Capcom vuelve a acercarnos uno de los título que sorprendió a propios y extraños hace cinco años: Dragon’s Dogma: Dark Arisen.
Cada vez con más frecuencia es que llegan las remakes de títulos a las nuevas generaciones de consolas. Resident Evil, Crash Bandicoot: N’Sane Trilogy, Uncharted: The Nathan Drake Collection son solo algunos de los juegos que han tenido su upgrade gráfico y han sido relanzados en conjunto con las mayorías de DLC’s y otros chiches. Ahora Capcom ha estrenado nuevamente en PlayStation 4 y Xbox One el Dragon’s Dogma sumado a su expansión Dark Arisen.
Originalmente estrenado en el 2012 para PlayStation 3 y Xbox 360, esta obra creada por Hideaki Itsuno (Devil May Cry) tardó casi 4 años (2016) en llegar a PC y uno más en reeditarse para las nuevas consolas de Sony y Microsoft.
Para entrar en contexto con el juego, la historia inicia con una suerte de prólogo protagonizado por Savan, uno de los arisen que está buscando al dragón Grigori, el ladrón de corazones. Apenas terminada esta introducción planteada por el juego procedemos a crear a nuestro propio Arisen y así dar comienzo a lo que será nuestra aventura por un mundo abierto de estilo medieval.
A medida que uno avanza por el juego, va descubriendo que nuestra quest de encontrar al Dragón para recuperar nuestro corazón estará llena de detalles que marcarán nuestra relación con la bestia mitológica. Por ejemplo, iremos descubriendo que entre nuestro Arisen y la criatura hay una conexión la cual se establece mediante la cicatriz que Grigori nos dejó en el pecho y por la cual podremos comunicarnos con él.
Con respecto al desarrollo de nuestro personaje, iremos descubriendo detalles sobre lo que significa ser un Arisen. Estas personas resucitadas – no somos los únicos – no envejecen y ni enferman, pero puede morir en la batalla. La vida de los Arisen se prolongará siempre y cuando el Dragón mantenga su corazón guardado en un cofre; es decir, mientras el Dragón viva, el Resucitado no puede morir. En caso que Grigori muera, todos los Arisen que no hayan recuperado su corazón envejecerán la cantidad de tiempo que se guardó el mismo, he aquí la imperiosa necesidad de nuestro personaje de recuperar su órgano.
Este juego ha logrado crear una historia atrapante, realmente muy completa y que aborda distintos puntos clásicos de las aventuras míticas de los reinos medievales como los enfrentamientos a criaturas mágicas tales como Quimeras, Grifos, Ogros e Hydras. Definitivamente la historia es el gran punto fuerte de esta aventura gráfica.
Con respecto a la jugabilidad, Capcom apostó a lo grande en su época con un mundo abierto marcado fuertemente por un eje RPG de acción. Rumores dicen que el juego en su momento se quedó sin presupuesto y salió al mercado como estaba y que tras su éxito de ventas, Capcom decidió actualizar el juego con la expansión Dark Arisen la cual además de añadir armas y misiones, agrega un nuevo mapa al título.
Los combates en el Dragon’s Dogma: Dark Arisen no destacan por sobre ningún otro título del género. La linealidad del combate es tal vez lo más flojo del título ya que por momentos puede ser bastante monótono, más allá de los bosses que siempre pueden generar problemas, la mayoría del juego podemos transitarla sin mayores dificultades.
Un recurso que logra utilizar bien el juego es el tema de los aliados. Si bien al principio, es decir en el prólogo, no entendemos de dónde están saliendo estos compañeros que nos ayudarán en combate con simples instrucciones, una vez que avanzamos la aventura iremos conociendo colegas a medida que exploramos el mapa, los cuales a través de una IA serán de gran ayuda, sobre todo por la destacable adaptación a los distintos jefes y los útiles consejos de batalla.
Ahora, yendo a lo concreto, el juego es una remake. Lo importante aquí entonces no es la historia, eso es algo que ya se ha analizado en su momento, lo mismo que la jugabilidad. Los gráficos de esta nueva versión del Dragon’s Dogma y su expansión han sido mejorados, de hecho, la empresa se ha encargado de recalcar esto con varios videos. Sin embargo, y a modo de apreciación, la calidad dista del objetivo soñado. Si bien las luces y todo mejora, lo hace solo un poco y no lo suficiente como para hacernos sentir en un título de nueva generación. El juego no parece de PlayStation 4 o Xbox One, realmente está como en un punto intermedio entre lo que fue y lo que podría ser.
La conclusión aquí es: Si no jugaste al título y su expansión, es una buena oportunidad para conocerlo, el juego no será el mejor RPG, menos hoy en día con la chance de compararlo con juegos como The Witcher 3, pero es una buena opción. Ahora, si jugaste a la versión de PlayStation 3 o Xbox 360, este no es un barco que quieras abordar, los gráficos no justifican la inversión del juego.