El crossover menos esperado entre el fontanero del reino champiñón con los conejos símil-minions, una interesante innovación en su primera entrega, vuelve sin tanto que agregar en esta segunda parte.
Allá por junio de 2017, la E3 confirmó el lanzamiento de esta mixtura curiosa entre posiblemente el personaje más icónico de los videojuegos y los Rabbids, las extrañas mascotas de Ubisoft. Aquella vez no faltaron voces de preocupación por la supuesta incompatibilidad del humor algo verde de los conejos y la aparente imagen impoluta de Mario (créanme, ese plomero no está limpio). Lo cierto es que Nintendo en general, y Shigeru Miyamoto, creador del hombre de la M, en particular, son muy recelosos a la hora de licenciar a su gallina de los huevos de oro.
Fue por eso que el italiano Davide Soliani, director creativo y eterno fanático de los hermanos Mario, fue más que cuidadoso a la hora de presentar su idea de una aventura de acción por turnos (y ocasionales puzzles) que cruzara estos dos universos. El resultado, Mario + Rabbids: Kingdom Battle, fue un éxito nada desestimable. Las críticas favorables y premios de la industria dieron luz verde para una secuela: Mario + Rabbids Sparks of Hope.
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy “Mariana”…
Efectivamente, esta nueva entrega de la franquicia generó mucha más expectativa que su antecesor. Con lugar privilegiado en los distintos Nintendo Direct, tanto en 2021 como en 2022, Nintendo y Ubisoft sacaron a pasear esta secuela, ubicándola en contexto de Mario Galaxy, el exitosísimo juego de la aún más exitosa consola Nintendo Wii. Ya que Davide Soliani había demostrado poder manejar esta curiosa mixtura entre Mario y Rabbids, la luz verde fue dada no solo para una secuela sino para basarse en las rutilantes aventuras espaciales del hombre de rojo.
Quienes tuvimos la fortuna de jugar al Mario Galaxy sabemos que hay algunos elementos centrales para entender la conexión. En primer lugar, los destellos/sparks son las amistosas estrellas con poderes que permiten a los personajes moverse a través del universo. En segundo, las menciones a Rosalina (o Estela, para el público español), la matriarca de esta familia estelar y parte víctima de esta nueva historia.
Con esas pequeñas aclaraciones, Mario + Rabbids Sparks of Hope retoma prácticamente donde dejó su antecesor, una extraña armonía entre champiñones y Rabbids. Como no podía ser de otra manera, el orden se ve amenazado por una entidad malévola llamada Cursa, con capacidades de oscurecer (o “ascorecer”, porque el humor Rabbid así lo impone) el universo. La amenaza, extraña pero efectiva, obliga a la comitiva de héroes a navegar distintos planetas para comprender lo que ocurre y subsanar los peligros. La integran Mario, Luigi, la princesa Peach y sus tres respectivas versiones Rabbid. Omitiendo spoilers, el roster tiene 3 héroes más, listos para sumarse a la batalla en el momento más oportuno.
Sin reinventar la rueda, la historia logra el suficiente dramatismo para atraer a un público esencialmente infantil pero capaz de seguir una trama ante todo humorística. Los Rabbids le imprimen a la trama un halo de risas entre inocentes y verdes, mucho más compatibles con el público infantil/preadolescente. Jugadores mayores (como quien firma esto) entramos más por el lado de la acción.
Si los personajes se cruzan, los géneros, también
Mario + Rabbids Sparks of Hope es definido como una aventura de acción por turnos. Es decir, el juego tiene elementos de exploración de espacios relativamente abiertos combinado con escenas de batallas por turnos. En ese sentido, la parte de mundo (cuasi) abierto destaca en lo estético, pero flaquea un poco en lo exploratorio. El diseño de cada nivel es muy vistoso, plagado de detalles y pequeños chistes escondidos, pero recorrer los mismos no es lo más atractivo. La exploración se interrumpe con puzzles ocasionales que tampoco agregan mucho al juego. Su dificultad, si bien aumenta con el transcurso de la historia, no logran desafiar ni a los jugadores más primerizos. Las misiones secundarias, aquellas accesorias a la trama, tampoco son lo más memorable.
El sistema de peleas, por el contrario, sí es un verdadero hallazgo. Si Shigeru Miyamoto alguna vez mostró sus dudas de darle armas a su creación más preciado, Mario + Rabbids logra un digno uso de armas y violencia caricaturesca más que encomiable. En pequeños campos de batalla, el juego se sucede en distintas misiones del tipo “derrota a todos los enemigos” y “llega a determinado punto”, con suficientes enemigos y variedad como para no cansar al jugador.
