa mucho tiempo en hibernación siempre está latente la posibilidad que, cuando llegué el momento de su regreso, no esté ni a la altura de las expectativas o, mucho peor, arrastre las mismas mecánicas de siempre.
Por suerte, con el caso de Desperados III no sucedió ninguna de esas falencias ya que quien se encargó de su desarrolló fue Mimimi Productions, que viene con un curriculum prometedor y logró traer de regreso a esta saga tras un descanso de 13 años para colocarla en uno claro referentes de los juegos de estrategias en tiempo real.
Desperados III es un título perfecto para los que buscan un desafío exigente pero también para aquellos que quieren dar sus primeros pasos dentro del género, gracias a su flexible dificultad y su amplia rejugabilidad, que nos garantiza una buena cantidad de horas para cumplir todos las misiones y sus objetivos opcionales.
Una historia de venganza bajo las reglas de un Western
La mejor manera a la que recurrió Mimimi Productions para no desentonar a los que juegan por primera vez un título de la saga fue recurrir a un argumento que funcione como precuela a las 2 entregas anteriores. Desperados III no es un “camino de origen” para John Cooper, el flamante protagonista del juego, pero tiene un lindo punto de partida con marcados flashbacks que intentan llevar el pulso de las acciones dentro de la narrativa principal, al mismo tiempo que conoce a varios integrantes conocidos de la franquicia, que se irán sumando como personajes jugables
La historia de Desperados III no es el punto más fuerte dentro de sus aristas y en cierto punto coquetea con lo predecible ya que tiene ciertos paralelismos a varias películas, por lo que es normal sentir en determinados momentos que querés saltearte las cinemáticas para pasar directamente a la acción, momento donde el cual el juego nos otorga todas las herramientas para que tengamos la libertad necesaria para las misiones a nuestro antojo.
Como dije al comienzo de la review, el juego no busca dejar afuera a nadie y su primera misión es la introducción perfecta en la que sus primeros destellos argumentales se camuflan con un tutorial que repasa los conceptos básicos de su propuesta, como el movimiento, el uso de habilidades, la visión de los enemigos y el Modo Duelo, unas de los elementos más ricos de esta aventura y que dotan de una mayor estrategia al momento de plantear los movimientos a seguir.
El Modo Duelo consiste en ralentizar el tiempo (algo que no está permitido en la dificultad más alta) y determinar las acciones de los personajes jugables de la misión. De esta manera, podemos ejecutar varias acciones en simultáneo cuando tengamos que movernos con la precisión y rigurosidad de una jugada ajedrecista.
Uno de los conceptos fundamentales en Desperados III es la libertad plena que nos otorga el juego para abrirnos paso en los amplios escenarios que componen sus niveles. A lo largo de 16 misiones principales y 5 quest extras, iremos intercalando entre los 5 personajes jugables (a veces jugaremos con uno, dos, 3 o todos al mismo tiempo). Cada uno de ellos cuenta con habilidades únicas que se complementan para cumplir los objetivos.
Por ejemplo, John Cooper cuenta con una doble pistola para eliminar a 2 enemigos a la vez, Kate puede utilizar un disfraz para pasar desapercibida e infiltrarse en zonas inaccesibles sin usar la fuerza, o directamente distraer a un guardia para que el resto de los personajes avance por una sección. El resto de la banda lo compone el doctor McCoy, que utiliza una valija con un gas aturdidor y una pistola con mira telescópica; Héctor, que con un silbido y una trampa para oso se convierte en uno de los personajes fundamentales gracias a su fuerza para derribar a los enemigos más duros; y después está Isabelle, la última en sumarse a la banda pero no por eso la menos relevante, ya que usará a su intimidante gato para distraer, su hoz para matar y algunas técnicas particulares para ser una herramienta clave.
No solo nos valdremos de las habilidades únicas de los personajes. Además dentro de los niveles iremos encontrando situaciones u acciones que podremos realizar para tomar ventaja de ciertas situaciones. Por ejemplo, en uno de las misiones veremos un cartel flojo que cuelga de uno de los objetivos a eliminar. Si llegamos a esa posición y se lo tiramos encima, evitamos llamar la atención y aumentado nuestras chances de ser descubiertos.
Pero retomando el punto de la libertad de acción, Desperados III nos deja que cumplamos los objetivos que nos imponen en cada misión de la forma que mejor nos parezca. Podemos hacer una inmersión completamente sigilosa o que no nos importe nada y eliminar a los enemigos sin cuartel. Obviamente, creo que gran parte del encanto del juego reside en movernos como una sombra y sacarnos de encima a todo lo que se nos cruce en el camino sin hacer notar nuestra presencia en el proceso.
Por suerte, el juego cuenta con las herramientas necesarias para que, sin importar la vía que escojamos, sintamos que estamos tomando una decisión incorrecta. A medida que vayamos avanzando en la historia, el diseño de los niveles irá expandiendo tanto en tamaño como en posibilidades, aunque también habrá una mayor cantidad de peligros, que como consecuencia directa nos dará un mayor margen de error. Un error del que podemos retractarnos con solvencia y rápidez, ya que Desperados III dispone de un auto guardado tan solvente y eficaz que con solo apretar un botón (en el caso de la versión de PlayStation 4 que fue la reseñada, es el panel táctil), ya aseguramos ese movimiento que hicimos y tener hasta 3 slots de guardado para volver atrás sobre nuestros pasos si así lo deseamos.
