La esencia de Dontnod vuelve a estar presente en su nueva obra, pero con un potencial mermado por una duración demasiado corta para todo lo que quiere abarcar.
Desde que probé en PlayStation 3 aquella demo del primer Life is Strange, que permitía tantear los primeros minutos del juego, supe que Dontnod Entertainment iba a llegar lejos. A lo largo de los últimos años he visto los resultados de un estudio que propone algo distinto dentro de una industria costumbrista, dando amor a cada una de sus aventuras y tocando temas profundos, sin descuidar el gameplay. Declarándome fan de sus obras es que hoy lamento estar ante la más floja, Twin Mirror.
El misterio de Basswood
Twin Mirror nos propone controlar a Samuel Higgs, un hombre treintañero que regresa a su pueblo tras varios años de ausencia para asistir al funeral de su mejor amigo, Nick. Con un comienzo fuerte y una situación que no tarda en descontrolarse, Dontnod nos introduce rápidamente en un thriller psicológico con todas las letras, con todos los ingredientes que no tardarán en revolvernos la cabeza. Y justamente la cabeza revuelta del protagonista es parte de la mítica de la historia, un hombre con un gran poder deductivo encabeza una investigación que lo lleva a desentrañar los oscuros secretos del pueblo de Basswood, mientras lidia con una voz interior que parece tener más peso en su conciencia de la que él mismo cree.
Como podrán ver la premisa es más que interesante y los primeros compases del relato casi que no nos permiten parpadear. El gran problema del nuevo juego de los creadores de Life is Strange y Vampyr es que, a diferencia de los títulos que acabamos de mencionar, no tiene suficiente tiempo para desarrollar todos sus matices. No soy particularmente aliado de lanzar los juegos en capítulos, pero prefiero la duración que han tenido las diferentes entregas de Life is Strange que lo hecho con Twin Mirror, que apenas alcanza la media docena de horas. Esto genera que la narrativa por momentos se apure demasiado, convirtiendo tramas secundarias en episodios inconclusos y, lo que es aún más perjudicial para la experiencia, impidiendo que los personajes se desarrollen lo suficiente.
Por supuesto siempre es atractivo ver cómo los galos tocan temas delicados, como en este caso hacen con los problemas mentales y lo destructiva que puede ser la soledad para las personas, siempre con ese tacto justo para no ofender a nadie pero sí dando palos a quienes lo merecen. Sin embargo, este apuro del que hablamos en una historia que no dura todo lo que debería también hace que esta profundización en temas tan complejos merme, dejándonos con ganas de conocer mucho más sobre la vida de sus personajes, del propio protagonista e incluso de un Basswood que resulta uno de los escenarios más atractivos que hasta ahora nos ha traído Dontnod.
El Palacio Mental
Todas estas particularidades que antes mencionamos sobre Sam, el protagonista de la aventura, son las que dan cuerda a un gameplay tan interesante como acostumbra a brindarnos Dontnod: porque con el estudio francés los hechos nunca pueden ser lineales y no pueden faltar tampoco los elementos sobrenaturales. Como antes mencionamos, nuestro objetivo es desentrañar los secretos de Basswood y el misterio que yace detrás de la muerte de Nick, esto con un protagonista con una descomunal habilidad para deducir cosas resulta en unas más que atractivas mecánicas de investigación, mucho más simplificadas que en títulos anteriores a beneficio de un ritmo altamente dinámico que realmente se agradece, teniendo en cuenta la corta duración del juego.
Pero lo más interesante de Twin Mirror es como todo el tiempo nos pone a jugar entre dos mundos: lo que ocurre en el pueblo de Virginia del Este y lo que ocurre en la mente de Sam. Por un lado la aventura nos propone, mediante la reunión de pistas clave, recrear secuencias que pasaron en los diferentes lugares y así establecer qué es lo que realmente ocurrió. Al mismo tiempo, dentro de este Palacio Mental que se encuentra en la cabeza del protagonista, deberemos lidiar con una voz que no para de complicar las cosas y acabar con la estabilidad de Sam, provocando descontroles que deberemos calmar con una suerte de minijuegos bastante interesantes.
Es este juego entre interior y exterior el que hace de esta obra algo distinto, que nos mantiene intrigados hasta el final y que suple ciertas mecánicas de investigación que por momentos pueden sentirse algo repetitivas para quienes hayan disfrutado de otros títulos del estudio. Como no podía ser de otra manera Twin Mirror también cuenta con esos momentos de decisiones, que por suerte sí tienen fuertes repercusiones en el desarrollo de la historia y nos involucran aún más con esta dicotomía entre la soledad y las amenazas de las relaciones sociales.
El funeral – apartado técnico
Quienes hayan leído mis análisis de las anteriores obras de Dontnod Entertainment, sabrán que el apartado técnico es lo que más suelo machacarle al estudio, sobre todo por la falta de expresividad en los rostros de sus personajes, algo que no mejora en Twin Mirror y que, una vez más, vuelve a ir en detrimento de todos esos sentimientos y temas que suelen abarcar sus aventuras. A nivel gráfico en sí no hay nada destacable, aunque siempre compensa el costado artísticos de las obras de los galos, con un buen gusto a nivel diseño que se nota en cada rincón y cada personaje.
Lo bueno es que a nivel sonoro todo funciona a la perfección, con un trabajo de los actores de voz a la altura de todo lo que han creado anteriormente y una banda sonora también de altísimo nivel. En cuanto a rendimiento no hay nada que reprocharle, con unos tiempos de carga lógicos y ningún bug considerable, que rompa con la atmósfera generada. Como siempre digo, espero que pulan el tema gráfico y de animaciones para que podamos estar hablando de títulos sobresalientes de cara al futuro.
Twin Mirror, el veredicto final
Dontnod Entertainment vuelve con una obra que tiene su sello en todas partes, aunque por decisiones de desarrollo acaba siendo su entrega más floja. La corta duración, que apenas alcanza la media docena de horas, atenta contra el desarrollo de una historia que podría haber sido mucho más profunda, relegando tanto historias secundarias como el desarrollo de ciertos personajes clave, incluyendo al propio protagonista.
Quienes sean fanáticos de las aventuras del estudio francés seguramente encontrarán todo eso que les gusta en Twin Mirror, aunque en menores cuotas debido a una historia que no tiene tanto tiempo como para estar a la altura de Life is Strange o Vampyr. Aún así, las mecánicas del Palacio Mental y la propia narrativa del juego acaban por salvarlo de ser simplemente olvidable.