El festival de destrucción desarrollado por Bugbear Entertainment desembarca en consolas. ¿Qué trae de novedoso Wreckfest? Enterate en el siguiente análisis.
Si BugBear Entertainment siempre se caracterizó por algo en particular fue de mostrar el lado más violento y salvaje del mundo de las carreras automovilísticas. Apostando en todo momento por producciones más alejadas de la simulación real y sí por algo más vehemente y “arcadoso” (si me permiten el término), aprovecha toda su experiencia con la franquicia Flat Out para ir un paso más allá en Wreckfest, un juego en el que más allá de que lo quieran maquillar con una buena cantidad de modos de juego y competiciones, la destrucción es el motor que impulsa cada uno de los vertientes que se encuentran dentro del juego
Wreckfest ya tuvo su lanzamiento oficial a mediados del año pasado, pero ahora llega su desembarco a PlayStation 4 y Xbox One con una versión que no solo optimiza parte de su estética sino que añade varios contenidos ingame, como pistas y autos.
Abriéndonos paso en el Modo Trayectoria
Todo lo que necesitamos saber sobre las mecánicas de Wreckfest, tanto un breve tutorial así como también las funcionalidades y ventajas del garage, se encuentran todas reunidas en el Modo Trayectoria, un sinuoso camino en el que atravesaremos una extensa cantidad de pequeñas competiciones que con el paso de las dificultades y categorías se irán complejizando,
Divididos en 5 categorías diferentes (arrancando por las amateur para terminar compitiendo en la clase mundial), Wreckfest nos invita a participar de numerosas competiciones con las cuales iremos sumando puntos de experiencia y créditos. Los primeros funcionan para subir de nivel y habilitar nuevos coches y accesorios; cómo se imaginarán los créditos son la economía del juego, que permiten comprar todo lo que se vaya desbloqueando gracias a nuestro progreso.
El Modo Trayectoria tiene el grueso de sus competencias apuntados a un estilo que se repite numerosas veces: unos mini torneos de 3 a 5 carreras aproximadamente (algunas con más, otras con menos, pero ese es el promedio) en el que no solo tendremos que llegar en las primeras posiciones, sino que también tendremos que ir cumpliendo requisitos para sumar bonificaciones. Por ejemplo, en ocasiones nos pedirán que sumemos una determinada cantidad de puntos, que se obtienen chocando a rivales, haciéndolos que pierdan el control o sencillamente incitarlos a que impacten contra otros autos o estructuras. Otros objetivos se ubican dentro de los parámetros de las carreras convencionales, como el hacer el mejor tiempo de una vuelta o terminar primero sacando una determinada ventaja. Sin embargo, la magia de Wreckfest no se ubica en el estandar convencional de las competiciones automovilísticas sino en el deber de reducir a chatarra nuestro rivales a medida que nos posicionamos primeros.
Dejando un lado estos torneos, Wreckfest tiene adentro todo ese espíritu de Destruction Derby que siempre añoramos volver a disfrutar, con duelos a muerte contra otros tantos vehículos, en el que termina saliendo victorioso el último en pie, como si de un battle royale se tratase. Además, el juego tampoco deja afuera su lado más bizarro: carreras con mini tractores, sillones motorizados o una supervivencia con un pequeño vehículo de 3 ruedas contra una marea de colectivos son solo algunos de las desfachatadas competencias con las que BugBear logra dejar su sello al mismo tiempo que le da una vuelta de tuerca a su contenido, que a pesar de mostrar estas llamativas variaciones, sufre mucho de la repetición de contenidos, haciendo que su modo más importante pierda brillo rápidamente.
Si el Modo Trayectoria no te termina de convencer, podés aprovechar todas tus habilidades adquiridas y tu sed destrucción vehicular con el modo multijugador, que permite personalizar cualquiera de las competiciones en las que queramos competir, permitiendo además utilizar cualquiera de los vehículos que hayamos adquirido o comprado durante nuestro periplo en el juego.
El tamaño no es lo único que importa
El garaje no funciona como un mero apartado estético dentro de Wreckfest. Elegir bien el vehículo que utilizaremos dependiendo la competencia resulta vital si queremos salir victoriosos. Además de la velocidad máxima y aceleración, también contamos con 2 estadísticas importantes como manejo de las curvas y robustez. Obviamente, la determinación del estilo que busquemos dentro de las carreras dependerá si queremos un auto rápido y controlable para estar rápidamente primeros y evitar ser golpeados por los rivales. Por otro lado, los vehículos con mayor robustez son difíciles de sacarse de encima y se necesita de mucha paciencia para sacarlos del camino
Wreckfest además permite una personzalización más profunda, en la que podremos controlar la tracción, el tipo de freno, las suspensiones y los neumáticos. Esto, que si bien se puede automatizar para no complicar la existencia de aquellos que no son tan duchos en la materia.
Unas físicas completamente cuidadas
Wreckfest no hace gala ni se luce por su apartado audiovisual. El sonido es sumamente tradicional, con una banda sonora que te la sabrás de memoria con un par de campeonatos en el hombro y los efectos del motor y los choques no son algo impactante.
En cuanto al aspecto gráfico, algunos de los autos tienen un particular trabajo en sus detalles y con la personalización que le podemos realizar a todas las áreas del vehículo podemos ver aún más un buen matiz, algo que se cae a pique cuando se nos empieza a destruir, mostrando siempre el mismo formato de chasis roto no importa cómo haya sido el tipo de impacto que hayamos recibido o propinado. Las pistas no están mal pero pecan de ser excesivamente repetitivas.
Lo que sí es un gran punto a favor es cómo está planteado el trabajo de las físicas dentro de Wreckfest. Los impactos están muy bien logrados y se sientes realistas. Esto se ve apoyado por un control vehícular llevadero, en el que las características de los autos reflejan la docilidad que tendremos al momento de encarar curvas o propinar algun golpe, con una sensibildad de los controles que podemos personalizar en todo momento para hacer más llevadera nuestras incursiones.
Conclusión
Si tu niñez estuvo acompañado por altas dosis de Destruction Derby, Wreckfest es inevitablemente ese sucesor involuntario que estabas necesitando. A pesar de hacer mucho hincapié en las competencias en formato de carreras, el espíritu destructivo se palpa en todas las variables que ofrece el juego.
El Modo Trayectoria va de mayor a menor, principalmente por su poca innovación y constante repetición de pruebas, pero sumado a su Multijugador, es una buena propuesta para los que buscan una propuesta más arcade y beligerante dentro del mundo automovilístico.