El punto inicial fueron obviamente los cómics y desde ahí fue creciendo la idea. Al ser una película animada sabíamos que no existían las limitaciones que vienen con el cine vivo y visualmente se podían explorar caminos nuevos. Y como han habido -y siguen saliendo- tantas películas de Spider-Man, teníamos otra razón importante para buscar salir del molde. No es común que en proyectos de este tamaño esté tan claro que todo apunta a hacer algo diferente. Y eso no sólo mentalizó al equipo a encarar cada desafío con creatividad e ideas nuevas sino que al poco tiempo se volvió una exigencia por parte de los directores y los productores. Querían que agarremos cada etapa del proceso y la llevemos totalmente al límite, hasta que se rompa y recién ahí poder decir “ok, hasta acá es demasiado, volvamos un poco.” Con eso nos sacaron el miedo a equivocarnos. Y algunas cosas las rompimos y resultó que rotas quedaban bastante buenas.
¿Cuál fue el mayor desafío a la hora de realizar la película?
¡Poder terminarla! Con tanta complejidad técnica mezclando líneas 2D con modelos 3D y tantos estilos de animación diferentes necesitamos el equipo más grande que el estudio haya tenido hasta ahora (sólo el departamento de animación tuvo cerca de 180 animadores, que es más del doble de lo que se suele necesitar para terminar una película) y aún así no fue nada fácil llegar. Creo que personalmente el mayor desafío fue poder traducir todas esas ideas que surgieron en la fase inicial de desarrollo en algo que pudiésemos mantener consistente con un equipo tan grande. El director de animación quería darle espacio a cada artista para experimentar y proponer ideas nuevas si las tenían. El problema es que mantener esa libertad no es un balance fácil, si uno quiere consistencia lo más simple es decir “esta acción la hacemos así, esta otra así” y que todos hagan lo mismo. En cambio lo tuvimos que encarar desde un lugar mucho más conceptual y buscar que el equipo tuviese clarísimo qué película estábamos haciendo, cuál era nuestra estética y nuestro lenguaje visual y desde ahí tener libertad para poder explorarlo.
Cada una de las versiones de Spider-Man tiene sus propios detalles de animación ¿Hay alguno que sea tu favorito?
Miles es mi preferido sin duda. Fue en el que más trabajé como supervisor de personaje y la mayoría de las secuencias que animó mi equipo estuvieron centradas en él. Creo que si bien hay otros personajes muy interesantes, ninguno engloba tan bien el estilo de la película como Miles. Desde las partes de comedia hasta el drama y la acción, es mi personaje preferido siempre. Además fue uno de los más difíciles de encontrar desde la animación, tuvimos una etapa muy larga de prueba y error hasta dar con su personalidad. Cuando finalmente fuimos entendiendo quién era, empezar a ver lo bien que funcionaba en las escenas de la película fue una sensación increíble.
Con un Oscar adentro ¿te gustaría formar parte de la secuela?
¡Totalmente! Toda la producción fue una etapa incomparable de mi carrera, aprendí muchísimo y sin dudas algo tan importante como el Oscar lo hace todavía más especial. Me encantaría poder profundizar más en la historia y las relaciones entre estos personajes. Además como hubo muchas cosas que nunca habíamos hecho antes y fuimos un poco aprendiendo a hacer sobre la marcha, sería muy interesante poder usar toda la experiencia que tenemos ahora y explorar más en profundidad todas las posibilidades que puede ofrecer este estilo de animación.
¿Fue esta película el mayor desafío de tu carrera? Si no lo fue ¿Cuál?
Sí, definitivamente lo fue. En general cuando hacemos una película animada suele haber una o dos cosas que quizás no habíamos hecho antes o que se llevan la mayor parte del peso de la producción, pero en este caso se sintió como que cada cosa que hacíamos, cada personaje nuevo que aparecía en la historia, cada secuencia era territorio desconocido y había que sentarse y ver cómo podíamos hacer para resolverlo. Desde un punto de vista creativo eso está buenísimo pero a su vez ese mismo proceso creativo tiene siempre un momento de incertidumbre en donde todavía no sabés si va a funcionar lo que estás haciendo. Y a medida que se acerca la fecha de estreno y ya están los carteles de la película en la calle, no saber cómo hacer la próxima secuencia que te toca te pone una presión muy diferente a la que me haya tocado vivir en cualquier otro proyecto.
Si tuvieras que elegir otro héroe para realizar una cinta, de cualquier compañía, ¿Cuál sería?
Desde chico siempre Spider-Man fue mi personaje preferido así que por suerte la que hubiese sido mi primera opción es en la que me tocó trabajar. Si tuviese que elegir otro creo que sería Batman, la serie animada de los 90s es una maravilla de la animación y poder explorar ese mundo y esa estética sería súper interesante.