FIFA 23 mantiene esa ola continuísta, pero esta nueva edición viene cargado de pequeños grandes cambios que marcan la cancha para el futuro.
Hace 10 años que FIFA posicionó su dominio como el mejor simulador de fútbol y, a pesar de los intentos de su acérrimo rival, lidera con un amplio margen de ventaja, acrecentando en demasía durante las últimas ediciones. Esto trajo como consecuencia una zona de confort que comenzó a incomodar a los millones de jugadores, que observaban como EA Sport prefería seguir sumando millones a sus arcas a través de Ultimate Team que pateando el tablero con la mira puesta en, ni más menos, una revolución dentro del género.
FIFA 23 es el último juego de la franquicia que llevará este emblemático nombre ya que, como les contamos en mayo, EA Sports rompió relaciones con la Federación Internacional de Fútbol y su próxima edición llegará como EA Sports FC. En este marco, la nueva – y última – edición de FIFA como tal no se siente como un partido homenaje de despedida sino como la oportunidad de despedirse por todo lo alto y sembrar la semilla para esa gran pateada de tablero.
La decisión que toma EA con FIFA queda reflejado en cada uno de las aristas del juego. Aristas que los jugadores de la franquicia conocen con familiaridad porque navegan en ellos desde hace años; sin embargo, estos aspectos y mecánicas tienen un aire diferente, un trabajo meticuloso en muchas dinámicas que tienen como denominador potenciar la experiencia del jugador y llevar el disfrute de esta edición en interfaces más simples, partidos más estratégicos y un realismo que continúa sumando peldaños.
El amor por “la caprichosa”
Jugar al FIFA es como andar en bicicleta, no importa cuánto tiempo pases sin jugar o los cambios que haya, una vez que agarrás el joystick la memoria te pone todo en su lugar. Y FIFA 23 busca que tengas presente cómo se juega en todo momento para darte algunos cambios en su estructura, para que la esencia sea la misma pero los matices abran la cancha al momento de llevar la dinámica de los partidos a otro nivel.
Adentro de la cancha y con los 22 jugadores o 22 jugadoras corriendo en el campo, FIFA 23 muestra su grandes novedades en 4 grandes campos. El primero es el que más llama la atención porque abre realmente todo un mundo de posibildades y es finalmente la consolidación del Tiro Potente como un disparo oficial dentro del juego. Hasta FIFA 22, teníamos el disparo convencional (en la versión de PlayStation, el botón Cuadrado), el tiro a colocar (Cuadrado+R2), el sombrerito (Cuadrado+L1) y el disparo habilidoso (Cuadrado+L2). Pero también había un tiro, una suerte de bombazo al ras que se ejecutaba apretando L1+R2 y Cuadrado (o R1, dependiendo con el botón que corras).
Bueno, ahora este Tiro Potente es una carta más dentro del repertorio de ataque y busca darle un sentido más claro a las definiciones mano a mano o a los zapatazos de media distancia. Es tal su imponencia dentro del juego que hasta tiene la posibilidad de que la cámara sufra un breve de efecto de zoom para darle otra épica al tiro. En los primeros partidos la sensación fue unanime: el juego se rompió de forma absoluta y no hay vuelta atrás. Después, enfrentando a una IA más compleja o los partidos contra amigos que vinieron a probar el juego, la sensación es otra, ya que si bien es un tiro que bien colocado – y con jugadores de buen pie – casi que te aseguran el gol, su preparación lleva unos instantes, y si estamos marcados somos presa fácil para los defensores.
El segundo de los aspectos será muy celebrado por todo el fandom de FIFA, y es la reinvención de todas sus pelotas paradas. Ejecutar corners o tiro libre tendrá una mayor versatilidad con el cambio del hud, que ofrece además de mayores controles con la pelota una creativadad más amplia para ser el rey de las jugadas preparadas. Incluso los penales cambiaron, y ahora no estamos a merced de la sensibilidad del analógico.
Probando los tiro libres de corta y media distancia desde distintos ángulos, y también corners, la posibilidad de dirigir con mayor ímpetu la pelota hacia donde queremos colocarla ofrece una nueva capa de posibilidades para poder atacar con juego aéreo pero también con centros al ras que busquen sorprender al primer palo.
Continuando con el eje de las novedades dentro de los partidos, aparece HyperMotion, la tecnología implementada por EA Sports en esta edición y solo disponible en PlayStation 5 y Xbox Series X|S para aumentar el nivel de animaciones de los jugadores y sus capturas de movimientos. La primera sensación es la de no notar estos cambios de forma tangible, pero cuando te cargar una buena cantidad de partidos empezás a notar esos detalles que elevan el realismo a toda la propuesta: desplazamientos de los jugadores, reclamos entre compañeros, movimientos elásticos de los arqueros, salidas rápidas con las manos, posicionamiento del delantero para patear y cómo friccionar en las marcas y las contiendas aéreas. Todo este “maquillaje” brilla en pos de ofrecer una experiencia superadora, que traspasa la pantalla gracias al DualSense pero también es inmersivo gracias a estos componentes.
Y como cuarta y última de las novedades, está ese extra en la inmersión antes mencionada gracias a toda la ambientación que forma parte del juego. La previa del partido; las indicaciones de los técnicos, las animaciones entre jugadas, nuevos festejos, un campo de juego mucho más reactivo a las pisadas y barridas de los jugadores. Todo una ambientación que continúa potenciando la experiencia, porque FIFA entiende con estas cosas – y algunas que detallaré en algunos párrafos – que los partidos se ganan adentro y afuera de la cancha.
