Los adorables personajes creados por Shigeru Miyamoto regresan a Nintendo de la mano de Pikmin 4, la entrega más sencilla y completa de todas.
Los Pikmin han regresado, y aunque hace solo unas semanas Nintendo relanzó por primera sus dos primeras entregas para Switch, en esta ocasión la obra de Miyamoto llega con la cuarta iteración de la franquicia. Esta nueva entrega, sin ser disruptiva, logra separarse de sus predecesoras, pero aún así mantiene las bases y la familiaridad de su universo.
Puzzles, desafíos y mazmorras conforman las bases de Pikmin 4, que aleja el foco del Capitán Olimar y nos pone al mando de un rescatista que deberá no solo salvar nuevamente al protagonista de las primeras entregas, sino también a toda una tropa de rescate que por trigésima vez se vio envuelta en un accidente.
¿Puede Pikmin 4 conquistarte aunque no hayas jugado las tres entregas anteriores? Definitivamente. Si bien aquellos veteranos de la saga disfrutarán al reencontrarse con caras y situaciones familiares, el juego está diseñado al 100% para cautivar tanto a los de la vieja escuela como a los recién llegados.
Menos presiones, más acciones
A diferencia de lo vivido en anteriormente, en esta ocasión no estaremos dando vida al intrépido Capitán Olimar. No, por primera vez en la franquicia, seremos nosotros quienes debamos acudir al rescate del legendario héroe, así como también de la tripulación de rescatistas que más que eso vendrían a ser una tripulación de rescatados.
Mediante un editor MUY SENCILLO podremos crear a nuestro cosmonauta y así emprender la ardua tarea de salvar a toda una tripulación de buenos para nada, donde el único miembro que realmente vale la pena es Ochin, nuestro perro explorador. Aquí radica el primero de los cambios significativos del juego en comparación con sus predecesores: la incorporación de este compañero que abre un inmenso abanico de posibilidades sobre cómo afrontar los distintos desafíos del juego.
Ochin no es simplemente un adorno que nos acompaña, sino que funciona tanto como compañero como extensión de nuestro personaje. En primer lugar, no solo actuará como medio de transporte para agilizar nuestro desplazamiento, sino que también nos permitirá llevar a nuestra flota de Pikmins en él, lo cual resulta realmente práctico para evitar la típica situación en la que alguno se pierda, caiga al agua o quede atrapado, algo realmente tedioso en entregas anteriores. Este peludo amigo, además, podrá recibir comandos a distancia para embestir objetos y derribarlos, así como saltar obstáculos y atacar monstruos salvajes. También podrá actuar de forma independiente cuando no quepa por algún recoveco en el que nos hayamos infiltrado con nuestros Pikmin, buscando un camino alternativo para seguirnos o activar algún interruptor.
Por otro lado, como el título lo indica claramente, tenemos el regreso de los Pikmin, estas simpáticas criaturas con forma de tubérculo que cosecharemos a lo largo y ancho del mapa gracias a las naves cebolla y que nos ayudarán no solo a cumplir desafíos, sino también a enfrentarnos a las criaturas salvajes que nos encontremos en el mapa. Además, serán una pieza clave y necesaria a la hora de obtener los tesoros necesarios para dar energía a nuestra nave, lo cual nos permitirá avanzar por el mapa y acercarnos a nuestro destino final: el necesitado Capitán Olimar.
Dentro de los Pikmin presentes, regresan colores conocidos de antaño, pero vale la pena destacar la incorporación de dos variantes especialmente llamativas y funcionales para el juego: el Pikmin luminoso y el Pikmin de hielo. El primero no solo actuará como faro, clave en las misiones dungeon y raids nocturnos, sino que también podremos agrupar varios para que lancen un ataque en forma de rayo. En cuanto al Pikmin helado, tiene la habilidad de congelar a sus enemigos en batalla, pero lo más importante es que puede solidificar el agua, algo clave para acceder a sectores más alejados del mapa, los cuales a menudo esconden varios tesoros importantes.
Todas estas incorporaciones se suman a la mecánica bien conocida de día y noche, que nos exige regresar a nuestra nave antes del ocaso para evitar ataques a nuestros coloridos amiguitos. Sin embargo, el juego eliminó un factor que solía generar tensión en el pasado: el contador de días. En los primeros juegos de la saga, debíamos completar los desafíos en X días, lo cual limitaba un poco la exploración y nos forzaba a administrar el tiempo con astucia. Ahora, con esta variable fuera de la ecuación, podremos dar rienda suelta a nuestra ambición de verlo y hacerlo todo.
