A más de 10 años de su lanzamiento, Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition nos recuerda por qué los beat ‘em up son un género inoxidable.
La historia de Scott Pilgrim vs. The World: The Game es un tanto particular. Lanzado originalmente en ag0st0 de 2010, este beat ‘em up basado en el cómic homónimo a cargo de Bryan Lee O’Malley (que después tuvo una atractiva película protagonizada por Michael Cera y gran elenco, entre ellos Chris Evans) tuvo una buena recepción entre la crítica especializada y la comunidad, gracias a su estilo humorístico, la dificultad apremiante y una fina capa de rpg que cubría a cada uno de los niveles de este side scroller.
Sin embargo, por problemas de licencia, el juego fue retirado de las tiendas de PlayStation 3 y Xbox 360 en 2014 (solo se conseguía en formato digital) y los poseedores del título se quedaron con una joya atrapada únicamente en sus consolas. Incluso la aventura había sumado varios DLC durante sus años de existencia así como también una vertiente online.
Tras una extensa lucha y una enorme promesa del propio O’Malley – más de una vez declaró que haría lo imposible porque el juego salga una vez más a la venta – Ubisoft lanza de forma oficial Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition, una reedición de la aventura que trae consigo todos los contenidos adicionales, los modos extra de juego, su modo online pero también todo el brillo propio, ese anhelo que teníamos de volver a disfrutar de estos personajes, sus intrincados niveles que emanan un amor puro por los beat ‘em up, un género que tiene su época dorada en el pasado pero que cada título que lo vuelve a poner en exhibición nos recuerda porque es tan inoxidable como divertido.
10 años no son nada
Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition nos plantea una metodología similar a su historia original con algunas pequeñas modificaciones que se ajustan a lo que pretende el juego. A lo largo de 7 diferentes niveles, Scott -o cualquiera de los otros personajes que elijamos- tendrá que eliminar a decenas de enemigos para derrotar a cada uno de los Ex’s de Ramona, en espectaculares combates, cada uno con un modus operandi diferente y estilo de pelea diversos.
A los pocos minutos de tomar contacto con Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition recordás porqué nos encantó tanto el juego en su lanzamiento inicial. La campaña principal cuenta con 7 niveles, con muchos secretos en el medio y varios extras bien diseminados para revisitar los escenarios. Lo bueno de este relanzamiento es que ya cuenta con todos los DLC incorporados, por lo que tendremos más personajes para elegir desde el primer momento, y esa fina capa de RPG le inyecta otro atractivo a la propuesta.
Elegir entre Steve, Ramona, Knives o Stills, por ejemplo, significa tener un popurri de ataques diferenciales, pero la mecánica para todos es básicamente la misma: tenemos un ataque suave, uno fuerte, un comando para bloquear y 2 para técnicas especiales. Esta base que lleva impreganda el adn de los beat ‘em up se refuerza con un complemento rpg, en el que personajes van subiendo de nivel (hasta 16) y en el que podemos potenciar la fuerza, defensa, velocidad o energia para realizar ataques especiales comprando items en las tiendas con el dinero que dropean los enemigos eliminados.
Los enormes sprites de todos los personajes en pantalla chocan de lleno con el nivel de detalle de cada uno de los variados niveles, en una contraposición de estilos que no incomoda al momento de jugar y que saca a relucir el enorme nivel de detalle que hay en toda su composición pixel-art.
Si bien hay un cierto pulido en las texturas y en el rendimiento del juego, que en la versión de PS4 tiene un estabilidad de fps constante, los controles mantienen la fidelidad idónea de la versión original y esto es un enorme pleno dentro de la propuesta. Si bien la vertiente rpg ofrece una rejugabilidad y una potenciación de nuestras habilidades, estamos con un beat ‘em up al palo, en un “yo contra el barrio” constante y en el que incluso en su dificultad más baja resulta exigente.
La cuota de rpg es una barrera invisible que propone Scott Pilgrim Vs The World para no comernos el juego en una primera pasada. Hay una buena diferencia del calibre de los enemigos entre nivel y nivel, por lo que a veces tendremos que farmear un poco para llegar en condiciones ante los nuevos desafíos.
Otro de los ponderamientos de esta entrega es un denominador común dentro del género: todo se vuelve más atractivo y adictivo cuando hay más de un jugador en pantalla. Con la chance de tener co-op local u online, Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition es una oportunidad ideal para desempolvar ese tinte arcade de nuestra infancia y molernos a golpes a diestra y siniestra.
Al margen de toda la aventura principal, está reedición trae consigo todos los modos extra, como el bosh rush, survival con zombies, una versión del quemado e incluso un mini battle royale. En estas variantes la cuestión co-op se transforma en competitivo y la cuota dinámica mejora de forma exponencial.
Conclusión
Puede que Scott Pilgrim vs. The World: The Game Complete Edition no sea un baluarte excepcional dentro de un género que cada vez tiene menos exponentes, pero la épica de regresar, tras 6 años de haber desaparecido, con un juego con mucho material para explotar tanto en solitario como en cooperativo son diferentes aristas que le inyectan una épica atractiva al título.