Project Cars 2 es, por lejos, uno de los simuladores de autos más realistas y difíciles de los últimos tiempos. Lee nuestro análisis a continuación.
Slightly Mad Studios nos presentó en 2015 un título de autos sacado a pulmón, producido por los propios desarrolladores a través de distintas campañas de financiación, aunque siempre apadrinado por Bandai Namco. Ahora, Project Cars 2 es la evolución definitiva de las intenciones originales de la empresa, transformándolo en uno de los simuladores más reales y difíciles de los últimos tiempos, y hay que hacer un gran hincapié en esta última arista, porque hasta para los grandes expertos es un complejo desafío aventurarse en este segundo capítulo de la saga.
La primera diferenciación que le podemos hacer a Project Cars 2 respecto a su antecesor es que ha abandonado todos los pequeños aspectos de arcade que ostentaba para enfocarse íntegramente en simulador de autos, subgénero que “fundó” Gran Turismo, franquicia que volverá al ruedo el próximo 18 de octubre.
Project Cars 2 es definitivamente un título excluyente para gente que no es habitué de los títulos de autos, y quien escribe es uno de ellos. A pesar de ganar ritmo con el transcurso de las carreras, es muy difícil tomarle la mano a los controles, ya que los distintos tipos de vehículos tienen sus propias lógicas sobre su dinámica y las estrategias van mutando en las distintas competiciones o pistas individuales.
Esta nueva entrega de la franquicia lleva por sendas paralelas el aspecto online como el offline, ofreciendo posibilidades y opciones de juego para todos los gustos. El Modo Carrera ha sido reversionado de punta a punta en comparación al título anterior. Ahora, tendremos la oportunidad de participar en 4 competiciones completamente distintas: Gran Turismo, Supercoches, Formula y Rallycross (la flamante incorporación), y cada una de ellas tendrá sus particulares reglas, no solo en lo que hace referencia a los vehículos y pistas, sino en las etapas clasificatorias y sus pautas de puntaje.
En lo que respecta al modo online, se le puede exigir más diversidad en sus modos de juego, aunque se le contrapone con un matchmaking justo, que se ajustará acorde a nuestra Licencia en el juego.
La premisa que prevalece en Project Cars 2 es que cada carrera que disputes sea distinta a la anterior. Y esto no solo se contempla en sus 60 pistas (algunas viejas conocidas del primer Project Cars) y sus más de 190 vehículos (todos disponibles desde el principio y con una gran variedad de colores), sino que esto se debe en gran parte a la inclusión de un agregado denominado Live Track 3.0, que varía la climatología de la carrera en cualquier momento. Podemos empezar con unos neumáticos secos y a las 6 vueltas tener que ir a boxes porque una intensa tormenta amenaza con complicarnos la victoria.
En cuanto a la jugabilidad, este análisis fue realizado con un Joystick en nuestra manos, pero durante las primeras impresiones de Project Cars 2 hace unos meses tuvimos la breve oportunidad de utilizar el volante y la diferencia es abismal. No solo hablamos de precisiones que los sticks del joysticks carecen por obvias razones, sino que la verdadera experiencia es a través del uso del volante y los respectivos pedales. Bajarles puntos a este juego por esta arista es algo injusto, pero es una mención a destacar; ya que el mando convencional no permite exprimir al detalle todas las virtudes de esta secuela.
Slightly Mad Studios ha logrado una gran evolución en el movimiento de los vehículos y como los neumáticos se comportan con el correr de las vueltas, y fácilmente notaremos la diferencia cuando están con la temperatura ideal o empiezan a desgastarse.
Para los poco experimentados en el rubro automovilístico, Project Cars 2 incluye la opción de, ingeniero de pista, una ayuda bastante relevante para aquellos que quieren modificar el auto según las necesidades de la carrera o nuestras preferencias de conducción. Este “ingeniero” nos irá preguntando cuáles son los principales problemas que tenemos y en base a nuestra respuesta realizará cambios en el vehículo para conseguir la victoria.
Los gráficos son realmente alucinantes, haciendo foco en los detalles de los vehículos, ya que está arista le gana por goleada a la ambientación de las pistas, sumando además los respectivos cambios climáticos que son un punto positivo también en esta arista. La merma sin embargo va en el lado de los cambios en el vehículo trás los impactos, que solo se reduce a alguna abolladura o una rajadura en el vidrio delantero. El aspecto visual de los autos va de la mano sin dudas del aspecto sonoro de los motores y la fricción de los neumáticos en las frenadas y las curvas. Esta sensación le aporta un sentido de realismo muy alto, que se complementa con la utilización de auricurales acordes o un dispositivo periférico de audio
Realmente, no es por ser reiterativos, pero la dificultad será un atenuante en gran parte del juego. Y esto es más allá de que si competimos contrá la IA (que no presenta un elevado nivel de dificultad si lo ajustamos al máximo) en, por ejemplo, un torneo de Rally o con amigos en online; sino que el punto de inflexión en su dificultad se acentúa en tomar de manera correcta las curvas en Project Cars 2. Frenar milisegundos de más o doblar con excesiva fuerza nos dejará dando trompos en nuestro propio eje, motivo por el cual llevar a reiniciar las carreras de una competencia (algo que podemos hacer a destajo si queremos) en más de una oportunidad o abandonar la carrera online.
Si tomar las curvas de manera correcta ya de por si es bastante complejo, las físicas de los autos pueden transformarse en un dolor de cabeza. Así es, a pesar de haber ponderado durante varios párrafos a Project Cars 2, tiene varios defectos, que tranquilamente pueden ser mejorados en futuras actualizaciones, pero uno que sobresale entre el resto y son las choques entre los autos. En esta arista no hacemos referencia a los desperfectos físicos que pueden presentar los vehículos al colisionar (algo que pocos simuladores respetan porque no apuntan a eso), sino a como reaccionan al propio impacto. En vehículos como los de clase GT o los deportivos los perjuicios no son tantos, pero los de Formula 1 (y sus respectivas categorias) son un verdadero descontrol. Por el mínimo roce, podemos ver autos volar o dar una cantidad de trompos que desafían las leyes de la física.
Resumiendo, Project Cars 2 es un verdadero salto de calidad en comparación a su primera entrega, lo que denota la dedicación que le ha puesto Slightly Mad Studios para presentar un título a la altura de las circunstancias. A pesar de su excesiva dificultad, esta nueva entrega de la franquicia ha superado con creces las expectativas, poniendo sumamente a prueba lo que pueda ofrecer Gran Turismo Sport en cuestión de semanas.