La icónica saga de carreras a toda velocidad regresa, sin cuotas de innovación pero con la fórmula a la que los fanáticos no podrán resistirse.
25 años han pasado desde que el primer NFS llegó al mercado de la mano de Electronic Arts. Desde entonces la saga ha tenido altibajos, llegando a su momento de oro con los Underground y siendo estos los ejemplos de cuánto habían conseguido evolucionar dentro de su universo. Sin embargo, en las últimas entregas hemos visto un estancamiento que no parece resolverse con Need for Speed Heat, que tiene tantos aciertos como desaciertos, pero que sin dudas ha llegado para contentar a los fanáticos que se conforman con un buen manejo de la fórmula de siempre.
Ghost Games es el estudio encargado de traernos la entrega número 22 de esta, ya veterana, franquicia. Las carreras ilegales vuelven a ser el centro de atención, siendo nosotros los conductores dispuestos a arriesgarlo todo, en medio de persecuciones policiales y rivalidades con otros pilotos que querrán rebasarnos en cada esquina.
Conduciendo 24/7
En la previa Need for Speed Heat no se caracterizó por impactar a nadie, sino más bien pasó desapercibido con una campaña de promoción que poco eco se hizo. Y así es la esencia de esta entrega, conservadora, que deja ver su alma en las primeras horas y nos sirve para entender que, otro año más, no estamos ante la revolución que hace tanto tiempo viene necesitando la saga. Esto, por supuesto, supone una gran decepción para todos aquellos que esperen ese golpe de aire fresco pero a su vez es inequívocamente resultona para el resto de la comunidad: quienes están contentos con una formula que, de una u otra manera, sigue siendo entretenida.
¿La nueva entrega de Ghost Games no innova en nada? A grandes rasgos no, pero sí que presenta algunas novedades que acarrean puntos positivos y negativos. El concepto que más destaca es el del día y la noche: cuando el sol ilumina nuestros coches tenemos la posibilidad de competir en el Speedhunters Showdown, mientras que cuando anochece aparecen las carreras ilegales. La primera competencia nos sirve para ganar el dinero que luego utilizaremos para comprar nuevos autos o accesorios nuevos para estos, mientras que las carreras nocturnas son las encargadas de darnos las experiencia para desbloquearlo todo.
Durante las primeras horas, intercalándose con una historia bastante simple, esta mecánica resulta interesante y seguramente de haber pulido ciertos aspectos, Need for Speed Heat habría funcionado mucho mejor. Sin embargo, hay dos grandes problemas: la policía y la progresión. Como dijimos, en la noche las carreras ilegales tienen lugar y, en consecuencia, la policía se hace presente. Puede que las persecuciones sean divertidas al principio y el riesgo de que nos quiten toda la experiencia conseguida al capturarnos aporta su cuota de adrenalina al asunto, pero conforme avanzamos se termina haciendo demasiado pesada y las patrullas en cada esquina terminan cobrando más protagonismo que las propias carreras. ¿El resultado? Queremos competir mayoritariamente de día, provocando que la progresión se haga demasiado lenta.
El maestro del tuning
En lo que respecta a las diferentes competiciones, carreras y modos de Need for Speed Heat la cosa no levanta. Las primeras horas resultan bastante dinámicas gracias a esta gran diferenciación entre el día y la noche, pero a medida que vamos avanzando la cosa se va volviendo cada vez más monótona. Las nuevas carreras tardan en aparecer y cuando lo hacen ya es demasiado tarde, además de que tampoco son demasiado diferentes a lo que se nos presentó de entrada. Eso sí, conducir a toda velocidad sigue siendo increíblemente divertido, con este estilo de manejo bien arcade que caracteriza a la saga y que nos invita a activar el nitro siempre que podamos.
Pero en donde pasamos más cantidad de tiempo y en mayores cuotas de entretenimiento en esta nueva entrega de Ghost Games es en el taller. Hay algo en lo que esta nueva entrega de la saga no podía fallar, el tuning, y el estudio ha hecho todo bien. La cantidad de cosas que podemos cambiarle a nuestro auto, desde las ruedas hasta los espejos retrovisores pasando por todo tipo de características del motor, es enorme y resulta en uno de los mayores divertimentos de la experiencia. Esto indirectamente compensa el problema monetario que por momento podamos tener, invitándonos a modificar bien cada auto en lugar de estar pensando constantemente en comprar el siguiente.
En lo que al apartado multijugador se refiere Need for Speed Heat está correcto, haciendo lo justo innecesario para que funcione bien pero sin arriesgar. ¿En que consiste el apartado online del juego? Bueno es algo muy similar a lo que vimos en los últimos juegos de Rockstar, en los que compartimos el mapa con diferentes jugadores que estarán dando vueltas a nuestros alrededor y a los que podremos invitar a jugar cada vez que entremos en alguna carrera. Lo mismo aplica a nuestros amigos, con los que podremos crear grupos y de esa forma competir hasta demostrar quién es el mejor.
Luces de neón – Apartado técnico
La saga NFS ya lleva varios años sin ser un ejemplo en lo que apartado técnico se refiere y Need for Speed Heat no es la excepción. En lo que a gráficos se refiere el juego está bien y sin deslumbrar técnicamente a nadie, resulta espectacular principalmente por el diseño de los autos y los detalles que los rodean, como las llamas saliendo del caño de escape. Sí podemos hablar muy bien del diseño de las pistas, que combinan una cuota justa de dificultad con esa sensación de velocidad incesante que no puede faltarle a la franquicia.
En lo que a sonido se refiere el equipo de Ghost Games también ha hecho las cosas bien, con una combinación de motores que seguro resultara efectiva para cualquier amante de los títulos protagonizados por carreras de autos. Y si hablamos de NFS también hablamos de música y en esta entrega el repertorio vuelve a ser uno de sus puntos álgidos, con una enorme variedad de canciones que pasan por todos los estilos que pegan a un título como este, mezclando reguetón, trap, rap y electrónica.
Need for Speed Heat, el veredicto final
Ghost Games y Electronic Arts regresan con una de las sagas más veteranas dentro del género, que sigue necesitando esa cuota de innovación que parece guardarse para la siguiente generación de consolas. Sin embargo, el juego sin lugar a dudas gustará a todos los fanáticos de estas entregas de conducción arcade gracias a una fórmula que ya es sinónimo de entretenimiento.
Need for Speed Heat peca por ser repetitivo en sus desafíos y por sepultar su interesante propuesta de día/noche con una policía exageradamente invasiva y una progresión que puede sentirse lenta en consecuencia, pero por el contrario nos regala la diversión indiscutida de correr a toda velocidad y el placer de pasar buenos ratos en el taller modificando todo lo que se nos ocurra en nuestro auto.