Donde siento que FIFA 23 mantiene casi su misma rigurosidad es tanto en la sensibilidad de los botones – principalmente en el pase – como en el nivel de la IA. Continúa la posibilidad de que la máquina vaya variando su dificultad reactivamente, pero siento que no es lo suficientemente plasmable dentro de los encuentros.
En cuanto a las plantillas, todavía hay algunas piedras en el zapato pero varios añadidos lindos. Es inadmisible no poder jugar con Brasil – salvo que lo edites y juegues con las plantillas de forma local -, pero se suma, entre licencias y nuevos, un puñado de Selecciones y ligas masculinas, como diría Fernando Niembro de “ribetes menores” (Qatar como país y la Liga de India). El Brasileirao corre la misma suerte que su Selección y como gran novedad se encuentra la inclusión de varias ligas europeas de fútbol femenino (inglesa y francesa, respectivamente; una movida pedida hace años por parte del público gamer y EA Sports responde con más inclusión y posibilidades. Queda a la expectativa entender cuál será la actualización de cara al Mundial 2022 en noviembre, así que seguramente haya novedades en las próximas semanas.
Entre sus modos de juegos, todas son figuritas repetidas y caras conocidas. EA Sports mantiene esa línea que comentamos hace algunas semanas con el lanzamiento de Madden, trabajar sobre lo que ya se construyó y potenciar la experiencia de juego. En cuanto a FUT Champions, hay algunas inclusiones jugables como “Momentos“, desafíos puntuales que incluyen tanto a tu plantilla como a jugadores específicos, a lo que se le suma una nueva moneda a la economía del juego para conseguir nuevos sobres. No esperes una reinvención total con estos mini desafíos pero son una carta distinta a los modos ya conocidos dentro del modo más popular de FIFA
Después en tónica de contenidos y cuestiones monetarias, EA no modifcó un ápice de su principal fuente de ingresos. Sin embargo, dentro de esta fórmula mega continuísta, hay mejoras dentro de su interfaz y, nuevamente, la experiencia de usuario. El sistema de química ahora tiene una lógica de visualización mucho más entendible, y que permite trazar estrategias y cambios de forma más ágil. Detalle no menor es que en FIFA 23 los jugadores no pierden atributos si no juegan en su posición correcta; sino que siempre parten desde su base y a raíz de la química potencian sus stats. Con FUT recién empezando su temporada, no tenemos un criterio claro para evaluar si ahora las recompensas son un poco más flexibles y bondadosas para armar equipos robustos sin dedicarle tanto tiempo, y es algo en que EA debe trabajar si quiere seguir sumando jugadores a su comunidad.
Clubes Pro, por su parte, cuenta con ajustes mínimos en sus modos, aunque lo que más llama la atención es la adhesión de VOLTA, que de buenas a primera EA Sports intenta darle un mayor protagonismo. Al igual que en FUT, hubo ajustes en las bonificaciones y experiencia obtenidas por los partidos y los nuevos juegos de habilidad adheridos a este modo, siguiendo la lógica de aumentar las recompensas a los jugadores.
Con la inclusión de Ted Lasso y su Richmond AFC, el Modo Carrera tiene, para aquellos reacios a jugar en modo single player, otro atractivo. Para esta edición, más allá de la llegada del personaje y equipo de la serie de Apple, FIFA 23 profundiza mucho más todas las posibilidades dentro del desarrollo profesional a cargo de un equipo – o previamente como jugador de un club -, con más posibilidades simulación híbrida, para manejar la gestión y el juego de la misma forma. Entre sus agregados, ahora podemos simular los partidos y tener actividad en “jugadas claves”, criterios que toma el juego para ponernos en control del partido y que pueden transformarse en situación manifiesta de gol.
Más allá de esto, el modo carrera se siente como el más continuísta de todas las fórmulas y continúa acarreando esa falta de novedades de peso no solo ya en sus modos de juego, sino también con énfasis en las opciones para un jugador. Journey, su modo historia, fue incluido en dos oportunidades pero con una falta de profundidad para hacer una narrativa interesante mezclada al fútbol. Esperemos que para EA Sports FC las cosas tengan un cambio de timón real.
Conclusión
FIFA 23 no viene a reinventar la rueda, pero sí hace los méritos para que la rueda gire mejor. A nivel jugable, ofrece el salto más claro en sus últimas 3 ediciones y el nivel de ambientación da un paso hacia adelante para que la inmersión sea más inolvidable.
Los modos de juego no buscan salir de su ecuación ya establecida y eso es un gran punto de en contra; ya que la falta de innovación vale menos que seguir cosechando con FUT Champions un éxito que no va a ser eterno. Sin embargo, las mejoras en las interfaces y dinámicas dentro de sus distintas aristas jugables potencian la experiencia para el jugador, con opciones más intuitivas y mejor visualizadas.
La última entrega de FIFA bajo este nombre se despide sin arriesgarse, sin patear tablero, sin esa tan esperada revolución en todos sus sentidos, pero mantiene el barco a flote, con un equipo que juega de memoria y suma algunas figuritas para tirar algunos lujos aquí y allá, apostando no tanto a ganar sino más bien a no perder.