Cinco años después regresa uno de los ladrones más famosos en The Raven Remastered. ¿Qué tal le sienta a la actual generación de consolas?
En 2013 King Art Games y THQ Nordic lanzaron The Raven: Legacy of a master thief, una aventura gráfica que traía consigo un enorme dejo de nostalgia que recordaba a todos las grandes virtudes que pueden ofrecer los títulos del género. Ahora, cinco años más tarde, se hace un pequeño lugar en las consolas de Next Gen.
En The Raven Remastered conocemos una historia situada en los años 60 en la que El Cuervo, un famoso ladrón de guantes blancos, reaparece para robar dos piezas invaluables: los ojos de la esfinge. Una no tarda en llegar a sus manos, mientras que la otra está siendo altamente vigilada. Allí, es donde entramos nosotros.
Una historia bien novelezca
El juego de King Art Games no solo es una pincelada de nostalgia por su estilo que recuerda a las viejas aventuras gráficas, sino también porque está completamente inspirado en las más famosas novelas de misterio. Fueron los propios creadores quienes reconocieron que querían rendir homenaje a los textos de Agatha Christie y eso se nota en cada rincón.
De esta forma, en The Raven Remastered no podemos dejar de involucrarnos en una historia de ladrones y policías repleta de clichés que funcionan bajo una atmósfera oscura e igualmente atractiva. El interés se despierta a cada rato y es inevitable especular e intentar dar con el final antes de tiempo.
Personajes pintorescos y desinflados
En este título encarnamos a Anton Jakob Zellner, un agente que quiere convertirse en el captor de El Cuervo. Tanto Zellner como el resto de los personajes se convierten en elementos claves para la construcción de una trama que se forma -casi por completo- de los diálogos que se van dando entre ellos a través de las horas.
En este sentido tenemos que destacar como positivo que en su presentación cada uno de los personajes resulta muy atractivo e intrigante. Sin embargo, con el correr del tiempo van perdiendo color y sus diálogos se volverán demasiado guionados y poco naturales, a pesar de las excelentes voces con tono británico que presentan. Quizás unas mejores animaciones faciales podrían ayudar a mejorar la experiencia.
Rompecabezas y acertijos
Los rompecabezas y los acertijos son los dos recursos que más se acumularán durante los tres episodios de The Raven Remastered. Cada una de estas partes se forman con diferentes escenarios que superaremos solo si racaudamos las pistas suficientes y conseguimos superar los distintos retos.
Debemos decir que la dificultad de los puzzles no está mal, sin embargo en muchos casos solo bastará con volver a hablar con cada uno de los personajes para que las respuestas y soluciones caigan a nuestros pies. Esto resulta bastante tedioso y poco desafiante, sobre todo cuando se trata de la esencia del propio juego.
Una jugabilidad irritante
Las aventuras gráficas nunca se caracterizaron por necesitar una jugabilidad demasiado compleja, sin embargo el equipo de THQ Nordic no nos ha hecho las cosas nada fáciles. Movernos como el agente Zellner durante los diferentes escenarios resulta una actividad demasiado frustrante.
Y los controles no solo son toscos a la hora de desplazarnos, sino también a la hora de interactuar con objetos. La adaptación del point & click de PC a consolas nos lleva en más de una ocasión a tocar e iniciar una acción que no deseamos. Esto, al mismo tiempo, puede obligarnos a tener que saltear diálogos que ya tuvimos o a tener que escuchar los chistes y frases del protagonista repetirse una y otra vez.
En este sentido tampoco acompaña una cámara que no siempre está ubicada en el mejor lugar y que incluso atenta contra el propio diseño de los niveles.
El deleite de nuestros oídos
El apartado sonoro es uno de los puntos más -sino el mejor- altos del juego. El sonido ambiente, al igual que las voces de los personajes son de alta calidad y eso resulta en un acabado muy realista y cien por cien satisfactorio.
Sin embargo, la mayor virtud está en la musicalización. El trabajo musical recuerda a las películas policiales negras más famosos del Hollywood de los años 50 y 60, un factor que colabora enormemente a sumergirnos en ese universo detectivesco que nos enmaraña en las andanzas de un escurridizo cuervo.
Una leve mejora técnica
Ahora vamos a analizar el regreso The Raven en su formato Remastered. Es que no solo es la excusa perfecta para que el juego pueda ser vendido y disfrutado en las consolas de actual generación, sino que también debe traer consigo mejoras técnicas que vayan de la mano.
En este sentido tenemos que decir que la optimización está ahí, pero que es muy discreta. Se nota que los gráficos han sido pulidos y que el sonido ha mejorado notablemente su calidad, pero es un título al que se le notan demasiado los años.
Uno de los principales reproches que debemos hacerle es el de la expresividad de los personajes. Tanto en su aspecto corporal como en el facial se siente extremadamente robóticos, los cual entorpece un poco la misión de empatizar con ellos.
The Raven Remastered, el veredicto final
El equipo de THQ Nordic ha hecho bien las cosas a la hora de volcar el estilo de las novelas de misterio más clásicas en un videojuego. La intriga, la música, los acertijos, todos los elementos claves están ahí. Sin embargo, estos componentes favorables no siguen siendo tan efectivos en este 2018.
The Raven Remastered tiene todos los puntos positivos del título original, pero es inevitable que a día de hoy queden opacados porque sus falencias técnicas se hacen demasiado evidentes. Sus casi 15 horas de duración nos regalan una linda aventura que desentrañar y, a la vez, constantes frustraciones jugables y personajes pintorescos pero demasiado robóticos.