En última instancia, la ambiciosa cruza entre géneros cumple con la famosa frase “el que mucho abarca, poco aprieta”. Si los mapas de los diferentes planetas son agradables a la vista pero olvidables a la recorrida, cada batalla mantiene el juego dinámico y entretenido.
Elige tu propia dificultad
A grandes trazos y muy burdamente, podríamos dividir el mundo gamer en dos. Por un lado están los que elegían a su pokemon inicial (squirtle ¡obvio!), lo entrenaban hasta niveles ridículos y completaban así el juego en tiempos récord. Por otro lado, los que formaban su equipo equilibrado y se tomaban sus buenos días para llegar hasta la liga con su propio dream team. Este ejemplo tonto simplemente destaca una de las proezas de un buen juego: el mundo de posibilidades para completarlo. Y en este mercado, Sparks of Hope logra un equilibrado balance para una audiencia amplia.
La flexibilidad para apelar a los distintos públicos es un gran acierto. No solo podemos elegir y modificar la dificultad en cualquier momento del juego (relajante, promedio o alto), sino que la estrategia en cada batalla permiten a los más expertos planear acciones más complejas, o simplificar la partida para poder disfrutar el transcurrir de la historia. Dentro de la linealidad, Sparks of Hope logra un grado interesante de libertad para cualquier tipo de jugador. Las misiones secundarias, particularmente las que involucran batallas, permite extender el juego y seguir cultivando a nuestro equipo en caso que queramos estirar la experiencia.
Más aun y respecto a su predecesor, pequeñas modificaciones al combate por turnos vuelven las batallas más dinámicas. Atrás quedaron los movimientos por casilleros para dar paso a un movimiento más libre. Además, los antemencionados Sparks son un interesante agregado a cada turno, pudiendo alterar levemente las condiciones de batalla. Sin llegar a innovar, son mejoras valorables. Continúa, además, la posibilidad de customizar a tu personaje (levemente) en su experiencia. Esa interesante continuidad puede automatizarse y obviarse, otro excelente guiño a los que simplemente quieren completar la historia.
En última instancia, es tan acertádamente flexible que permite entrar a la franquicia sin haber jugado el primero y es más que jugable en versión hand-held como conectado al televisor.
Amalgama de universos curiosamente armónicos
Está claro a esta altura que la mixtura es el leit motiv de Mario + Rabbids Sparks of Hope. Dicha mezcla es inteligente a la hora balancear Mario con Rabbids según la ocasión. Por ejemplo: la partitura orquestal (crédito a Yoko Shimomura, Grant Kirkhope y Gareth Coker) tiene toda la épica de una aventura de Mario (sobre todo en las peleas), lo cual no quita segmentos con motivos musicales más humorísticos, propio de los conejos. La estética corre por el mismo camino: prima el estilo del Reino Champiñón, pero con oportunas interrupciones de caricaturas Rabbid. Por eso no nos cansamos de decir que los mapas planetarios son más bellos para ver que para recorrer.
Al ser mezcla, no todo encaja. Por respeto a las franquicias, ni Mario, ni Luigi ni Peach emiten diálogos sino sonidos o frases apenas inteligibles. Esto no descolocaría a nadie si no existieran personajes random como Beep-O o algunos Rabbids, que poseen textos hablados enteros. El resultado es, en última instancia, arbitrario y no particularmente efectivo. Lo más probable es que el grueso de la biblioteca Mario (sprites, sonidos, etc.) sean provistos por Nintendo con mucho recelo, por lo que Ubisoft hace lo que puede, logrando un buen trabajo el grueso de las veces.
Tenemos, entonces, una fusión lograda en general, con algunos desajustes en particular. En toda justicia, vale decir que quizás Mario y Rabbids son dos universos muy diferentes, y que el resultado es el mejor posible, dada la aparente incompatibilidad inicial.
Conclusión
Mario + Rabbids Sparks of Hope es un poco más de lo mismo. Por suerte, la propuesta original era de por sí interesante, así que estamos más que felices con una nueva entrega, aun cuando lo nuevo no termina de lucirse. Bien reza el dicho “fórmula ganadora no se toca” y no le hace falta reinventar su propia fanquicia. Un juego con estilo propio, basado en esa mixtura otrora imposible entre mascotas amadas y otras más divde-audiencias, bien vale un buen par de sentadas.