Deck 13 vuelve a sumergirnos en este soulslike futurista con The Surge 2, una secuela que profundiza todo lo planteado en su entrega anterior.
Dentro de lo que puede ofrecer el nutrido sub-género de los soulslike (que con tan pocos años de existencia ya presentó una buena cantidad de exponentes), The Surge se postuló como una oferta que intentó matizar con algunos conceptos interesantes, que van desde su estética futurista hasta la posibilidad de desmembrar a los enemigos para poder obtener nuevas equipaciones e items para craftear.
Deck 13, responsables de Lords of the Fallen, regresa 2 años y después con su secuela, The Surge 2, que se muestra como una clara profundización de sus mecánicas, un título que se agranda en todas sus aristas, apoyándose en una nueva locación, más abierta e interconectada, obligándonos a recorrer algunos escenarios en varias ocasiones para completar tanto los objetivos principales como las numerosas sidequest que dicen presente en esta segunda parte
The Surge 2 es complejo, pero gracias a su mayor diversidad de opciones tanto de equipación, como de exploración y contenido, nos garantiza una aventura desafiante pero que a la vez tiene ese sabor especial tras superar cada desafío que, a priori, siempre parece insuperable.
Sobreviviendo en Jericho City
A pesar de que su jugabilidad respeta de manera bastante fehaciente lo visto en su primera entrega, Deck 13 apuesta su carta más valiosa en la locación de The Surge 2. Jericho City es lo opuesto a lo que vimos en las instalaciones de CREO: dejamos atrás las fábricas abandonadas y los laboratorios experimentales para adentrarnos en una ciudad que no está teniendo sus mejores días. Una urbe que además de padecer una la infección de las nanomáquinas (ese virus que en sus orígenes tenía como fin proteger al planeta de la contaminación ambiental), también cuenta con una anarquía reinante ya que una secta dominada por una droga experimental está intentando aprovechar este poder incontrolable para dominar la región y por consecuencia, el mundo.
El caos que se intenta reflejar es constante. Por un lado, las fuerzas de seguridad intentando mantener el control en las calles, mientras que en los suburbios y lugares más marginales se empiezan a gestar diferentes focos de conflictos que solo necesitan un empujón para destrozarlo todo. En el medio, la infección de nanomáquinas que se acrecienta a cada paso y que compromete no solo la estabilidad de una ciudad que está a un escueto paso de sucumbir, sino que es el lugar de contención para que el virus no se expanda más allá de sus límites
En esta secuela no controlaremos a Warren, el héroe de la primera aventura, sino que seremos un personaje creado con una previa personalización bastante simplona. Nuestra llegada a Jericho City no es muy prometedora, ya que somos el sobreviviente de un accidente de avión que tenía planeado aterrizar en la ciudad pero debido a un contacto con las nanomáquinas(hecho que se conecta con el final de la anterior entrega) hace que se salga todo de control. Para seguir sumando complicaciones a la ecuación, despertamos 2 meses después en una cárcel, sin saber lo que sucedió pero con el condicionante de que los nanitos se fusionaron a nuestro cuerpo sin infectarlo como los “zombies robóticos” que también dicen presente en esta segunda parte. Como secuelas de este accidente, comenzaremos a ver flashbacks de otra supuesta sobreviviente del accidente, Athena, que tendrá un rol clave en todo el argumento y que nos irá dejando pistas de lo que realmente está sucediendo.
Por suerte, The Surge 2 ha mejorado su manera de narrar los acontecimientos. Al tratarse de una entrega más ambiciosa y grande, también supone una mayor cantidad de interacciones con los diferentes sobreviventes en Jericho City. Muchos de ellos nos irán pidiendo encargos o solamente tendrán algunas líneas de diálogo, manifestando su postura ante esta situación de cuarentena que vive la ciudad.
Si bien argumentalmente la historia no tiene giros demasiados espectaculares y su lineamiento tiene ciertos grados de anticipación (los villanos muestran los hilos demasiado rápido), Deck 13 ha logrado ampliar este universo contando nuevas aristas en este universo, sin volverse repetitivo en comparación a su primera entrega, aunque como punto negativo la falta de un personaje protagónico con nombre y apellido como sí lo era Warren le quita un cierto personalismo a nuestras acciones.
Resolviendo problemas, un desmembramiento a la vez
The Surge tenía como uno de sus elementos distintivos la posibilidad de cercenar las extemidades de los enemigos (cabeza, cuerpo, brazos y piernas) para poder obtener por un lado los planos para craftear nuevas armaduras, y por otro los recursos para obtener dicha fabricación. Esta ecuación se mantiene de manera idéntica, pero maximizada. La cantidad de equipaciones que tenemos para conseguir supera las 25 y cada una de ellas no solo modifica nuestra estética de forma considerable, sino que además otorga diversas bonificaciones, más acentuadas y mejor clasificadas. Esto también se traduce a las armas, otorgando una mayor versatilidad en el estilo que queremos adoptar: más lento pero con fuerza de impacto más delimitada; o con una mayor cantidad de golpes pero un daño inferior.
