Una nueva entrega de la veterana saga de Ubi llega a nosotros y acá estamos para contarles qué nos ha parecido. ¿Vale la pena sumergirse en la isla de Aurora?
Hace algún tiempo probamos la beta y es cierto que nos quedamos con ganas de un poco más, necesidad que ahora hemos satisfecho con la versión final de Ghost Recon: Breakpoint. Ubisoft ha hecho un buen trabajo mejorando lo que fue la cuestionable fórmula de Wildlands, pero aunque nos ha dejados satisfechos en líneas generales, sentimos que el resultado final podría haber sido mucho más satisfactorio con la profundización de varios de sus elementos.
El juego nos lleva a Aurora, una isla en la que los campos de desarrollo de tecnología de avanzada han sido tomados por fuerzas militares para la creación de armamento. Nosotros, como no podía ser de otra manera, nos encontramos al frente de los ghosts como uno de los pocos sobrevivientes que ha quedado tras un accidente aéreo y debemos encargarnos de averiguar qué es lo que está pasando en la isla mientras la limpiamos de los invasores.
Entre el pasado y el presente
Así es como se desarrolla a grandes rasgos la historia de Ghost Recon: Breakpoint, entre el pasado y el presente. Como se imaginarán, pasando mayor cantidad de tiempo en Aurora en donde se desarrolla lentamente una historia bastante genérica pero igual funcional. Los personajes están bastante más trabajados de lo que cabría esperar para un trabajo del estudio francés, pero aún así resulta difícil empatizar con otros que no sean el villano y el propio protagonista. En este sentido tenemos que destacar el gran trabajo de Jon Bernthal, que como buen líder de la facción enemiga acaba convirtiéndose en la personalidad más atractiva de toda la narrativa.
Sin embargo, lo más interesante de lo que se nos cuenta ocurre cuando el juego decide dar un paseo por el pasado: en el contexto de una guerra moderna, se nos cuenta con gran interés los orígenes de nuestro personaje y Cole D. Walker (Bernthal). La relación entre estos dos hermanos de armas que se han visto diferenciados a lo largo del tiempo por sus ideales, da lugar a las secuencias más interesantes y profundas de la trama, con momentos realmente intensos que sorprenderán a todos aquellos que estén acostumbrados al tibio trabajo de Ubisoft en títulos anteriores.
3… 2… 1… fuego
Ahora olvidémonos de la historia y centrémonos en lo que es el eje de Ghost Recon: Breakpoint, la jugabilidad. Como bien notamos en la beta y acaba de confirmarse en esta versión final, el estudio francés hace gala de su basta experiencia en shooters con la creación de un sistema de disparos que se siente increíblemente cómodo y preciso. Sumergirnos en tiroteos intensos con un buen puñado de enemigos es una experiencia satisfactoria de principio a fin, más aún cuando contamos con un arsenal de lo más variado y que encima podemos modificar con decenas de accesorios.
Pero claro está que la verdadera experiencia de convertirse en un miembro ghost pasa por ser, justamente, un fantasma. El juego cobra realmente sentido cuando nos ocupamos de abarcar los diferentes objetivos en sigilo, peinando el área con nuestro dron y determinando cuál es la mejor estrategia para eliminar a los enemigos sin ser descubiertos. Como es de esperar, la verdadera diversión se consigue cuando lo hacemos en compañía -aunque esto también signifique que disminuya la dificultad incluyendo una IA increíblemente torpe- pero nos ha resultado una gran noticia que también hemos encontrado muy satisfactorio el recorrido individual. En pocas palabras: con amigos es mejor pero no la única opción.
En lo que a las misiones se refiere, las encargadas de acompañar a la historia son bastante variadas y tienen un diseño trabajado que, por ejemplo, nos llevan a sumergirnos en bases para eliminar a un enemigo refugiado sin dar la alerta. Sin embargo, cuando nos disponemos a cumplir con algunos objetivos de las facciones -los cuales sirven para desbloquear objetos- nos encontramos con un acabado mucho más genérico y repetitivo a la larga. Lo bueno es que siempre que nos estemos aburriendo de hacer lo mismo, habrá algún cosmético, arma o accesorio que nos invite a seguir jugando para conseguirlo.
