La gran franquicia del basket regresa con NBA 2K25 en una entrega más que correcta, pero que pide a gritos un cambio de rumbo.
El parqué comienza a rechinar cuando las zapatillas aceleran y frenan, pasando de 0 a 100 al tomar impulso para clavar una pelota de 29,5” de diámetro en un aro suspendido a 3,05 metros del suelo. NBA 2K25 cuenta con los mejores basquetbolistas del mundo en una liga increíblemente atractiva tanto desde lo deportivo como desde lo que tiene que ver con el show. Sin embargo, la fórmula ya no rinde como antes y pide a gritos un fuerte lavado de cara.
Las últimas cuatro entregas de la saga han ofrecido lo mismo. Luego de la gran transición que se dio en MyCareer al implementar The Neighborhood y posteriormente The City, el juego ha entrado en una meseta donde, más allá de corregir algunos detalles y balancear ciertas habilidades, no sucede nada nuevo. ¿Será hora de buscar una reinvención?, ¿podrá seguir sosteniéndose con la oferta actual?
MyCareer y MyTeam, lo mismo de siempre
Existen dos grandes modos de juego que actúan como pilares de la saga año tras año: MyCareer y MyTeam. En el primero, creamos a nuestro propio jugador de basquet y recorremos el camino desde rookie hasta GOAT, pudiendo convertirnos en un trotamundos o en el ídolo máximo de una franquicia. Por su parte, MyTeam nos permite armar un equipo con lo mejor de lo mejor, incluyendo leyendas de ayer y hoy como Michael Jordan, Larry Bird, Stephen Curry y LeBron James, y competir en línea contra otros jugadores.
Desde NBA 2K18, la saga ha ido transformando el modo MyCareer hasta lo que es hoy. Anteriormente, la franquicia brillaba con un modo historia que nos introducía a la NBA mediante cinemáticas y un relato curado, que culminaba con nuestro ingreso al draft y la firma con una franquicia según nuestro desempeño. Por ejemplo, NBA 2K17 fue dirigido por ¡Spike Lee!, y actores como Michael B. Jordan, Haley Joel Osment y Anthony Mackie participaron en este modo. Sin embargo, hoy en día queda poco de esa experiencia.
La decisión de transitar hacia The Neighborhood en 2018 y luego hacia The City responde a buscar focalizarse en un modo en línea con temporadas y contenido continuo. Aunque no es una mala propuesta, en los últimos años se ha dejado de lado la parte narrativa, hasta llegar a esta entrega, donde básicamente es inexistente, al punto de ser opcional, pudiendo saltarnos todo esto y directamente pasar a la Ciudad o a los partidos de temporada.
En cuanto a la jugabilidad, la base del modo sigue siendo la misma que en entregas anteriores: podemos elegir una franquicia, iniciar la temporada para ganarnos un lugar en el equipo titular, y participar en The City, donde competimos en desafíos de 1v1, 3v3 y en el mejor estilo street basket, separados en facciones. Todo esto acompañado por las infaltables microtransacciones.
El tema de las microtransacciones es complejo, ya que están presentes en todo el juego. Ropa, tatuajes, accesorios cosméticos y mejoras para nuestro jugador dependen del VC (Virtual Currency), que se puede obtener muy lentamente jugando partidos o, de manera más rápida, con dinero real. Debido a la fuerte presencia del componente en línea, es evidente cuántos jugadores ya están completamente mejorados y vestidos con ropa de lujo pocos días después del lanzamiento, lo que hace difícil competir en igualdad de condiciones.
En cuanto a MyTeam, se ha mantenido en gran medida igual a años anteriores, con el Triple Threat Park como la gran novedad, además del regreso de las subastas, una excelente opción para conseguir nuevos jugadores para nuestro equipo.
El Triple Threat Park, una de las principales novedades, es una especie de versión renovada del modo presente en 2K16. Aquí competimos en una de las varias canchas disponibles, y a diferencia de MyCareer, donde controlamos a nuestro propio jugador, en este modo jugamos con tres basquetbolistas de nuestro equipo, ganando experiencia de temporada y VC.
Por lo demás, estamos ante lo mismo de siempre: una relación tóxica con las microtransacciones y una interfaz abrumadora para los nuevos jugadores, ya que no es fácil de navegar o entender para qué sirve cada apartado.
Técnicamente impecable
Poco se puede decir de una entrega que, año tras año, ha demostrado ser técnicamente superior a cualquier otro simulador deportivo. Desde las físicas de los jugadores hasta la dinámica y todo lo relacionado con el pique de la pelota, NBA 2K25 funciona como uno esperaría que lo hiciera cualquier juego deportivo.
Este año en particular, se ha trabajado mucho en pulir la fluidez de los movimientos de los jugadores. Tanto en ataque como en defensa, los desmarques, jugadas preparadas y colisiones en la pintura se sienten increíblemente reales, logrando una experiencia que realmente simula un partido profesional de baloncesto.
Estos ajustes han llegado de la mano de la implementación del motor ProPlay, una tecnología similar a la HyperMotion que EA Sports utiliza en EAFC, y que permite capturar y replicar más de 9000 movimientos de jugadores reales. ProPlay, puesto al servicio de NBA 2K25, es la razón de esa fluidez y fidelidad al momento de ver la pantalla, sin lugar a dudas, uno de lo s grandes aciertos de esta entrega.
Por otro lado, un detalle que llama la atención es la diferencia entre controlar a un solo jugador, como en MyCareer, y manejar un equipo completo en otros modos. Hay una gran complejidad, especialmente al entender las posiciones, desmarques, jugadas organizadas y otros aspectos tácticos. Afortunadamente, la curva de aprendizaje es bastante amigable, y ajustando la dificultad de la IA en el modo offline, se tiene una buena oportunidad de no solo entender cómo funciona el juego, sino también de aprender más sobre el deporte en general, especialmente si uno no es un experto en baloncesto.
También es para destacar como han corregido el overkill que eran los tiros de tres puntos. Las últimas entregas estaban completamente rotos, pudiendo terminar los partidos con una cantidad abismal de puntos acumulados, pero en este año han sido no nerfeados, sino más bien bajados a tierra. No todo el mundo es Curry y no todos tienen por qué serlo.
Conclusion
NBA 2K25 ofrece todo lo que la saga puede brindar con sus herramientas actuales, lo que lleva a preguntarse si no es hora de un cambio más radical que simplemente pulir físicas y agregar nuevos cortes de pelo.
Técnicamente, ya es el mejor simulador deportivo, pero a nivel audiovisual quizá necesite una revisión, sobre todo en los detalles de los rostros y peinados. Sin embargo, el gran cambio que se requiere está en los modos de juego. Se siente, y mucho, la falta de peso narrativo en MyCareer. Se extraña enormemente ese modo que nos presentaba una gran historia, que añadía un toque épico, como cuando nos hacía ir a jugar a China.
La franquicia no debe hacer es dormirse en los laureles. Es momento de patear el tablero. It’s clutch time.
NBA 2K25 es a lo máximo que la franquicia puede aspirar en el estado actual. Y no lo decimos como un halago - pese a todo lo bueno que ofrece - sino más bien a que tanto MyCareer como MyTeam, sus modos de juego insignia, están quedando repetitivos. Un gran juego con la oferta repetida año tras año pierde la magia, habrá que esperar para ver que prepara 2K para el año entrante.