El sueño de tener tu propio parque temático con montañas rusas y atracciones se sofistica en Park Beyond. Claro que no es un sueño que desvele a cualquiera, y menos a los impacientes.
Lejos queda allá ese boom novento/dosmiloso de los juegos de simulación de vida. Incunables como el aún vigente Sims y sus derivados, y el conocido RollerCoaster Tycoon, obvio padre de esta entrega, reforzaron un género poco explorado pero hoy ya habitual del gaming. Así, la catarata actual de este tipo de simuladores no es nada despreciable, y de la mano de Limbic Entertainment y con el empuje de Bandai Namco Entertainment, Park Beyond vino a traerle un nuevo giro a este universo.
La interesante novedad de esta entrega es que combina el realismo físico de la construcción de montañas rusas con pequeños desafíos a la física. Así, mientras las reglas para hacer funcionar cada atracción son rigurosas, aparecen pequeños espacios de libertad creativa que, no sin un esfuerzo a veces físico matemático, permiten innovar levemente en un género no siempre puede más que mejorar la gráfica. No todo es construcción, claro. La administración del parque requiere sus minucias, y el éxito viene acompañado del buen diseño de atracciones.
Park Beyond halla su espacio dentro del mundo específico de los simuladores. Sin embargo, no es un juego ATP. Veamos más en detalle la dinámica, los aciertos y desaciertos de esta entrega, habiendo probado su versión de PlayStation 5.
La larga curva de aprendizaje
Por supuesto que hay muchos y mejores jugadores que quien suscribe este artículo, tanto en general como en los simuladores de este tipo en particular. Sin embargo, cabe decir que dominar el gameplay de Park Beyond no es nada sencillo. Poco tiene que ver las condiciones técnicas por las cuales Limbic Entertainment ha logrado meritoriamente recrear la construcción de las distintas atracciones. El manejo del DualSense es preciso pero bastante bien ajustado. El problema viene con la cuestiones más físicas del juego, algo que probablemente venga más sencillo para quienes gustan del tema, pero totalmente prohibitivo para el jugador casual.
El resultado de todo esto pueden ser horas de hacer y rehacer el nivel tutorial, no porque sea imposible sino porque avanzar sin terminar de comprender la dinámica puede volver Park Beyond injugable. La contracara es una dulce satisfacción cuando los diseños comienzan a parecerse a lo que uno imagina, permitiendo al jugador pensar realmente en las atracciones de su propio parque, objetivo principal y bien logrado del juego.
La historia de público indefinido
Park Beyond cuenta esencialmente con un modo creativo (con la libertad de crear sin tanta limitación) y un modo historia. Esta última es quizás es un tanto extraña en términos de target. El juego se centra en un joven diseñador de atracciones que sueña con su propio parque, y las amistades que siembra en el camino, excusas para impulsar el desarrollo del parque temático. Resulta curioso el estilo más bien infantil de la trama, siendo que la jugabilidad, si bien no es prohibitiva, pareciera apuntar a adolescentes, con cierta ingenuidad para los adultos, sacando a aquellos fanáticos de la temática.
Como la altura necesaria para subirse a la montaña rusa, Park Beyond deja afuera a los más pequeños en sus desafíos para dominar el control. La aparición de ángulos, cálculos de velocidad, y otras hierbas de naturaleza física son sin duda un elemento confuso para quiénes ignoran el tema, aún cuando la infantilidad del relato del modo historia pareciera interpelarlos directamente. En definitiva, la vibra es confusa de a momentos, pero al historia es tan secundaria que no impide el disfrute del videojuego.
El modo creativo da la tan deseada libertad de quienes estilan estos simuladores. La creación de atracciones es más fluida, sin mediación de cutscenes y con espacio para diseñar verdaderamente. Es, probablemente, el costado más interesante de Park Beyond, con la posibilidad de crear parques para compartir, bien al estilo Super Mario Maker. No es de desestimar la capacidad de crear comunidades de este tipo de juegos, y el tiempo dirá la popularidad que los parques temáticos caseros pueden generar, pero Park Beyond logra un atractivo mundo online como para estirar el más olvidable modo historia.
Lo audiovisual, correcto sin excesos
La pata gráfica de Park Beyond cumple con las expectativas de los jugadores. Las texturas de los edificios, las atracciones y las distintas estructuras son visualmente agradables, sin impresionar. El testeo de montañas rusas permite abordar el carro desde la perspectiva de los distintos asientos, un pequeño acierto que siempre es agradable testear. En un rubro donde la innovación no necesariamente pasa por lo estético, el resultado es agradable, pero sin llegar a destacarse.
La arista sonora es quizás más floja. La música incidental que acompaña a la construcción de atracciones no es particularmente atractiva. Es justamente el desafío de este tipo de partituras, que no deben llamar demasiado la atención pero deben acompañar la acción (oda encubierta a la gloriosa música del Sims original). Hay un cruce entre la música levemente infantil y el problema de targeting de Park Beyond que se evidencia en su música un tanto frívola. No afecta en medida alguna el disfrute del juego, pero puede llevar a más de uno a optar por jugar en mute.
Conclusión: ¿qué altura hay que tener para subirse a Park Beyond?
Entrar a Park Beyond no es algo sencillo. Como las montañas rusas, no cualquiera puede subirse a la movida que propone, por más que sea un género del gaming consagrado y con miles de adeptos. La vuelta de tuerca de este juego sobre atracciones temáticas es el empuje de lo físico, con juegos de feria que desafían la gravedad y al jugador, que se ve interpelado a generar atracciones cada vez más exóticas.
En contraste, con público infantil algo vedado de un mundo mágico pero sumamente matemático, los adultos adeptos al género tendrán que mirar por arriba del tono pueril del juego. Hacerlo lo vale, ya que la experiencia es más que atractiva, pero desluce levemente en no tener tan definida su audiencia.
Park Beyond es un interesante aporte al género de simulación de construcción de parques temáticos, con giros originales, pero que no es para cualquiera. La personalidad propia y su innovación se limitan a su nicho o gente con paciencia para dominar el gameplay.