F1 24 hace varios cambios en sus modos de juego pero también en su jugabilidad que se aleja en algunos tramos de la simulación.
Codemasters viene calibrando la experiencia en la franquicia de F1 desde hace, por lo menos, 5 ediciones. La adquisición por parte de Electronic Arts en 2021 trajo consigo algunos elementos y experiencia de jugador más acorde al publisher que tiene una amplia gama de deportes y competencias (NHL, NFL, Fútbol, etc), pero todavía no ha logrado encontrar ese equilibrio perfecto entre jugabilidad, modos e inmersión.
F1 2024 se siente en muchos sentidos como un gran paso adelante dentro de una franquicia que siempre supo mantenerse como uno de los simuladores automovilísticos más realistas de su género, tanto adentro de la pista por la sensación y dinámica de los controles, como por fuera gracias a la cantidad de elementos que nos permiten vivir la experiencia de manejar y/o administrar una escudería junto a todos sus elementos.
Este paso hacia adelante está marcado por una profundización en los modos de competencia, que ofrece más opciones para personalizar la experiencia, pero el freno en parte está colocado por algunas modificaciones en su jugabilidad y en su casi nulos cambios a nivel técnico y audiovisual: a meses de que la actual generación cumpla su cuarto aniversario, F1 se sigue viendo igual que hace 3 entregas.
Una franquicia que abre las puertas a todos los jugadores.
F1 siempre permitió una flexibilidad bastante amplia para que el jugador pueda personalizar cómo quiere disfrutar de las carreras: cantidad de vueltas, agresividad de la IA, automatización de controles y libertad en la toma de decisiones; pero todo siempre desde un concepto “simulador”.
En F1 24, Codemasters decidió no limitarse bajo este concepto y metió algunos cambios en su jugabilidad que, quizás los más puristas, puedan sentirse conflictuados. Ese realismo que predicó la franquicia durante tantos años ahora mutó a un híbrido más arcade. La curva de aprendizaje se redujo considerablemente y la conducción se volvió más amena para los conductores no tan expertos en la materia.
Los conductores ahora van a sentir una simpleza más pronunciada para tomar algunas curvas, algo que en las entregas anteriores era todo un arte para dominar, principalmente a la velocidad que toman los autos y el encare que le damos a las misma. Esto se complementa con que el juego es más benevolente con los errores que cometemos: antes un pequeño choque o irse contra un costado era un puñal muy difícil de revertir en cuanto a tiempos y competencia, pero en F1 24 estos fallos son más fáciles de corregir y es un tanto más sencillo volver a las pistas.
Esta sensación “arcade” también se traslada a la sensación de control en los vehículos y el desgaste de las ruedas, que cuenta con un detalle de desgaste más pronunciado y el auto tiende a ser más incontrolable pero bien marcado: la obligación a boxes ya es parte del abc de esta franquicia.
Las pequeñas decisiones que hacen de F1 24 un poco menos “exigente” y más abierto a toda la comunidad de jugadores puede chocar para los veteranos más puristas, pero la decisión de Codemasters es poder salir de su nicho y llegar a un mayor público. Esto también se contrasta con una marca registrada dentro de sus configuraciones: un nivel de personalización en la conducción en donde todos pueden calibrar a su gusto y comodidad.
Braking Point al banco y las luces puestas al Modo Carrera.
La compra de Codemasters por parte de Electronic Arts tuvo su marca más distintiva con el debut de Braking Point, un modo aventura en el que nos poníamos en la piel de Aiden Jackson, en su paso por la F2 para luego dar el salto a la máxima competencia, con rivalidades internas y contra otras escuderías con el fin de llevar su nombre a lo más alto de la Fórmula. Tras su debut en F1 21, se ausentó en su edición siguiente para luego reaparecer en F1 23 con algunas mejoras y cambios en la narrativa, pero que tampoco tuvieron esa enorme profundización. En F1 24 una vez más dice ausente, y esto nos lleva a pensar si la decisión es que tenga una aparición bi anual o sencillamente no le terminan de encontrar la vuelta.