Esto merma por un lado el nivel de frustración y por otro no nos lleva al punto de reiniciar una misión de 0, algo que podría desalentarnos bastante fácil si estamos hace 90 minutos infiltrados en medio de un bosque lleno de enemigos. La duración de los niveles es relativa y también depende qué tan abocados al sígilo estemos. Mientras que las primeras se pueden resolver en 30 o 40 minutos, las últimas 5 misiones son una encrucijada constante de decisiones y podremos estar entre 2 y 4 horas para llevarlas con éxito. El factor guardado rápido, en estos casos, cobra un valor fundamental.
La rejugabilidad es un elemento crucial en esta aventura, ya que además de los objetivos principales cada misión cuenta con 8 sidequest que son requisitos dentro de la misión, elemento que nos invita a revisitar estos niveles tomando ciertas pautas para completar el juego al 100%. Una de las cosas más lindas que tiene la finalización de una quest en Desperados III es que al terminar nos colocan un mapa con todo el trayecto realizado por los personajes, permitiendo redefinir nuevas estrategias para mejorar los tiempos o cumplir esos objetivos secundarios que quedan pendientes.
Si ponderamos el entreverado y elocuente estructura de niveles así como también la versatilidad de los 5 personajes jugables, la pata flaca dentro de esta arista son los enemigos, que no tienen una variedad muy clara y siempre quedan achatados a 4 conceptos diferentes, con diseño que se repite hasta el hartazgo
Los más básicos serán los matones, que pueden ser derribados con cualquier arma y se distraen con cualquier habilidad que utilicemos. En el mismo peldaño están los pistoleros, que son idénticos a los bautizados matones pero tienen armas a distancia. Con un grado mayor de dificultad aparecen los ponchos, que además de usar armas de fuego no se mueven de su posición por más que intentemos atraerlos. Los enemigos más duros y díficiles de sacarse de encima serán los casacas larga, que solo pueden ser derribados físicamente por Héctor y necesitaremos de varios disparos para matarlos.
La ecuación de estos 5 enemigos con sus respectivos patrones (a los que se le suman los civiles y los perros de vigilancia) diseminados e intercalados en diferentes situaciones a lo largo del juego van aumentando el grado de dificultad en las misiones, lo que nos obliga a ir recurriendo a diversas estrategias, dependiendo a demás de los personajes que estemos utilizando. Por ejemplo, si en uno de los niveles Héctor no participa y hay Casacas Largas, tendremos que encontrar la manera de derrotar a ese enemigo sin tener que recurrir a la fuerza bruta de dicho personaje.
La dificultad predeterminada con la que arranca Desperados 3 está perfectamente balanceada con lo que ofrece la experiencia del juego y su curva va en un aumento progresivo, pero nunca se siente exigente al punto de no poder terminar una misión. Pero por suerte también tendremos una personalización manual de cada una de las aristas del juego para regular la experiencia a nuestro gusto, modificando el comportamiento de los enemigos, los recursos y la utilización del Modo Duelo. La experiencia se amolda a lo que el jugador busca y en ese sentido no defrauda en lo absoluto.
Inmersión audiovisual
Desperados III no obnubila con su potencia gráfica, pero hay un amor puesto en los escenarios y se nota el énfasis que le puso Mimimi Games para romper con esa monotonía de colores tan propia del Western tradicional que hay una enorme cantidad de detalles en los diferentes niveles que atravesamos. Esto se nota más cuando la acción se traslada a un pueblo, o a los interiores de una casa y no todo es una llanura, una montaña o una masa de árboles.
Esta intensidad de su entorno se complementa de forma excelente con su banda sonora, muy fiel al género también y que nos compenetra de lleno en cada uno de los objetivos que tenemos que cumplir. Sin ser un gran apasionado por las aventuras de estrategia en tiempo real me vi sumergido en una intensa marea de toma de decisiones en varias oportunidades, ya que Desperados 3 te lleva de la mano para que te sientas cómodo con sus mecánicas para luego soltarte de lleno en una variada montaña rusa de misiones. Si encima te atrae el Western y este tipo de historias, vas a disfrutar mucho de este universo.
Conclusión
Desperados 3 es un claro regreso triunfal de una franquicia que llevaba descansando mucho tiempo. Mimimi Games trajo consigo todo lo bueno que ejecuto en Shadow Tactics para fusionarlo con los conceptos de esta franquicia, que en este 2020 que despide a una generación de consolas se posiciona como un exponente claro de los juego de estrategia en tiempo real.
Un título que es fácil de aprender y díficil de soltar, gracias a su inmersión notoria y su enorme rejugabilidad. Nos veremos repitiendo varias veces una misión, tomando diferentes rutas y caminos pero también cambiando nuestros conceptos y decisiones para modificar al mismo tiempo la experiencia de juego.
Esta propuesta es una evolución en conjunto, tanto de Desperados como franquicia así también de Mimimi Games como desarrolladora, con un futuro para ambos más que prometedor.