Un nuevo y esperado título independiente llega a nosotros, con un terror generado gracias a su gran ambientación y a su desastroso apartado técnico.
El género del terror dentro de la industria de los videojuegos parece ser cada vez más abarcado por estudios independientes, que en los últimos tiempos han demostrado que pueden hacer cosas grandiosas como totalmente olvidables con la misma facilidad. Lo bueno es que el territorio aún es explorado, pero lo malo es que de vez en cuando llegan títulos como Those Who Remain que consiguen opacar todo el progreso que se ha conseguido hasta ahora.
El título de terror de Camel 101 nos lleva a Dormont, una ciudad ficticia de los Estados Unidos en la que habitan unas extrañas criaturas que atacan en la oscuridad. En ese contexto somos Edward Turner, un hombre que por esas casualidades de la vida se ve involucrado en una situación de vida o muerte mientras avanza a través de dos mundos completamente diferentes, pero relacionados entre sí.
Los seres de ojos azules
Los primeros compases de la historia de Those Who Remain se siguen con interés. En la piel de Edward Turner llegamos a un clásico motel estadounidense para encontrar a nuestra amante, con quien vamos a cortar relación con el fin de mejorar la situación con nuestra esposa. Sin embargo, la situación pronto se vuelve turbia y después de intentar recuperar el auto que nos robaron, descubrimos que el pueblo de Dormont ha sido invadido por unos seres de ojos azules que habitan en la oscuridad. La premisa resulta realmente atractiva, aunque por momentos pierde demasiada fuerza y recién recupera la intensidad del principio cuando nos envuelve en situaciones profundas, en las cuales debemos decidir el destino de nuestro personaje y el de otros.
Pero en donde más flaquea la parte narrativa del título es en su protagonista. Edward Turner simplemente carece de personalidad suficiente como para cargarse al hombro, de forma efectiva, una historia que por momentos confía demasiado en nuestro interés por leer notas o diarios que se encuentran repartidos en los diferentes escenarios. Sus reacciones ante situaciones totalmente descabelladas se limitan a respuestas de dos palabras sin ningún tipo de sentimientos. Ejemplo claro de esto es su primero encuentro con los seres de ojos azules, a lo que con total naturalidad responde: “¿Hola?, ¿Por qué esos hombres llevan hachas?“.
En lo que a sumergirnos en la historia se refiere, lo único que realmente podemos rescatar de Those Who Remain es su ambientación. La localización es un acierto total y la creación de esta está muy bien conseguida, sumando un eterno silencio con algunos sonidos extraños por acá y por allá que consigue ponernos los pelos de punta. Pero lo que más nos ha gustado -más allá de los sustos que nos han generado- es justamente esos antagonistas misteriosos y silenciosos, que se limitan a mirarnos desde la oscuridad a la vuelta de la esquina y que ante el mínimo descuido acaban con nuestra vida.
La luz de la vida
Los pilares de Those Who Remain son cuatro y están muy claros desde el principio: explorar, resolver puzzles, tomar decisiones e infiltrarse. La parte de exploración es la que mejor funciona a nuestro entender, poniendo ante nosotros situaciones lógicas dentro de lo que cabe que nos obligan a recorrer unos escenarios bien creados, en los que tendremos que entender cuál es el mejor camino para poder avanzar sin tener que toparnos con estos misteriosos seres que nos esperan en donde no hay luces.
Y ahí mismo es en donde entran en juego los puzzles, que en la mayoría de los casos nos plantean encender luces para poder abrirnos caminos, ya sea encontrando los interruptores o teniendo que encender generadores para así iluminar grandes zonas. Sin embargo, la mecánica más interesante aparece a la hora de cruzar a un mundo alternativo: algo así como el upside down de Stranger Things al que accedemos a través de portales, en el que aparecen objetos que en la realidad no podemos ver y nos ayudan a sortear situaciones específicas. Lamentablemente, estas no aparecen tanto como nos hubiese gustado.
Claro está que Those Who Remain es un juego de terror pero quizás las situaciones más turbias las plantea a la hora de obligarnos a tomar decisiones. No queremos desvelar ningún momento en especial, más aún cuando no son tantos como esperábamos, pero es interesante cuando vamos desentrañando una historia a través de diarios y finalmente terminamos encontrándonos con el criminal y su víctima, pudiendo decidir si esa persona merece ser castigada por sus actos y en consecuencia determinar también nuestro destino.
En cuanto a la parte de infiltración del título es más bien anecdótica y quizás acabe convirtiéndose en el sello de toda la experiencia, ya que sentimos que no hay nada realmente innovador y en los pocos apartados que intenta plantear algo diferente acaba quedándose a medias tintas. Está claro que hay algunas ideas interesantes por acá y por allá, pero todas están poco desarrolladas o simplemente han quedado desaprovechadas por sus escasas apariciones. Esto provoca que el resultado sea insulso, que Those Who Remain se sienta un juego más del montón y esté lejos de ser memorable.
La oscuridad total – Apartado técnico
Si hasta ahora nos costó encontrar luces, de esas que tanto busca Edward Turner a lo largo de la aventura, en el apartado técnico seguro que no tendremos el consuelo. A nivel diseño puede que encontremos uno de los pocos puntos positivos gracias a unos escenarios bien logrados y un efectivo diseño de los seres que nos acechan, pero en lo que a gráficos se refiere la cosa no ayuda para nada. Lo mismo pasa con un rendimiento que en PlayStation 4 ni siquiera se acerca a los 30 fotogramas por segundo.
Además por momentos en Those Who Remain experimentamos groseros bugs en la iluminación que nos obligaron a reiniciar niveles enteros, algo que también pasa gracias a los puntos de control excesivamente distanciados entre sí. El juego llega con las voces en inglés, con una muy floja interpretación por parte de los actores, y con unos textos en español que por momentos son totalmente desastrosos. Si tenemos que rescatar algo son algunos pasajes a nivel sonoro bien conseguidos aunque, en sintonía con el resto de elementos técnicos, es mediocre en general.
Those Who Remain, el veredicto final
Los estudios independientes se están encargando de mantener a flote el género de terror dentro de la industria de los videojuegos, pero entre tanta cantidad parece cada vez más frecuente encontrarse con títulos demasiado mediocres como el creado por Camel 101. Si bien presenta algunas mecánicas tan interesantes como su premisa, todo acaba quedándose a medias tintas y no consigue convencer con ninguna de sus propuestas.
Those Who Remain logra ponernos los pelos de punta en algunos pasajes de su historia, sobre todo gracias a los seres de ojos azules que están siempre acechando en las oscuridad y algunos momentos intensos en los que debemos tomar difíciles decisiones. Sin embargo, su terrible apartado técnico, su historia que se desinfla y su falta de innovación lo convierten en un título al que no es fácil de recomendar, aún para los fanáticos del género.