Mass Effect: Legendary Edition es más que una remasterización cuidada: es un claro recordatorio de por qué es una de las sagas más importantes de la industria.
Los videojuegos evolucionan con una velocidad inconmensurable, y los cambios no solo se reflejan en su innovación audiovisual y jugabilidad, sino al momento de contar historias y construir universos.
Es difícil resumir en pocas líneas el impacto de Mass Effect en la cultura gamer y su huella en la industria. La franquicia creada por BioWare no solo cimentó un enorme universo apalancado por la diversidad de personajes y una narrativa interconectada, también otorgó la libertad casi unanime de forjar nuestra propia aventura, con reglas y consecuencias marcadas, garantizándonos la posibilidad de individualizar cada partida para que se sienta única, fresca y con esa sensación de que tenemos el control sobre ella en todo momento.
En este contexto, Mass Effect: Legendary Edition nos trae no solo la primera trilogía, sino todo sus contenidos descargables, disponible para PlayStation 4, PlayStation 5, PC, Xbox One y Series X|S. Una oportunidad ideal para reenamorarse de la franquicia, pero también para aquellos que siempre fueron esquivos a este mundo, tan complejo como atrapante.
El regreso del comandante Shepard
Mass Effect: Legendary Edition muestra las 2 caras de la moneda dentro de las remasterizaciones. Por un lado, la oportunidad de revivir desde sus inicios esta space opera con marcadas mejoras, tanto a nivel audiovisual como de rendimiento. Pero al mismo tiempo, no estamos ante la remasterización más pulida que hayamos jugado y el paso del tiempo se hace sentir en sus controles y texturas, pero hay un trabajo bien elaborado por parte de EA y BioWare. Esto último es de mayor a menor: mientras que el primer Mass Effect tiene varias mecánicas y conceptos insalvables, sus 2 secuelas son más agraciados con la antigüedad de sus mecánicas.
Mass Effect 1 fue lanzado hace casi 14 años, y hay muchas de las estructuras jugables, diseño de misiones y sensaciones de combate que son imposibles de arreglar con una remasterización audiovisual. En un género como los rpg de acción en tercera persona, hay diferentes aristas que se sienten anticuadas de forma muy rápida, y estamos hablando de un título que salió hace 2 generaciones de consolas atrás, con todo lo que eso conlleva.
Sin embargo, hay un mérito en volver a jugar esta experiencia tantos años después y seguir disfrutando de su universo. Mass Effect nunca tuvo al combate y el “diseño principal de misiones” como sus principales características, sino que es su inmersión narrativa, el impacto de nuestras decisiones y el curso que va tomando tanto la historia como los personajes dentro de una ambientación completamente espectacular.
Los ajustes y optimizaciones que vemos en estas 3 entregas son el maquillaje para aggiornar la experiencia, que no opaca ni un poco todo el lore y el imaginario que ostenta Mass Effect. ¿Por qué es tan importante esta primera entrega sin ser la más brillante? Porque cimenta las bases de todo su universo. La forma en la que empezamos a encariñarnos con sus personajes y su inmersión en el contexto de todo su universo.
Acá no hay engaños, es una franquicia con una historia que, sin ser compleja de entender, está llena de matices, información y conocimientos para aprender si a nosotros nos interesa. Lo bueno de este bundle es que, además de los 3 juegos, incluye todos sus contenidos adicionales, así que si nos estamos dispuestos para meternos de lleno en esta franquicia, esta remasterización ofrece todas las herramientas en bandeja.
En cuanto a su jugabilidad, BioWare realizó ajustes aquí y allá en lo que respecta a las mecánicas más tradicionales de Mass Effect 1 para aplacar un poco el paso del tiempo. Todo lo relacionado a los tiroteos sigue siendo bastante frustrante y tedioso, pero la conducción de nuestro transporte por excelencia, el Vehículo de Combate de Infantería M35 – a.k.a. Mako – ha sido mejorada, quizás no a un nivel de calidad de superior, pero mucho más sólida que la versión original.
Después hay ciertos cambios y modificaciones en el HUD que modernizan la experiencia visual del juego y también hay que destacar el Modo Foto, que más de uno seguramente interrumpirá en cada momento sus sesiones de juego para sacar constantes wallpapers en el camino.
Más allá de estas limitaciones técnicas y jugables, el corazón de Mass Effect 1 se mantiene intacto: la toma de decisiones que moldean nuestro camino moral (decidir entre Paragon y Renegade, una suerte de “legal” o “corrupto”) impactan no solo en la historia y el contenido del juego, sino que nuestro save se importa directamente hacia su secuela, y por consecuencia en Mass Effect 3. Esta elocuencia es una de las aristas más enriquecedoras que ofrece la franquicia, gracias a este bundle podemos disfrutar de forma más fehaciente el hilo narrativo que va desde nuestras primeras decisiones hasta las siempre polémicas conclusiones de la tercera entrega.
Aterrizando en Mass Effect 2, se nota los cambios que implementó BioWare para no solo apoyarse en su narrativa sino también en la experiencia jugable, algo que también se ve complementado en Mass Effect 3. Ojo, el paso del tiempo también tiene su huella en varios conceptos (que hoy en día criticaríamos en lanzamientos actuales), como una cantidad de misiones un tanto repetitivas, por solo mencionar un ejemplo. Pero su lore se ve tan complementado por la experiencia y la inmersión que, desde una mirada macro de toda la trilogía remasterizada, estamos ante un trabajo que nos logra hacer la vista gorda en conceptos y momentos que no tienen arreglo con un trabajo de este estilo.
Algo que pasará completamente desapercibido, incluso para los experimentados en la franquicia, es la eliminación del modo online en ME 3, que debutó sin pena ni gloria en la versión original y no aportaba absolutamente nada en esta remasterización.
En cuanto a los aspectos audiovisuales, hay un enorme trabajo por mantener la esencia original de la trilogía pero hay un énfasis en remodelar de la forma pulida y prolija los escenarios y los modelados de los personajes. Algunos enemigos – principalmente en ME 1 y 2 – se siguen viendo un tanto arcaicos, pero en líneas generales hay un trabajo correcto que realza todo lo conseguido por las versiones originales. Este análisis lo realicé en PlayStation 5, y el rendimiento general de los 3 juegos fue más que correcto. No solo hay resolución en 4k sino que cumple con la promesa de 60fps estables.
Conclusión
Respeto. Esa es la palabra que mejor define el trabajo realizado por BioWare con Mass Effect: Legendary Edition. Esta remasterización se encarga de realzar todo lo posible los elementos de la versión original, pero al mismo tiempo respetando la esencia y espíritu de la trilogía.
E insisto con el punto con el que comencé el análisis: el bundle es una oportunidad ideal para sumergirse en uno de los universos más atractivos y completos de los rpg de ciencia ficción. Pero también es una invitación nostálgica para revivir la aventura y, por qué no, completar las partidas con finales que nunca alcanzamos.