Un naufragio nos obliga a sobrevivir en unas hermosas islas, en este aventurero videojuego que podría haber llegado mucho más lejos si hubiese profundizado en algunas de sus mecánicas.
Un nuevo exponente del género supervivencia llega al mercado, esta vez de la mano del estudio australiano 5 Lives Studios con el apoyo de Deep Silver. Hablamos de Windbound, uno de esos títulos que sin hacer demasiado ruido ha conseguido captar la atención de muchos y que en su ejecución ha tenido muchos aciertos, pero que se han ido opacando en nuestras manos con el correr de las horas.
Siendo comparado desde el vamos con la saga Zelda de Nintendo, sobre todo por su estética poligonal y su paleta de colores, esta nueva aventura intenta abrirse lugar en un terreno con sólidos referentes. Tarea difícil a la que los australianos han sabido plantarle cara, creando una experiencia que seguramente agradará a los más asiduos al género aunque no tanto al público en general.
Naufragando
La historia de Windbound nos presenta a Kara, una joven perteneciente a una tribu que se convierte en la única sobreviviente de un naufragio producido por el ataque de una especie de kraken. Tras apenas conseguir escapar de la criatura y las inclemencias del mar, la protagonista busca refugio en un puñado de islas habitadas por extrañas criaturas. Eso es todo lo que se nos cuenta de entrada, con una breve cinemática que dice todo lo que debe decir y que deja las puertas abiertas a un relato que se va cociendo a fuego lento durante toda la aventura.
Lo cierto es que, más allá de no ser todo lo constantes que deberían, estos relatos aparecen en los momentos justos y son muy interesantes. La mayoría se centran en los antepasados de Kara y en la cultura de su tribu, apoyando a la jugabilidad cuando debe y dándole un sentido a todas las acciones que vamos descubriendo conforme avanzamos en el juego. No estamos ante una narrativa reveladora, tampoco se quedará en nuestra memoria por demasiado tiempo, pero sí que hace los deberes como para aportar algo más que simplemente jugabilidad.
El poder de los ancestros
Cuando llegamos a este cúmulo de islas, Windbound nos deja a la de dios, como quien dice. Solo un cuchillo se encuentra en nuestro bolsillo y con él deberemos transcurrir el primer tramo del juego. Lo bueno es que es muy útil y con el comenzaremos a reunir los primeros recursos, construir los primeros elementos y cazar los primeros animales. Mecánicas que acabarán covirtiéndose en la base de un juego que se extiende alrededor de las 15 horas y que, lamentablemente, no ha ido más allá.
Es que sí, nos encontramos con las típicas mecánicas de los juegos de supervivencia, en las que alimentarnos constantemente, lootear y craftear son las claves para avanzar. Lo que nos ha gustado del trabajo de 5 Lives Studios es como han simplificado todos estos apartados para no abrumar al jugador en los primeros compases, con menús sencillos y unas creaciones que no se desbloquean hasta que no encontramos los elementos correspondientes. Sin embargo, esta simpleza acaba pecando por excesiva y por eso tenemos esa sensación de haberlo visto todo a las pocas horas, más allá de los nuevos elementos que van apareciendo.
El combate es otra de las aristas de este juego que opta por quedarse en el molde, en una elección que parece estar orientada a no alejar a los jugadores que buscan una experiencia más relajada. Con un estilo souls-like, en el que la esquiva y el contraataque son las claves para salir victorioso, la poca variedad de enemigos, la falta de jefes y de habilidades especiales acaban por volver al combate un ejercicio monótono. Lo único que termina resultando más interesante en este sentido a largo plazo es el desbloqueo de nuevas armas y construcción de las mismas.
Por el contrario sí nos ha resultado interesante en Windbound el uso de cristales, unos elementos que nos conceden favores de nuestros ancestros y que nos permiten desbloquear elementos especiales, así como mejoras únicas para nuestras herramientas y la posibilidad de potenciar nuestra vida y resistencia. También apreciamos la posibilidad de elegir entre la permadeath -pudiendo dejar atrás prácticamente todo nuestro progreso tras perder la vida- o la la experiencia narrativa, centrada más en la historia que en los verdaderos riesgos de la supervivencia en una isla hostil.
Pero el mejor bote salvavidas del juego de 5 Lives Studios, nunca mejor elegida la metáfora, aparece con la navegación. Como antes mencionamos Windbound se divide en diferentes islas, cinco niveles específicamente, a las cuales llegaremos mediante nuestro barco. Este barco se convertirá en algo así como nuestro mejor amigo, gracias a unas profundas mecánicas de navegación en un mar muy bien recreado en lo que a su comportamiento se refiere y a la posibilidad de ir personalizando nuestro navío para adaptarse a nuestras condiciones. A fin de cuentas, esto es lo más sobresaliente de toda la experiencia.
Aguas misteriosas – Apartado técnico
Antes hablamos de que a Windbound se lo ha comparado con la franquicia de Zelda y las razones están a la vista de todos. Es que es en la estética que la obra de 5 Lives Studios deja más en claro que se ha inspirado en los últimos títulos de Nintendo y lo cierto es que, salvando las limitaciones técnicas de un estudio de menor envergadura, han hecho un muy buen trabajo con la creación de un juego bello en líneas generales. Tanto el diseño de los personajes como de los escenarios y la elección de la paleta de colores hacen notar el buen gusto del estudio australiano.
A nivel sonoro el juego también mantiene el nivel, aunque por momentos la ausencia de efectos no ayuda nada en unos escenarios que de por sí suelen sentirse bastante vacíos. Lo que sí nos ha gustado mucho es el trabajo de voces, que aportan muchísima personalidad al juego y ponderan por sobre todo a Kara, la protagonista. En cuanto al rendimiento el juego cumple sin destacar, con tiempos de carga lógicos y sin presentar bugs groseros, más allá de algún que otro momento en el que nuestro personaje o barco se vuelven físicamente locos al ser impactados por las olas.
Windbound, el veredicto final
Como en una isla desierta, adentrarse en el género de supervivencia no es fácil. Hacerle frente a los grandes referentes e innovar dentro de un terreno tan recorrido se presentan como los desafíos más complejos y 5 Lives Studios se ha dado contra la pared, con un juego que se queda en el molde y ni siquiera se atreve a profundizar demasiado en sus propias mecánicas.
El naufragio de Kara y la experiencia de Windbound se resume en alimentarse, lootear, craftear y navegar, siendo esta última mecánica la única realmente interesante y que nos ha llevado a completar sus alrededor de 15 horas de duración sin lamentarnos demasiado. Más allá de su atractiva estética y de su narrativa por momentos interesante, el título no se nos hace un imprescindible para fanáticos del género ni para el público en general.