Política, traiciones y un continente en guerra son algunos de los condimentos de Triangle Strategy, el RPG táctico de Square Enix.
Tras haber jugado la demo de Triangle Strategy pudimos poner nuestras manos en la versión final del RPG Táctico de Square Enix. Una apuesta con la lupa puesto en lo narrativo, pero que desde el aspecto del combate presenta un gran sistema estratégico con varias aristas a tener en cuenta en la lucha.
Luego de disfrutar los primeros capítulos gracias a la demo, nos había quedado una sensación de que si bien el juego apostaba por una trama profunda y adulta, la misma podía ponerse un poco pesada por momentos. Bueno, todo esto cambia ni bien continuamos la aventura desde donde la dejamos tras esos primeros capítulos. Al mejor estilo Game of Thrones, empezamos a ver los entramados políticos que guían la narrativa en sus más de 20 horas de duración la cual se entrelaza con alianzas y traiciones de todo tipo.
Triangle Strategy comienza a tomar velocidad sobre el primer cuarto del juego y desde ahí no para. Mezclando de forma inteligente las secuencias de diálogo (que son muchas) con la toma de decisiones y los combates, que resultan muy exigentes, el juego de Tomoya Asano (Octopath Traveler) logra destacarse y darnos una aventura única y atrapante que con el pasar de los capítulos se va convirtiendo en la verdadera joya de la corona.
La historia y la toma de decisiones
Llegamos a las tierras de Norzelia, un continente compuesto por tres grandes naciones: Hyzant, un estado religioso/comunista que controla el flujo de sal, uno de los minerales más importantes, de forma autoritaria. Aesfrost, dirigida bajo el puño de hierro del archiduque, aquí se trabaja el hierro como gran materia prima. Y por último tenemos a Glenbrook, cuyo valor radica en su rol de mediador, instalado durante La Guerra Ferrosalina que enfrentó a las tres naciones y erigió a esta última como mediadora con el Rey Ragna y sus tres grandes casas como salvadores: Wolffort, Falkes y Telliore.
Justamente de la casa Wolffort es de donde proviene nuestro protagonista. El joven Serenoa viene preparándose para ser el heredero de su padre, pero todo esto se ve apurado por la violenta enfermedad que Lord Symon Wolffort tiene, así como también por el inminente conflicto bélico que está por desatarse tras unas décadas de paz.
Guiando ahora a Serenoa, Triangle Strategy nos invita a formar nuevos e impensados vínculos para poder engrosar nuestras filas a la hora de la batalla. Reclutar nuevos aliados es una parte fundamental de esta aventura ya que cada uno posee una habilidad única así como también un pasado que sirve para profundizar el lore que el juego plantea.
A medida que uno avanza en la historia podemos ver como la misma se va poniendo cada vez más compleja y cargada de traiciones, pero también de situaciones que nos llevan a elegir nuestro propio camino. A través de la Balanza de las convicciones iremos forjando nuestro propio destino y, en este punto, Triangle Strategy adora ponernos en encrucijadas. Aceptar las donaciones de una nación a sabiendas que quedaremos en deuda, visitar a personajes de dudoso carácter moral o mantenernos aislados del mundo, o visitar la nación A o B influirá directamente en los acontecimientos que viviremos y para poder hacer lo que nosotros como jugador queramos deberemos convencer a el resto de nuestra party a través de un sistema de diálogo combinado con opción múltiple el cual se fortalecerá a medida que el juego avance.
Vale la pena destacar que el aspecto narrativo es el compás del juego en todo momento. La historia está cargada de mitología y lore el cual podremos profundizar a través de la exploración o adquisición de ciertos libros que sirven para añadir contexto sobre ciertas familias, naciones o eventos históricos que marcaron el continente de Norzelia.
Una combate táctico apasionante
Si bien al principio el combate parecía sencillo pero divertido, déjennos decir que de sencillo tiene poco. Con el correr de los capítulos la evolución de cada lucha se hace más y más notoria y dónde antes bastaba con poner a nuestras unidades más poderosas ahora deberemos hacer un cuidadoso análisis del campo de lucha así como también de nuestros oponentes. ¿Hay terreno elevado? ¿Sus unidades son de combate cuerpo a cuerpo, magia o arqueros? ¿Tienen un boss o son todos soldados? Todos estos interrogantes y más son los que se cruzan por la cabeza antes de comenzar a luchar.