Esta ausencia se trata de complementar con un maquillaje y abordaje más intenso al Modo Carrera, probablemente la opción de juego más representativa en todos los F1 y la que se ha mantenido presente hasta la actualidad. El objetivo para este año es que podamos disfrutar de la misma calidad de experiencia arriba de la pista como en los boxes y reuniones de equipo. Nuevamente tenemos la oportunidad de jugar solo como piloto (creado, profesional o incluso algunas leyendas) o administrar una escuadra, y ahora la profundización está dictada por la generosa cantidad de complementos y acciones que podemos realizar y que cambian el curso de las partidas.
No será lo mismo enfocarnos en un solo piloto que administrar una escuadra. Tampoco será lo mismo formar parte de Ferrari, Red Bull o McClaren que marcas de menor porte: los recursos, las maneras de negociar y los objetivos de campaña cambian radicalmente, con una dificultad equilibrada en función de lo que elijamos. Esta dificultad equilibrada no logra transpolarse a la pista, ya que Codemasters todavía tiene que trabajar y mucho para balancear a una IA que no sabe transitar el camino de los grises: una dificultad que en difícil es prácticamente imbatible y agresiva, mientras que en fácil hay una sensación incluso de desaceleración en algunos tramos. Con el avance de la Inteligencia Artificial, estamos a una altura que le podemos exigir un poco más a distribuidoras que manejan presupuestos millonarios.
F1 World otra vez se hace presente dentro de los modos de juego, una opción online que tuvo algunos momentos de fama durante la edición anterior y se vuelve a posicionar como la opción más completa para compartir una experiencia online. Las opciones de personalización aumentaron para que haya una individualización más marcada dentro de la comunidad y también se agregaron más desafíos para competir y agregar recompensas. Al igual que las últimas ediciones, hay un calendario que se irá actualizando con novedades jugables, cosméticas y también en carreras por tiempo limitado.
A nivel audiovisual, existe esa misma sensación que percibimos en otras franquicias anuales: las mejoras en calidad y rendimiento no marcan un significativo cambio. En algunas pistas y momentos, puedo poner F1 22, 23 y 24 para que puedas decir cuál es cuál y estamos seguros que muchos estarán confundidos para elegir. Hay sí varias modificaciones en texturas de los autos (quizás quienes se llevan todo el protagonismo) y elementos de iluminación, sombras y cuestiones climáticas que se mejoraron para esta entrega, pero sigue sin ser un salto disruptivo.
Sí existe una mejora en toda la experiencia de usuario: los menúes e interfaces son un poco más ágiles y la navegación se ha vuelto más intuitiva, aprovechando el rendimiento de la actual generación de consolas, algo que se contrasta con algunos tiempos de carga (en modos incluso single player) a los cuales estábamos un poco desacostumbrados
Conclusión.
F1 24, por momentos, parece que se duerme en los laureles. Entiende que en su nicho es actualmente imbatible y se mueve entre zonas seguras, modificando algunas cosas, sacando otras y profundizando las más relevantes. La corta cantidad de modos se siente y solo nos olvidamos de esto cuando descubrimos la cuantiosa cantidad de actividades que tenemos para realizar en el Modo Carrera, algo que debería llevarse a F1 World.
Es realmente el más continuista de todos los F1 de esta generación de consolas, y realmente a nivel jugable y experiencia están muy pero muy bien: la solidez como propuesta se mantiene. Pero para los que venimos jugando esta franquicia desde hace varios años, todavía estamos esperando ese salto abrumador de calidad que vuelva a llevar su experiencia a otro nivel.
F1 24, por momentos, parece que se duerme en los laureles. Entiende que en su nicho es actualmente imbatible y se mueve entre zonas seguras, modificando algunas cosas, sacando otras y profundizando las más relevantes. La corta cantidad de modos se siente y solo nos olvidamos de esto cuando descubrimos la cuantiosa cantidad de actividades que tenemos para realizar en el Modo Carrera, algo que debería llevarse a F1 World.
Es realmente el más continuista de todos los F1 de esta generación de consolas, y realmente a nivel jugable y experiencia están muy pero muy bien: la solidez como propuesta se mantiene. Pero para los que venimos jugando esta franquicia desde hace varios años, todavía estamos esperando ese salto abrumador de calidad que vuelva a llevar su experiencia a otro nivel.