El arte de explorar y la falla de estirar
Pikmin 4 indiscutiblemente se siente como el juego más completo de la saga. No solo presenta un extenso mapa para explorar y reexplorar, sino que también ofrece un sistema de mazmorras bastante complejo. A pesar de que las primeras apariciones de estas mazmorras subterráneas funcionan como una introducción, a medida que avanzamos nos encontraremos con laberintos de hasta cuatro o cinco niveles subterráneos, repletos de enemigos, acertijos y tesoros para coleccionar. Siempre tendremos la opción de regresar a la superficie, pero estas mazmorras se vuelven cada vez más desafiantes a medida que descendemos a las profundidades, algo a lo que el juego nos invita constantemente gracias al buen equilibrio entre exploración y recompensa.
Sin embargo, esta obsesión por recorrer cada rincón del mapa puede tener un efecto contrario. ¿Por qué? Al centrarnos tanto en explorar y obtener todo lo posible, es muy probable que lleguemos a la mitad del juego con un ejército de Pikmins enormemente fortalecido y suficientes tesoros como para recorrer el resto del mapa con facilidad. Claro está que si optamos por esta estrategia, nos perderemos de numerosos puzzles divertidos y la oportunidad de expandir aún más nuestras tropas. Pero esta elección pasa a ser personal, ya que en términos de necesidad, estaremos bien cubiertos si hemos ido a fondo desde el vamos.
Acá es donde posiblemente resida la mayor debilidad del juego. Al proporcionarte tantas posibilidades desde el arranque y sin la presión de tener que cumplir con un tiempo, es posible tomarse todas las horas y días que sean necesarios para “farmear” ejércitos y avanzar a través de la segunda parte del juego a una velocidad casi irreal. Esto demuestra que a veces es necesario desde la dirección ejercer cierta presión sobre los jugadores y así mantener viva la llama de la exploración y el deseo de descubrir todo lo que el juego tiene para ofrecer, evitando que se esta flama se consuma y solo queramos avanzar hacia el final.
Una estética familiar pero mejorada
Esta entrega tiene el look and feel de como hubiéramos deseado que fuera Pikmin 1+2. Aunque el reciente port se trató de una de una remasterización, presentaba texturas tan viejas y planas que en cierta medida afectaban la inmersión en el juego. En cambio, en Pikmin 4, todo es diferente: el cuidadoso diseño tanto de los escenarios como de los enemigos y los tesoros es una auténtica joya. Con ese estilo caricaturesco que ha caracterizado a la saga, la cuarta entrega de la saga nos presenta un mundo bellamente diseñado para explorar.
Sí deja la sensación de que queda pendiente haber ofrecido más en términos de personalización de personajes. Aunque ya es un avance que esta característica se haga presente en una franquicia que por defecto ha presentado protagonistas predefinidos, queda la sensación de que Nintendo podría haber ido un poco más allá, especialmente en lo que respecta a la customización, que más que simple, parece limitada.
Conclusión
Pikmin 4 se posiciona como el mejor de todos. Aunque no alcanza la perfección, esta cuarta entrega trae consigo todo lo que ha conquistado a los fanáticos desde su debut en Nintendo GameCube allá por el 2001, y además se aventura a presentar nuevos desafíos y llevar la exploración a los abismos más profundos de las mazmorras.
Con Ochin y los Pikmin como nuestros fieles compañeros, exploraremos y combatiremos durante horas, incluso al riesgo a explotar estas facetas en exceso y adquirir un poderío exagerado demasiado rápido. Más allá de tener sus aciertos y desaciertos, Pikmin 4 representa una apuesta cautivadora por parte de Nintendo, con un destacadísimo foco puesto en sus desafíos (más no así en su historia) y una capacidad sorprendente para convertirnos en marcados fans de una saga que esperemos regrese pronto.
Pikmin 4 se posiciona como el mejor de todos. Aunque no alcanza la perfección, esta cuarta entrega trae consigo todo lo que ha conquistado a los fanáticos desde su debut en Nintendo GameCube allá por el 2001, y además se aventura a presentar nuevos desafíos y llevar la exploración a los abismos más profundos de las mazmorras.
Con Ochin y los Pikmin como nuestros fieles compañeros, exploraremos y combatiremos durante horas, incluso arriesgándonos a explotar estas facetas en exceso y adquirir un poderío exagerado demasiado rápido. Más allá de tener sus aciertos y desaciertos, Pikmin 4 representa una apuesta cautivadora por parte de Nintendo, con un destacadísimo foco puesto en sus desafíos (más no así en su historia) y una capacidad sorprendente para convertirnos en marcados fans de una saga que esperemos regrese pronto.