Esta secuela busca que no te cases con un estilo de pelea en particular y te adaptes a los que propone cada escenario y la acción suma algunos componentes para volverlo más estratégico, principalmente en su esquema defensivo. En la primera entrega teníamos la posibilidad de realizar un bloqueo superior e inferior para reducir al máximo los golpes recibidos; ahora en The Surge 2 esta cuestión se amplia ya que también podemos realizar bloqueos direccionales. Por suerte, desde un primer momento podremos equiparnos con un implante que permite anticipar la dirección de los golpes que se aproximan. Esto, de manera indirecta, funciona como un tutorial para ir aprendiendo los patrones de los ataques y conocer de manera explicita los movimientos de todos los rivales, para que nuestras incursiones no sean tan desventuradas.
Las diferentes locaciones que recorremos durante Jericho City exponen algunos enemigos diferentes que requerirán estrategias más ofensivas o defensivas; sin embargo este sigue siendo uno de los puntos flacos del juego: toda esa versatilidad de armaduras y armas que distinguimos hace un rato no se refleja en la diversificación de rivales que encontramos. Su “bestiario” es bastante chato y solo encontraremos alguna que otra criatura envuelta en nanomáquinas que corte el ritmo de tanto soldado. Esto también se refleja en los bosses, que vuelven a ser bastante pocos y su espectacularidad, extrañamente, va de mayor a menor. Los primeros ostentan una fisionomía más espectacular y amenazante, pero esto se va reduciendo a medida que nos acercamos al último tercio del juego.
La falta de bosses no le resta dificultad al juego, The Surge tiene planteado un camino sinuoso, en el que en reiteradas ocasiones tendremos una desventaja numérica durante los enfrentamientos de hasta 3 contra 1, y si no estamos bien equipados el paseo puede ser bastante duro. Por suerte, los chekpoints y los Centro Med para aumentar nuestros stats están distribuídos de manera prudente, por lo que perder no representa un viaje extenso y complejo.
Toda esa carencia de variedad de enemigos y bosses se contrapone con toda la exploración de Jericho City, uno de los puntos más altos de The Surge 2. Sin entrar en terreno de spoilers, el juego nos invitará a transitar algunas calles de la ciudad pero también nos trasladará a lugares con vegetación, laboratorios, cuevas y edificios, alternando constantemente la geografía y el entorno para dar un panorama más fresco a toda la aventura. Esta secuela no gana solo en espacios sino que la exploración se torna más vertical que su primera entrega, con una acción que nos transporta no solo a los techos de los edificios sino a las ramificaciones del tren subterráneo.
Además del camino principal, tendremos a disposición una numerosa cantidad de sidequest, la mayoría de ellas para obtener algunas armas especiales o puntos de experiencia (o chatarra tecnológica como está bautizada) para subir los 3 stats disponibles que podemos farmear (vida, resistencia y energia). Los recados mantienen una dicotomía que van desde derrotar a un enemigo o encontrar un item en particular, salvo alguna que otra excepción los objeticos secundarios siempre irán por esta senda y son la excusa que encuentra el juego para hacernos revisitar determinada área de Jericho City.
The Surge 2 cuenta además dentro de sus novedades con una vertiente online, un tanto indirecta. No podremos interactuar visualmente con otros personajes y entablar partidas para enfrentar a algún boss que nos hace la vida imposible, pero sí podemos ir dejando señalizaciones para indicar la presencia de algún peligro, algún objeto o una dirección que debemos tomar.
Deck 13 intenta con todo su empeño hacernos olvidar que The Surge 2 es un juego AA y no un título de presupuestos millonarios. Hay un trabajo notorio tanto en la ambientación y en las armaduras que podemos equipar, haciendo énfasis en esos detalles que logran sacar a relucir el poder del motor y la capacidad para ofrecer una experiencia audiovisual a la altura de las circunstancias. Sin embargo, cuando empezamos a hilar fino y a realizar una doble mirada, las costuras se empiezan a visualizar. Texturas que están sin definir o una repetición burda en el diseño de los enemigos son una constante que se refleja durante el juego y que impide que la propuesta no termine de brillar en esta arista. Esta review la realicé en PlayStation 4 Pro y no hubo una caída de fps abrupta en ningún momento. A veces había algún tirón un tanto particular pero nunca se presentó en situaciones de combate o cuando había mucha acción en la pantalla.
Conclusión
The Surge 2 es una secuela que aumenta en escala todo lo planteado en la primera entrega. Se le puede reprochar a Deck 13 una pequeña falta de ambición para intentar implementar alguna mecánica nueva, pero la desarrolladora apostó por dar un paso pequeño pero seguro y acertó correctamente.
Duro, complejo y con muchas cosas para hacer, esta segunda parte nos ofrece en una primera pasada entre 25 y 30 horas de duración, que de yapa cuenta con una Nueva Partida+ que agrega nuevas armas y armaduras y una dificultad mucho más exigente, con el agregado de más enemigos en el mapa.
Este juego no viene a cambiar el paradigma de los soulslike, pero es un exponente que se pone de la vereda correcta, con argumentos sólidos y jugabilidad atractiva como desafiante.