Los hermanos Diaz se encuentran en el momento más difícil de su viaje, mientras Dontnod nos trae el capítulo más duro y crudo de esta aventura.
Faith, el cuarto episodio de Life is Strange 2, nos abre las puertas hacia el inminente final y no podría haberlo hecho de mejor manera. Después de unas tres partes anteriores más que correctas que nos permitieron acompañar a los hermanos Diaz en su viaje, esta cuarta se tuerce en favor de un relato mucho más crudo y dramático que parece querer prepararnos para un desenlace brutal.
Ahora los caminos de Sean y Daniel se han separado, por primera vez desde que abandonaran su casa y emprendieran un largo camino hacia Puerto Lobos. El mayor de los hermanos ha despertado en el hospital, mientras que el joven con súper poderes intenta encontrar la salvación en compañía de nuevas personas y la religión.
Ni la música puede salvarte
Con las tres entregas de esta saga Dontnod Entertainment nos trajo historias realmente dramáticas, que nos han conmovido hasta las lágrimas y que nos han alejado de los típicos relatos adolescentes para mostrarnos verdades más crudas. Sin embargo ninguno lo había hecho como este tercer episodio de Life is Strange 2 llamado Faith, en el que el estudio ha hecho ligeros cambios en la forma de contar las cosas a favor de llevar al drama al siguiente nivel. El que más nos ha llamado la atención son esas escenas en las que la música ha desaparecido: antes una canción indie siempre acompañaba a los protagonistas en los momentos más profundos, pero acá el silencio es el compañero inamovible de los momentos más difíciles de Sean, algo que nos ha resultado sorprendentemente efectivo e increíblemente inmersivo.
Sin entrar en spoilers, para contextualizar solo vamos a aclarar que en este episodio los hermanos Diaz están separados. Esto nos lleva a atravesar la mayor parte de esta continuación controlando solo a Sean, algo que no había ocurrido en toda la aventura. Entonces, se permite enfocarnos solo en él y en sus emociones, lo que tiene mucho sentido ya que la mira está puesta en cómo ha cambiado después de todo lo que ha vivido en el último tiempo. A pesar de eso su objetivo principal sigue siendo recuperar y asegurar el bienestar de su hermano menor, sigue así siendo la familia uno de los matices principales de la narrativa aunque ahora comienza a poner ciertas dudas sobre lo que realmente significa esa palabra.
Este viaje en solitario de Sean también vuelve a presentarnos personajes de todos los tipos, tan carismáticos como los que acostumbra a traer el estudio y de un peso real en la historia. Los hay malos de verdad y buenos, este enfrentamiento de morales al que siempre recurre la saga para reforzar las ideas que intenta transmitir. Así, en Faith vemos como se enfrentan las diferentes visiones de los jóvenes problemáticos y vuelve a aparecer el racismo como eje de las situaciones más críticas, haciendo gran hincapié en la actual situación social y política de los Estados Unidos, incluso con directa referencia al muro que está construyendo Donald Trump.
Entre los sueños y la realidad
Como dijimos antes este cuarto episodio de Life is Strange 2 ha traído ciertas novedades al juego, como la generación de un clima más dramático sin música de por medio, que en su mayoría han mejorado la experiencia pero que también han traído ciertos perjuicios. Un recurso que debemos destacar son las mecánicas de sueños de Sean, recurso que nos parece muy interesante desde el lado de la narrativa ya que nos permite comprender con más detalle qué es lo que pasa por su cabeza y a su vez nos regala escenas verdaderamente conmovedoras. Sin embargo, para los jugadores más clásicos puede llegar a molestar que su participación esté reducida al mínimo.
De hecho, esto es algo que hemos notado a lo largo de todo este corto (en duración) recorrido llamado Faith. Siempre hablamos de que la saga de Dontnod Entertainment no es para todo el mundo, al igual que otras obras del estilo como las de David Cage, porque para muchos son más como “películas interactivas” que juegos. Entonces, este capítulo no podrá escapar de las reiteradas críticas de los detractores ya que reduce prácticamente al mínimo el gameplay en favor de largos diálogos y cinemáticas que, eso sí, potencian al máximo la inmersión. Más allá de esto, se nota un trabajo del estudio por regresar a ciertas raíces como la de las charlas en las que nosotros somos quienes decidimos cuál es el tono de las mismas y hacia dónde queremos llevarlas.
El paso obligado – apartado técnico
Quizás podremos pecar de repetitivos, pero hacer un repaso por el apartado técnico de Life is Strange 2 nos resulta casi obligado debido a sus luces y sombras, pensando principalmente en quienes se encuentren por primera vez con nuestro análisis. Como siempre recalcamos, el juego de Dontnot Entertainment podría ser muchísimo más redondo si hubieran mejorado la expresividad de los rostros de sus personajes en una historia en la que los sentimientos y la transmisión de los mismos es tan importante.
Pero como siempre para contrarrestar esta experiencia aparece una banda sonora excelente, con una variedad de canciones que acompañan a la perfección cada uno de los momentos aunque esta vez hayan aparecido menos gracias a una buena decisión del estudio por dejar en silencio ciertas escenas. Los paisajes también vuelven a ser uno de los puntos álgidos en Faith, sobre todo por esta nueva cara que viene de la mano del territorio desértico. Por último, en compensación de la falta de animación en los rostros hay que destacar un gran trabajo por parte de los actores de voz.
Episodio 4: Faith, el veredicto final
El final está a la vuelta de la esquina y de la mano de Sean, el equipo de Dontnod Entertainment nos ha servido una entrada más que intensa. La reducción del gameplay en favor de la narración podrá aquejar a algunos, pero para nosotros ha resultado un total acierto teniendo en cuenta que en este cuarto episodio hay mucho para decir.
Lo malo y lo bueno sigue estando ahí para Life is Strange 2, pero lo cierto es que Faith resulta un paso hacia adelante para esta gran aventura que nos lleva de viaje junto a los hermanos Diaz. Estamos ante el capítulo más crudo y más maduro, hecho que queda en claro con algunas decisiones artísticas como la de eliminar la música de ciertas escenas, y estamos listos (aunque no creo que preparados) para ver cómo termina todo.