Somos un tiburón y debemos comernos a todo aquel que se cruce en nuestro camino, en este action RPG de Blindside Interactive que va más allá de lo que parece a primeras.
En el último tiempo títulos como Red Dead Redemption 2 o Dragon Ball Z: Kakarot nos han permitido tirarnos a la orilla de un río con una caña en la mano y hacer de nuestra pesca el próximo alimento del día. En este caso la gente de Blindside Interactive y Tripwire Interactive nos plantea estar del otro lado con Maneater, un action RPG en el que somos un tiburón de un apetito insaciable.
La premisa del título queda clara en los primeros minutos, somos un escualo legendario que ha marcado la historia de los lugareños y particularmente la de un cazador, que nos ha convertido en el objetivo de su vida y no parará de perseguirnos hasta vernos flotando panza arriba. Esta es la breve narrativa que sirve como simple excusa para un título que se centra en la acción y en la lluvia de sangre.
La semana del tiburón
Solemos comenzar nuestros análisis haciendo un repaso por la historia de los juegos y destacando las principales razones que lo convierten en algo diferente dentro de una industria cada vez más cargada de propuestas originales. La trama de Maneater realmente no tiene gran profundidad y, como dijimos antes, sirve simplemente como excusa para permitirnos controlar a un tiburón que claramente es más poderoso que la mayoría de los que podríamos cruzar en el océano. Algunas cinemáticas se van sucediendo en zonas específicas y aunque suelen ser más anecdóticas que otra cosa, destacan por su sentido del humor que va de la mano con lo excéntrico que por momentos puede ser el juego.
Lo que nos ha gustado de la obra de Blindside Interactive es la forma en la que nos ponen en contexto conforme avanzamos hacia nuevas zonas o tenemos la posibilidad de aprender nuevas habilidades: una voz en off aparece para relatar lo que ocurre y brindar datos sobre tiburones u otras criaturas marinas, como si se tratara de un documental de Animal Planet o Nat Geo Wild. Un recurso totalmente original que sirve excelente para sumergirnos en la aventura, que por momentos es capaz de sacarnos una sonrisa con sus comentarios irónicos sobre ciertos poderes algo absurdos del protagonista y que incluso, a veces, se anima a señalar las consecuencias de la acción del hombre en la naturaleza.
Pero por sobre todas las cosas lo que Maneater nos ha hecho sentir es que viajamos en el tiempo, siendo un título totalmente desenfadado con una propuesta sangrienta que no se mide a la hora de permitirnos encarnar a un tiburón de un hambre voraz, como en su momento cuando en Twisted Metal podíamos ir atropellando civiles por la calle. A pesar de su complejidad en varios de sus apartados, este action RPG se siente arcade en muchos otros y tiene esta frescura que nos invita a sentarnos y pasarla bien, entre risas y batallas, sin pensar demasiado.
3.000 dientes afilados
Ahora vamos a lo que nos ofrece Maneater en su jugabilidad. Somos un tiburón y las acciones principales son tan evidentes como podemos imaginarlo, pudiendo devorar a todo aquel que se nos cruce por el camino, ya sea humano o animal. Pero además este título agrega ciertas habilidades especiales al escualo, que lo convierten en leyenda, como la posibilidad de arrastrarnos en tierra firme, lanzar y sacar volando a nuestras presas o destruir a coletazos los barcos de quienes se creen a salvo. Todo esto se combina en una jugabilidad muy fluida y cómoda, que utiliza los botones justos y necesarios como para que la experiencia de ser un tiburón y moverse por las aguas sea lo más amigable posible.
Con estos poderes que se nos conceden deberemos avanzar cumpliendo tanto misiones principales como secundarias y aquí radica uno de los principales defectos de la aventura: todo se siente igual. Las misiones realmente son poco variadas y aunque el título no es demasiado largo (alrededor de 15 horas), no tardamos en sentir que se trata de un simple bucle en el que apenas varían un par de detalles. Parte de la motivación que aún se mantiene vigente para avanzar es la posibilidad de ir descubriendo nuevas zonas, en un mapa abierto conformado por varios territorios que van desde las playas más cargadas de turistas hasta parques de diversiones que pueden convertirse en el escenario de un abundante banquete.
Pero no podemos hablar de Maneater sin olvidarnos de su componente RPG y es que este se convierte en uno de los elementos más adictivos del título. Conforme avancemos en el juego iremos subiendo el nivel, la edad y desbloqueando nuevas habilidades para nuestro protagonista. Además, dispondremos de un buen puñado de misiones secundarias que nos permitirán obtener objetos especiales y nuevos poderes para que el combate se nos haga más fácil, teniendo que enfrentar por el camino a cazadores armados con arpones e incluso jefes finales acuáticos, como cocodrilos que nos igualan en tamaño. La acción nunca cesa, eso es seguro y si estás acá por sangre, tu sed será saciada.
La exploración también tiene su lugar en esta aventura submarina, aunque al igual que las misiones, termina perdiendo la magia mucho antes de lo que debería. Desbloquear nuevas zonas siempre es un aliciente, aunque terminamos descubriendo que todas tienen los mimos elementos distribuidos por acá y por allá. Al fin y al cabo lo que más entretiene de esta propuesta son los momentos de acción desenfrenada en la que somos perseguidos por cazadores y debemos destrozar con nuestros más de 3.000 dientes afilados a todo aquel que decida cruzarse por nuestro camino.
Aguas peligrosas – Apartado técnico
Cuando se nos entregó el código para reseñar Maneater, algunos días antes de llegar al mercado, se nos advirtió de algunos problemas graves bajo la promesa de solucionarlos con el parche de lanzamiento. Por suerte a nosotros no nos ha tocado lidiar con ninguno y hemos podido disfrutar de la aventura sin mayores contratiempos, con un título que rinde bien más allá de notarse, en algunas costuras, su no tan elevado presupuesto.
En lo que a gráficos se refiere el juego se ve bien, sin destacar demasiado, pero sí gozando de un destacado acabado de luces y sombras que ayuda principalmente a la hora de ambientar la vida submarina. En cuanto a lo sonoro también cumple y de sobra, aunque a estas alturas nos sigue resultando bastante extraño tener que escuchar doblajes en español de España y no tener una opción de Latinoamérica que nos permita sentirnos mucho más cercanos.
Maneater, el veredicto final
Los tiburones son uno de los seres más temidos del océano y el juego de Blindside Interactive hace honor total a eso. Ser un escualo capaz de devorar todo a nuestro paso es todo lo satisfactorio que podríamos pensar y si a eso le sumamos una serie de habilidades que van más allá de la naturaleza del animal, la acción y la sangre se cuenta por montones.
Claramente a Maneater le falta variedad en sus apartados clave, como en el diseño de misiones y de las diferentes zonas de su mundo abierto, y ese es su mayor pecado. Sin embargo, para quienes quieran sentir el poder de un tiburón en carne propia y engullir humanos como si no hubiese un mañana mientras se consiguen nuevos poderes, esta es una experiencia que seguramente no los dejará indiferentes.