Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es una revisión del rpg lanzado en 2012, que funciona principalmente para descubrir esta aventura infravalorada en su momento.
Es bastante probable que si no estás metido de lleno en el mundo de los videojuegos, el nombre Kingdoms of Amalur: Reckoning no te suene ni por asomo. Desarrollado en conjunto por 38 Studios y Big Huge Game, el juego fue lanzado para PC y consolas con una tibia promoción a pesar de que Electronic Arts estuvo vinculado en su publicación en febrero de 2012.
A la ya poca difusión de sus bondades, el juego sumó otra pálida a meses de su debut: la quiebra definitiva de 38 Studios. De ahí en más, y tras algunas decisiones de contenido polémicas por parte de EA, el juego pasó sin pena ni gloria. Una verdadera lastima en su momento para un action RPG que manejaba una atractiva historia, un lore fantástico, combinado con un sistema de clases novedoso y un combate versatil gracias a su amplia variedad de posibilidades.
La franquicia fue comprada por THQ Nordic a mediados de 2018 y, a cargo de Kaiko, lanzaron Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning, una remasterización que trae todo el contenido base más la expansiones; y la promesa de más novedades para el año que viene.
En líneas generales, estamos ante una remasterización modesta, que solo busca afinar el lapiz en cuestiones de rendimiento y un pulido en cuestiones de texturas y banda sonora. Sin embargo, yo creo que es la oportunidad ideal para que aquellos que en su momento pasaron por alto este hermoso action-rpg se tomen su merecida revancha, porque definitivamente en muchos apartados no siente el paso de los años.
De regreso a las Faelands
Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning en un action rpg de exploración abierta, que toma del combate algunas pautas del frenetismo de los hack ‘n slash pero al mismo tiempo hay mucho de una vertiente al estilo Darkisders. Su arista RPG es la más rica, con un enorme mapa para explorar, en el que nos iremos involucrando en numerosas quest a través de diferentes áreas, con un lore preciso e incisivo, que nos invita a conocer cada uno de sus secretos.
La historia del juego tiene como punto de partida nuestra propia resurrección, a través de la utilización de El Pozo de las Almas. Seremos un personaje creado desde el nombre, la apariencia y la raza a la que pertenecemos, pero el núcleo narrativo permanece inmutado: somos el resultado de un experimento, que tiene como objetivo ponerle fin a una guerra que sufren los habitantes de las Faelands desde hace años, mientras forjamos nuestro propio destino.
Este punto de partida es solo apenas una primera mirada de todo lo que ofrece a modo de exploración y narrativa Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning, un relato que tiene a Todd McFarlane (creador de Spawn) y Ken Rolston entre sus responsables.
El apartado del combate tiene la misma riqueza que su universo y el estilo que elijamos está estrictamente ligado a la progresión del personaje. Fuerza, destreza y magia son las 3 ramas, que podremos potenciar de forma individual o hacer un híbrido entre ellas. Kingdoms of Amalur ofrece está posibilidad desde el vamos, y nos da la libertad que tracemos nuestro propio camino con el protagonista.
Tanto las armas como las habilidades van en funcionalidad de la forma en la que farmeamos al personaje y la evidencia de esto queda explicita desde lo que nos equipamos hasta las técnicas que aprendemos. Los enfrentamientos, gracias a esto, son tan versatiles como estratégicos. Bloquear no es un elemento trascendental, pero sí deberemos movernos constantemente y depende el personaje nos enfocaremos en ataques a distancia o cuerpo a cuerpo.
Como complemento al estilo del personaje de nuestra preferencia, el juego implementa unas carta de tarot que aumentan de forma pasiva ciertas ciertas estadísticas, que las podemos elegir acorde a la ramificación que nos involucremos.
Esta cantidad de aristas, que en ningún momento son complejas sino todo lo contrario, traen a la mesa los conceptos más ricos de los rpg modernos para combinarlos con un combate sin tapujos, en la que derrotaremos a simples esbirros para luego darnos murra con gigantescas criaturas de todo tipo.
Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es un título ágil desde todas sus perspectivas. Nunca vamos a quedarnos quieto porque siempre hay alguna quest para hacer, áreas para explorar, armas para forjar, ítems para crear, npc con los que interactuar. Con su rápida curva de aprendizaje es una aventura que solo para completar su apartado principal nos demandará unas 30 horas, que se duplican e incluso más todavía si queremos dejar una misión sin terminar. De yapa, ya sabemos que el año que viene veremos una expansión que complementará todo lo que tiene el juego base.
En cuanto a la remasterización, todo el corazón del juego no se ve afectado en ningún aspecto, ni para bien ni para mal. Las armas mantienen su peso, su poder de ataque, la capacidad de desplazamiento se mantiene y la distribución de las quest y los enemigos se mantiene intacta. Kaiko decidió apuntar los cañones de Re-Reckoning a optimizar la calidad de vida del juego, desde la interfaz, la ia de los enemigos y el pulido sonoro como de texturas.
Ahora tenemos una noción más clara del nivel de los enemigos en todas las zonas del juego, la experiencia que recibimos se balanceó y una estabilidad en los fps más clara, incluso en la compatibilidad con 4k.
Estos pequeños cambios se reflejan de forma más tangible en la versión de consolas (en mi caso, PlayStation 4), ya que hay una clara mejora en la respuesta de los controles, amplio la cantidad de habilidades que podemos colocar en los atajos.
Los cambios no transforman la experiencia si ya jugaron la versión original, pero es un pulido que ofrece una experiencia más definida y completa, principalmente volcada para aquellos que no pudieron jugarlo en su momento. El punto negativo de Re-Reckoning es la cámara, que sigue haciendo lo que quiere en los combates y por momentos se transforma en un enemigo más.
Conclusión
Con mínimos ajustes, Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es una oportunidad ideal para jugar un action RPG lleno de mátices y que rápidamente nos sumerge en todo su potencial. Los pequeños cambios optimizan la experiencia, pero tampoco es una invitación concreta para aquellos que ya lo disfrutaron en su momento.
Habrá que esperar de qué tamaño será la expansión que preparan para 2021, pero de por sí estamos ante un juego que tiene mucho contenido base, y si bien una porción de sus sidequest nos llevan una y otra vez por las mismas regiones, es una aventura que tiene un montón de potencial, con la libertad de moldear al protagonista de turno de la forma que queramos.
No deslumbró en su momento y no viene a cambiar las reglas 8 años después, pero es una variante imperdible para los que les encantan los mundos de fantasía y las aventuras rpg.