En cuanto a las novedades dentro de la saga, Ghost Recon: Breakpoint nos ofrece un muy discreto apartado de supervivencia que nos ha resultado más anecdótico que funcional y que nos hubiera gustado que lleven un poco más allá (el curarnos las heridas quedó muy bien en el gameplay de presentación, pero en el juego pasa sin penas ni glorias). También podemos disfrutar de un modo multijugador que enfrenta a dos equipos y que jugado con amigos, coordinando los ataques, puede ser muy entretenido. Es cierto que no le vemos una larga vida útil, pero sí que sirve para suplir espacios mientras esperamos las prometidas raids.
Recorriendo Aurora
Y como era de esperar dentro de la saga y también teniendo en cuenta que Ubisoft se encuentra detrás, la isla de Aurora nos regala un mapeado colosal. La naturaleza es lo que abunda en el territorio, como bien vimos en la Bolivia de Wildlands, pero los asentamientos que se encuentran por acá y por allá nos alejan -por momentos- de esa sensación de vacío que suele existir en los juegos de semejante tamaño. Los puestos de vigilancia le dan un dinamismo al recorrido, al igual que los coleccionables que van apareciendo conforme avanzamos, un combo que invita siempre a tomar caminos alternativos. En cuanto a los puestos de los enemigos, los hay de todos los tipos, con más y menos cantidad, mientras que se extraña alguna gran ciudad con civiles para darle un poco más de vida al lugar.
Y para recorrer este gran mapa Ghost Recon: Breakpoint pone a nuestra disposición un amplio abanico de vehículos. Sin embargo, la conducción es tan tosca -casi como traída de un par de generaciones anteriores- que no permite disfrutar de los viajes. Durante los primeros compases de la aventura la curiosidad invita a probar la variedad, desde una moto hasta un todoterreno con una ametralladora montada en la caja, pero conforme avancen las horas terminaremos por elegir el siempre confiable helicóptero que no solo es la forma más rápido sino también la más cómoda de desplazarnos ya sea solos o acompañados por el equipo.
Por último, ya que llegamos al tema del equipo hay algo que nos ha gustado bastante: el árbol de habilidades. Es cierto que si nos embarcamos en misiones secundarias como si no hubiera un mañana es bastante sencillo hacer que nuestro personaje sea completamente versátil, pero lo cierto es que resulta entretenido elegir qué desbloquear en base al rol que queremos cumplir dentro del grupo con el que jugamos. Si nos tomamos las cosas en serio podremos armar un rompecabezas perfecto con el médico, el hacker, el tanque y el francotirador. Después de eso solo quedará coordinar el ataque y ganarse la medalla de honor de los ghosts.
La isla – Apartado técnico
Como bien dijimos en la beta y algo que, para decepción, no ha cambiado en lo más mínimo, el apartado gráfico es mucho más discreto de lo que cabría para esta generación de consolas y computadoras que en los últimos tiempos ha mostrado de todo lo que es capaz. Aún así, Ghost Recon: Breakpoint no se ve mal gracias a un mapa inmenso repleto de una naturaleza bien representada que encanta cuando contrasta con las bases tecnológicas y de un diseño correcto de personajes en líneas generales.
En cuanto al sonido el equipo de Ubisoft también ha hecho las cosas bien, sin llevarse ningún aplauso, aunque sí nos ha gustado como se escuchan los disparos de las diferentes armas sobre todo si tenemos unos buenos auriculares para poder apreciarlos. Pero si hay de lo que nunca se salva el estudio francés es de los bugs, unos que en la mayoría de las ocasiones son simplemente anecdóticos pero que en alguna que otra misión nos han llevado a reiniciarla o nos han quitado por completo de la inmersión.
Ghost Recon: Breakpoint, el veredicto final
Ghost Recon: Breakpoint representa, sin lugar a dudas, una evolución respecto a Wildlands aunque no necesariamente está a la altura de las altas expectativas que generó tras su presentación. Eso no quiere decir que el juego esté mal, pero es cierto que al estudio francés le exigimos mucho más de esta saga en la que ha trabajado durante tanto tiempo y que bien ha sabido revivir en los últimos años.
Más allá de esto, lo nuevo de Ubisoft es entretenido y conseguirá satisfacer a los amantes de los shooters, sobre todo si aman pasar horas desbloqueando nuevos objetos y aún más si tienen a un grupo de amigos con quienes coordinar ataques como todo un equipo ghost. Aunque nos hubiera encantado una mayor profundidad en casi todos sus aspectos, es un juego más que cumplidor y recomendable para quienes gusten de su estilo.