Con la mira puesta en captar nuevos jugadores, MLB The Show 23 marca sus principales novedades en su interfaz y jugabilidad, potenciando sus modos de juego insignia.
La última vez que jugué un juego de Baseball fue el clásico de NES lanzado en 1983, y especulo (sin una fuente oficial que lo sostenga), que el grueso del gamer argentino que no es habitué o seguidor de este deporte haya tenido esa propuesta como principal punto de interacción.
Sin embargo, acá estamos, trayéndoles nuestra experiencia con MLB The Show 23, una franquicia probada y casi sin competencia dentro del mercado, más aún cuando 2K dejó de producir títulos de este deporte.
Producido por Sony y Sony San Diego, MLB The Show 23 es una continuación de sus principales modos de juego, que ofrecen la oportunidad de aprovechar la pasión por el baseball desde diferentes aristas, muy en sintonía a los que otras propuestas conocidas de otros deportes tienen dentro de su repertorio, pero al mismo tiempo es una declaración de intenciones: la necesidad de dejar de ser un producto de nicho y abrir la puerta a nuevos jugadores.
Vos definís la forma de jugar.
MLB The Show 23 busca que desde el vamos te familiarices con todos los conceptos de su jugabilidad pero, principalmente, que encuentres la forma más cómoda para cada momento del partido. Sin entrar en muchos tecnicismos, el Baseball como deporte divide sus dinámicas de partidos en varias instancias. La primera de ellas es el lanzamiento, y dependiendo de nuestra posición, será el turno de lanzar o batear. Si la bola es golpeada, es cuando los jardineros – jugadores que están en el campo – se disponen a agarrar la pelota e interceptar al jugador que bateó y corre por las bases. Si la pelota es bateada de forma tal que sale del campo de juego, se considera Home Run y todos los jugadores que están en las bases realizan todo el recorrido para sumar puntos. Esta dinámica, para la duración del partido, se repite 9 veces por cada equipo (que se alternan tras 3 out del que le toca batear).
Una de las principales novedades para esta edición, con está dinámica de juego, es que para cada sistema (batear, lanzar, mover a los jugadores, etc) MLB The Show 23 ofrece diferentes estadíos de configuración, que van desde seteos automáticos hasta la simulación 100% real, aprovechando incluso el sensor de movimiento como recurso.
Esta apertura permite interiorizarse con sus mecánicas de forma más arcade para avanzar progresivamente con la simulación. Esto funciona muy bien para, por ejemplo, para los que por primera se introducen en esta franquicia. En líneas generales, la mayoría de los juegos deportivos tienen herramientas de accesibilidad, pero este título las lleva al siguiente nivel, para permitir que cada mecánica se maneje de la forma que más nos sienta cómodo. Como contrapartida, la IA de la máquina no tiene un balanceo correcto: las dificultades más básicas no batean casi nunca y son muy permisivos en la recepción de la bola y sus lanzamientos, pero si ya ajustamos un poco la exigencia se vuelve cuesta arriba. En más de una ocasión para realizar este análisis se modificaron las dificultades para disfrutar más de la experiencia y que no resulte algo insportable.
Dentro del campo de juego, MLB The Show 23 ofrece una propuesta constantemente superadora. Sin haber jugado nunca otros títulos de la franquicia, me encontré con una dinámica de juego que no se siente pesada y las variantes en los controles, permiten disfrutar de un home run, o quemar a un bateador lanzando una bola en el momento indicado. Tiene algo muy interesante en cada jugador y es, además de sus stats y energía, un medidor de confianza, pieza por momentos clave que termina en ocasiones cambiando el curso de una jugada puntual.
Bajo este punto, lo que busca transmitir es como la mentalidad de los jugadores influye en el curso de un bateo o lanzamiento. A nivel personal, me encantaría ver en otros juegos de deportes como pueden adaptar esta mecánica en el transcurso de un partido.
También hay una realidad que no se puede tapar: si el baseball no te llama en la vida real, tampoco pretendas que como juego busque ser disruptor o encenderte la llama de la pasión por el deporte. Las partidas, en mi experiencia, se hicieron por momentos extensas y rutinarias, con situaciones muy puntuales que brillan por sobre la media (siempre batir un home run es emocionante).
La oferta en modos de juegos tiene 3 grandes estructuras: un modo carrera para llevar adelante el manejo de un equipo (Franchise), un modo online que es imposible no asimilar a Ultimate Team de FIFA o Madden (Diamond Dynasty) y Road to the Show, otra opción para Un Jugador en el que creamos a un personaje y lo tenemos que llevar hasta el estrellato de las grandes ligas.
Cada una de estás aristas funcionan para el estilo de partida que busquemos, con una oferta suculenta tanto para jugar offline como online. Esa triqueta de modos es una constante dentro de la franquicia, pero en MLB The Show 23 agregaron un nuevo modo, Storylines, que busca traer a la mesa una relato social muy marcado en Estados Unidos. Este modo está protagonizado por diferentes leyendas negras dentro del baseball, con transiciones de un narrador, material de archvo y nosotros tomando el control de estos jugadores en partidos bisagra de su carrera.
Mucho de lo que narran en estas historias es una superación personal para consagrarse como íconos de este deporte, pero también marca cómo el racismo durante el siglo xx fue una lucha que se dio en todas las áreas de la sociedad, incluídas el baseball.
La faceta audiovisual es otro de los grandes baluates en MLB The Show 23 porque, además de aprovechar el potencial de la actual generación de consolas, también añade esa cuota de simulación dentro de las características de este deporte. Más de 5000 nuevas animaciones son el condimento adicional para agregar esa cuota de realismo explicito a las dinámicas de los partidos; el comportamiento y la postura de los jugadores en el campo cambia de acuerdo a cómo se van dando las jugadas y es genial ver las frustraciones ante un out o un propio home run al equipo rival.
Las nuevas animaciones acompañan a las variantes de lanzamiento y bateo. Todo está articulado para que, a fin de cuentas, puedas encontrar una forma cómoda de jugar que se adapte a tu nivel de expertise dentro de la franquicia.
Conclusión
MLB The Show 23 es toda una declaración de intenciones. Mantiene su hoja de ruta para ser lo suficientemente novedoso para los fans de la franquicia – con la carta de Storylines como factor fundamental – pero también intenta abrirle la puerta a los curiosos espectadores que no son tan cercanos al deporte.
Su atractiva jugabilidad e inmersión audiovisual son poderosos recursos para llamar la atención, pero también es una realidad que si el deporte per se no te atrae, la dinámica tan pausada de sus partidos puede jugar realmente en contra
MLB The Show 23 marca su senda continuísta en cuanto a su propuesta jugable, a la que añade con Storylines un capa de profundidad para los fanáticos del deporte.
Por otro lado, las novedades de accesibilidad tienen un claro norte: abrir la cancha y buscar la inclusión en nuevos jugadores, interesados en batir home run y convertirse en leyendas.