Jinete, arquero, soldado melee, tanque, mago y curandero son solo algunas de las clases de personajes con las que podremos contar a lo largo del juego e ir desbloqueando a todas es una tarea más que importante ya que muchos aliados se suman a través de misiones o secuencias secundarias y si no los incorporamos a nuestra plantilla podremos llegar a lamentarlo luego.
El terreno por su parte es el equivalente al jugador número 12. Cada mapa tiene cuestiones únicas que lo hacen idóneo para un tipo de aliado en particular. ¿Terreno elevado? ideal para los arqueros que hacen más daño desde altura (si, tal como dijo Obi-Wan, “It’s over Anakin, I have the high ground”). ¿Bosque? que mejor que usar a Frederica y su magia de fuego para incendiarlo todo Daeneys style. Tal vez al principio uno piense que los personajes más fuertes son los mejores, pero lo cierto es que con el desarrollo de las batallas, y sobre todo de las derrotas, comenzás a buscarle alternativas a lo planteado originalmente y ahí es cuando descubrimos el verdadero valor del combate.
Por último hay un elemento del combate que, curiosamente, es ajeno al mismo. “El campamento” es un escenario al que podemos acceder en casi cualquier momento del juego donde podremos comprar objetos para la lucha como pociones o mejoradores de daño/magia, pero donde también podemos acudir para subir el nivel de nuestras tropas. La progresión en Triangle Strategy se da tanto de forma vertical como horizontal. Vertical sería mejorar las armas a través de un básico sistema de crafteo, pero también a nuestros personajes a través de una suerte de evolución escalonada en 3 niveles, aunque para acceder a ella deberemos hacernos con objetos raros durante las luchas que tengamos como Medallas de Valor.
El desarrollo horizontal se da cuando dentro de un mismo nivel podemos mejorar elementos como nuestros puntos de vida (HP), nivel de daño o resistencia. El concepto de la progresión en este juego parece fácil en la teoría pero desafiantes en la práctica, ya que las recompensas no abundan y debemos ser sabios al elegir al personaje que va a subir de nivel en cada momento.
La arista más floja: la exploración
Entre misión y misión existen momentos donde podremos explorar terrenos puntuales e interactuar con NPCs o aliados. Por desgracia esto no aporta mucho valor a la historia más allá de que se pueden conseguir un par de líneas de diálogo decentes y objetos o monedas para la lucha. La exploración en ningún momento se vuelve entretenida o dinámica y termina descansando en hablar con 3 o 4 personajes, que encima vienen señalados como “acá te van a decir algo interesante” y entrar a algunas casas para recolectar ítems.
En resumen, la exploración bien podría no hacerse presente en Triangle Strategy y nadie diría nada al respecto.
El apartado visual es todo lo que esperábamos
Definido como un 2D-HD y heredero espiritual del aclamado Octopath Traveler, Triangle Strategy hace de su diseño algo sublime que acompaña a la historia como ningún otro estilo podría haberlo hecho. Bello y hermoso a la vista, puede también ser crudo, adulto y sangriento cuando lo requiere, demostrando cómo este estilo pixel-art bien usado puede hoy en día, entre tanto juego AAA exigente, es una gran apuesta si se implementa de forma correcta.
El diseño de los personajes y los escenarios es uno de los puntos altos de esta aventura. Combinando el pixel-art con ilustraciones en momentos particulares del juego para dotar de realismo a los personajes, la aventura de Tomoya Asano no deja nada que criticar en este apartado que es sencillamente *cheff kiss*.
Por el lado de la música y las voces, Square Enix hace un trabajo sublime en no utilizar murmullos para los diálogos apoyándose en los subtítulos. Cada secuencia está narrada con voces muy bien logradas y eso es algo que se celebra ya que dota a la historia de una profundidad aún mayor al poder identificar a cada personaje con un sentimiento en momentos puntuales. La música compuesta por Akira Senju es además otra gran compañera ya que añade carga dramática o ápices de esperanza dónde debe hacerlo con una maestría propia de un compositor de su renombre (Bt’x y Fullmetal Alchemist: Brotherhood están en su repertorio).
Conclusión final
Triangle Strategy es una de las grandes joyas que este año prometía Nintendo Switch y, por suerte, estuvo a la altura. Con una historia que bien podría haber sido una novela de George R.R. Martin y un exquisito sistema de combate, el juego se coloca como una de las revelaciones de un 2022 que mes a mes no para de sorprender.
Si lo que buscás es un RPG táctico con una gran profundidad narrativa y un tono más adulto, Triangle Strategy es tu juego.