Nos metemos en la computadora de una anciana, para este plataformas que mezcla luces de neón y una jugabilidad mucho más imprecisa de lo que nos gustaría.
El equipo de Traxmaster Software nos trae una nueva aventura de plataformas, que combina acción y niveles alocados en un universo informático con cierta estética de cómic que podría haber ido mucho más allá con un mayor trabajo por parte del equipo de desarrollo. Hay cosas que vale la pena rescatar en esta experiencia que por momentos resulta frustrante: te lo detallamos todo en este análisis.
Exception nos pone en el Sistema Operativo de la computadora de una anciana, quien tras instalar un programa gratuito desató un caos total. Entonces, nosotros somos los encargados de liberar al software de un virus totalitario que está dispuesto a destruir todo a su paso.
Somos un antivirus
No tardamos demasiado en darnos cuenta de que Traxmaster Software ha puesto el foco en la parte jugable de Exception y no en la narrativa. Sin embargo, es gratificante descubrir como cada uno de sus 16 mundos va ampliando una pequeña y divertida historia que involucra a una anciana que acaba de instalar un terrible virus en su computadora simplemente porque le ofrecieron un programa gratuito. La premisa resulta más que interesante y aunque va perdiendo fuerzas conforme avanzamos en el juego, nos ha resultado muy divertido ponernos en la piel de un antivirus.
Lo que ciertamente ha quedado desperdiciado es el universo en el que nos sumergirnos, teniendo en cuenta lo muchísimo que podrían haber jugado con el Sistema Operativo de un ordenador. Este título tiene mucho de acá y allá, con cierta estética injustificada de cómic y un diseño visual y sonoro que remite a lo retro, pero todo se diluye en una serie de niveles que tienen mucha menos personalidad de lo que cabría esperar de este mundo informático que podría haber dado mucho más. Tampoco ayudan demasiado un olvidable protagonista y unos enemigos sin una pizca de carisma.
La imprecisión no hace al maestro
De primeras puede parecer que los juegos pequeños de plataformas, como lo es Exception, son mucho más fáciles de desarrollar y en ciertos aspectos puede que lo sea, pero hay una serie de factores muy específicos en los que no pueden fallar. Uno de ellos es la jugabilidad y todos los detalles que la conforman, siendo esta el gran eje de un juego vertiginoso de pura acción. Ejemplos de perfección en este sentido sobran en el último tiempo y por eso resulta bastante inaceptable que esta obra no pueda cumplir con los estándares que estamos en condiciones de exigir.
Las mecánicas de la obra de Traxmaster Software no son muchas ni muy variadas: deslizar, impulsarse y saltar acaban por ser las principales, más allá de alguna que otra como la de girar el mapa que acaba siendo más anecdótica que funcional. El problema surge cuando, conforme avanzamos a niveles más complejos, nos damos cuenta de que los controles no responden todo lo bien que deberían y muchas veces terminamos perdiendo la vida por estos errores y no por nuestra culpa. Estos comandos que no acaban de ser todo lo finos sumados a algunas físicas dudosas conforman un sentimiento de frustración que se presenta bastante seguido.
Pero si sos capaz de lidiar con esta imprecisión natural del juego y sos amante de los grandes desafíos en lo que a dificultad se refiere, puede que encuentres un pequeño diamante en medio del carbón. La realidad es que más allá de su poco pulida jugabilidad, Exception propone una experiencia realmente desafiante al estilo de las más hardcore entregas de la vieja escuela y además ofrece cantidad: son 16 mundos, con un total de 128 niveles cortos para que la palabra “monotonía” ni siquiera se atreva a figurar en su descripción.
Luces de neón – Apartado técnico
Como antes mencionamos Exception parece querer referir a los juegos de la vieja escuela y con eso podemos justificar algunos detalles que no están del todo bien, como un sonido que por momentos no parece escucharse en la mejor calidad. Sin embargo su diseño, que intenta ser uno de sus sellos de distinción, nos ha parecido bastante feo: un sinfín de niveles con una paleta de colores bastante similar, repletos de neón que acaba generando un caos de luces por todas partes.
El protagonista tampoco es de lo más atractivo, una falta de creatividad que también se ve reflejada en la poca variedad de enemigos. Por suerte los tiempos de carga son cortos, aunque no cabe esperar otra cosa teniendo en cuenta que es un juego que continuamente deja entrever sus costuras. En cuanto al rendimiento en general, no hay nada que reprochar.
Exception, el veredicto final
Cuando hablamos de juegos de plataformas hay un factor que no puede fallar: la jugabilidad. Lamentablemente el equipo de Traxmaster Software no ha pulido todo lo necesario este apartado y conforme nos sumergimos en los niveles más avanzados notamos como unos controles que nos responden todo lo bien que deberían nos juegan malas pasadas, convirtiendo a la diversión en frustración.
Sin embargo, sumergirse en este universo informático de Exception puede ser recomendable para los amantes de las experiencias hardcore de la vieja escuela. Si estás dispuesto a dejar de lado la imprecisión en la jugabilidad, te esperan por delante 128 niveles realmente desafiantes repletos de luces por todas partes.