Splatoon 3 vuelve a traer coloridas y vibrantes partidas con una entrega que sin revolucionar su apuesta, se mantiene más que vigente.
Desde su debut en Wii U hace ya siete años, Splatoon se posicionó como el más joven de los tanques de Nintendo. En su última entrega, Splatoon 3, nos demuestra haber encontrado su camino con una apuesta continuista, mejorando y puliendo algunos detalles, pero que a groso modo no realiza cambios sustanciales con respecto a su predecesor de 2017.
Con una apuesta fuerte por un apartado artístico de altísimo nivel, más la incorporación de nuevas armas y escenarios, Splatoon 3 no viene a revolucionar una saga, sino más bien a terminar -como si lo necesitara- de instalarse como uno de las mejores ofertas de juegos competitivos online de la consola.
Una jugabilidad que te atrapa
Dinámico. Ese es el término más adecuado para describir a Splatoon 3. Para aquellos que nunca pusieron sus manos en esta franquicia hay una cosa que tienen que tener en claro: prepárense para ensuciarse porque van a terminar pintarrajeados hasta la médula.
La premisa del juego es bastante simple: nuestro equipo, compuesto por cuatro jugadores, deberá finalizar una partida de tres minutos con la mayor cantidad del mapa pintado de nuestro color. ¿Fácil, no? Si bien es una apuesta sencilla, la dinámica que imprime la jugabilidad de los Inklings y Octarianos hace que en esos tres minutos puedan pasar miles de cosas.
Pintar el mapa puede parecer una tarea sencilla, es decir, debemos ir y disparar nuestra pistola de pintura para hacer un enchastre, pero ojo, el rival también juega y no solo hay que cuidarse de no perder el terreno ganado, sino también de no quedar incapacitados. Si logramos abatir a un oponente, este quedará fuera de combate durante algunos segundos, lo cual se traduce en precioso tiempo para poder cubrir mayor terreno con nuestros colores.
Por otro lado, la pintura no solo es un factor clave para incapacitar o ganar terreno, la misma nos permite movernos más ágilmente cuando adaptamos la forma calamar. Este modo de desplazamiento permite que recorramos “subacuáticamente” los charcos de pintura que dejamos e incluso que trepemos paredes o nos movamos por superficies por las que regularmente no podríamos ir. Además, una vez que comenzamos a dominar este modo, si lo usamos de forma correcta puede ser una suerte de stealth con el cual podemos sorprender a nuestros oponentes.
Un detalle importante es la curva de aprendizaje que plantea Splatoon 3. Si bien la premisa es sencilla, el juego hace una combinación muy interesante de sticks y giroscopio para movernos y apuntar, lo cual para aquellos que estén debutando en la franquicia, puede resultar bastante “raro” en un principio, sobre todo porque uno está acostumbrado a hacer movimientos cuando juega y acá eso implica que le erremos a un objetivo o quedemos mirando para cualquier lado.
Otro punto que hace a la curva de aprendizaje es el control de la balística. Tanto las armas principales como las secundarias y las especiales trabajan de manera distinta, cada una haciendo foco en potencia, precisión, recarga, etc. Esto hace que debamos probar infinitas combinaciones para encontrar el set que más se adapte a nuestra forma de jugar lo cual puede llevar a algunas partidas intrascendentes ya que lo único que estaremos haciendo es probar si dicha pistola, o tal granada se adapta a nuestro estilo de juego.
Pese a que el juego hace foco en el multiplayer online, lo cierto es que para aquellos que busquen pasar un buen rato por su cuenta, el modo para un jugador no está nada mal. Si bien la historia no aporta mucho ni viene a romper con nada, la progresión, misiones y jefes del modo campaña son algo más que interesante para aprovechar y que además nos sirve a la perfección como una suerte de tutorial extendido ya que dura entre 8 y 10 horas para terminarla.
Este modo está planteado de una forma completamente abierta en el que arrancaremos en una isla central y deberemos ir accediendo a las demás secciones del mapa a medida que completemos objetivos puntuales como derrotar a tal boss, pintar tal sección o completar algún que otro desafío. El camino que elijamos depende 100% de nosotros lo cual es una variante bastante interesante ya que nos hace sentir dueños de la historia.
Tintelia, una ciudad para pasar el rato
Splatoon 3 trae consigo una nueva zona, una suerte de lobby donde tenemos la posibilidad de elegir entre los modos de juego, así como también comprar equipo e indumentaria para personalizar a nuestro avatar. Además aquí podremos probar un nuevo modo, aunque más que un modo es más bien un minijuego: Lucha Carterritorial.
La Lucha Carterritorial es un puzzle game mezclado con TCG (trading card game) en el que tendremos que usar nuestras cartas que cuentan con distintas formas para hacernos con la mayor parte del tablero. Básicamente es una versión board-game de Splatoon pero con mucha menos dinámica, algo que se siente y no invita a jugar más allá de dos o tres partidas en las cuales probaremos más por ser la novedad que por cualquier otro argumento.
Con respecto a las funciones de lobby, es en Tintelia dónde vamos a ir a mejorar nuestras armas y también comprar indumentaria y accesorios. El comienzo del juego no da mucha opción a la personalización, pero a medida que sumás victorias y puntos el abanico estético se abre con remeras, camperas, peinados, pantalones, y muchas otras variables que sirven para hacer de nuestro avatar una representación única de nosotros en el mundo de Splatoon.
Una pinturita
Más allá de un sistema de juego voraz, dinámico y atrapante, Splatoon 3 te compra por su estética. Los colores vibrantes, el diseño de personajes y la lluvia de pintura están tan perfectamente equilibrados que tranquilamente se puede tratar de esos juegos que gozamos tanto jugándolos como viendo a otros hacerlo ya que perderse en lo frenético de sus partidas es su mayor encanto.
El estilo cartoon de sus avatares es sin lugar a dudas una elección refrescante ya que el universo de los shooter está rebalsado de opciones hiperrealistas, y tener una apuesta que descontracture este estilo de juego siempre es una alternativa interesante.
Por el lado de la música, la misma es un perfecto partenaire para las partidas ya que su ritmo y dinámica sirve para sentirnos en en medio de ese frenesí al que buscan arrojarnos desde el minuto uno.
Conclusión
Las primeras horas con Splatoon 3, más si es tu primera vez con la franquicia, pueden ser algo desconcertantes, sobre todo mientras le tomamos la mano a la combinación de stick con giroscopio. Sin embargo, con el correr de las partidas y a medida que dominemos el juego, la ferocidad y la dinámica de los combates hacen de este juego una joya casi que adictiva en la que nos encontraremos saltando de partida en partida para poder conseguir los puntos necesarios para mejorar a nuestro personaje.
Además, la campaña de un solo jugador aporta ese contingente de varias horas para jugar sin la presión del multiplayer y funciona a la perfección como una suerte de tutorial super-extendido en el que podemos ir familiarizándonos con los controles.
Splatoon 3 es sinónimo de muchísimas horas de juego garantizadas y el hecho de que sus partidas sean tan cortas es un pro gigantezco al momento de disfrutarlo el tiempo que queramos hacerlo.