Después de dos fines de semana de cartuchos descargados, estas son nuestras impresiones del nuevo trabajo de Sledgehammer Games: Call of Duty WWII.
Lo prometieron, llevar a esta famosa saga bélica a los orígenes de la misma. ¿Lo consiguieron? Con todas las letras, pero quizás no en todos los sentidos esté bien volver a aquellos primeros pasos. Sledgehammer Games está de vuelta con Call of Duty WWII, su trabajo más ambicioso hasta el momento y del que ya nos han dejado probar un poco.
Dos fines de semana completos son los que estuvo disponible esta fase de pruebas beta y es preciso analizarlo después del segundo ya que, fiel a su estilo, el estudio escuchó a los jugadores y corrigió un buen puñado de elementos que estaban provocando que las sensaciones no sean del todo buenas.
¿Cómo se siente Call of Duty WWII? Muy bien. Es un CoD cómodo en todos los sentidos. No solo porque nos alejamos de los exo trajes del futuro, sino porque colocar de vuelta los pies en el suelo es una sensación que se añoraba y que ha vuelto en su máxima expresión junto a un contexto histórico ideal.
Y desde Sledgehammer Games han puesto mucho empeño en complementar ambientación y jugabilidad. Estamos de vuelta sobre la tierra, pero el frenetismo no ha desaparecido. A esto contribuyen un gran número de factores que describiremos uno por uno, pero que especialmente son los mapas y la movilidad.
En cuanto a la segunda podemos decir que se siente bien. Y la palabra es solo “bien” ya que el soldado se sigue sintiendo un tanto pesado en comparación con lo que podíamos sentir en entregas anteriores. Incluso, volviendo a Black Ops II en donde aún no podíamos correr por las paredes pero el movimiento era absolutamente cómodo y fluido. También, se echa de menos el sprint ilimitado.
Respecto a los mapas, es verdad que los diseños podrían haber sido un poco más ambiciosos, sin embargo están muy bien. Estamos ante los clásicos diseños de tres caminos establecidos por Treyarch, en donde encontrarnos con un enemigo -o varios- será solo cuestión de segundos. Además, visualmente son admirables y dan esa sensación de Segunda Guerra Mundial en cada rincón.
En este sentido, el conflicto bélico se respira por todos lados. Sus armas, sus trajes y por sobre todo el sonido. Los efectos son realmente impresionantes y más aún si tenemos en cuenta que se trata de una beta. El ruido que hacen las granadas al explotar, los disparos de cada arma e incluso los aviones que pasan por encima de nuestras cabeza son completamente realistas. Algo que se extrañaba y mucho.
Sin embargo, y después de tantas flores, hay algo que no funciona para nada en Call of Duty WWII: las Divisiones. En este sentido esta entrega de la saga ha vuelto a sus raíces, sí, pero no en el buen camino esta vez. Este sistema de Divisiones genera una enorme limitación dentro de la creación de clases. Desde que en BO2 se estableció el “Pick Ten System“, ese ha sido el modelo de creación que nos permitía crear cada clase como se nos de la gana y eso es lo que queremos para siempre. Call of Duty es jugar como se nos antoja y Sledgehammer Games tiene que entenderlo.
Para entender este punto, esta entrega tiene el mismo modo de creación que CoD 4 Modern Warfare. Sí, en su momento fue un antes y un después dentro de los fps, pero ya han pasado 10 años desde su salida y hay cosas que han evolucionado. Entonces, deben tomar los elementos que gustaron de las últimas partes y adaptarlas al pasado.
En cuanto a los factores técnicos está muy bien y más teniendo en cuenta que es una fase de pruebas. Busca partida rápido, no hay errores groseros in-game y -uno de los factores más importantes- el “Time to Kill” se siente excelente. Dentro de este punto puede reprocharse algunos momentos extraños cuando las balas golpean al rival, a veces “esponjean” un poco los disparos y tardan en morir, mientras que en otras ocasiones pierden la vida en un abrir y cerrar de ojos. Nada que no se puede corregir.
Otro detalle que hay que marcar dentro de los puntos negativos es el menú. El principal es muy poco intuitivo, mientras que la lobby previa a las partidas carece de gracia. Es verdad que la Segunda Guerra Mundial no brinda las mismas posibilidades que el futuro, pero el podio de los máximos puntuadores no da a ellos el reconocimiento que merecen. Por el mismo sobrio camino va la división de equipos que apenas llega a notarse.
Por suerte, todos estos elementos son corregibles de cara a la versión final y hay algo más importante que todos ellos: Call of Duty WWII es muy divertido. Sí, con sus pros y contras (muchos de ellos lógicos de una beta) esta nueva entrega de la saga se vuelve más y más adictiva con cada partida que se juega. Las armas se sienten bien, los mapas son atractivos y hacer caer a los enemigos es un verdadero placer.
Se valoran mucho los intentos de Sledgehammer Games por innovar -y han conseguido un gran resultado con el War Mode- pero deben comprender que los elementos que encantan a los jugadores no deben ser movidos de allí. El frenetismo está ahí, pero no así el amplio abanico de personalización. Sin embargo, en líneas generales han hecho un gran trabajo y se nota que han investigado de sobra para hacer de este Call of Duty el más realista de todos.
¿Merecerá la pena comprar Call of Duty WWII cuando salga al mercado? Por lo que hemos podido jugar, la respuesta es definitivamente sí. Se siente la esencia de la saga en cada respiro, en cada mapa y en cada modo de juego. Aún quedan muchísimos puntos por mejorar y por suerte sabemos que desde la desarrolladora escuchan a la comunidad. Solo nos da miedo que el sistema de Divisiones acorte la vida de un título que de no ser por eso, tiene un futuro próspero asegurado. De vuelta a las raíces, es lo que tanto hemos esperado.