¿Existe un motivo por el que la inclusión de Los 4 Fantásticos en el MCU sea algo clave? ¿Es puro fanatismo? ¿Qué dirá Chris Evans de una nueva Antorcha?
Con el inminente estreno de Spiderman: Homecoming, los fans se babean ante la posibilidad del retorno de nuevos personajes a las arcas de la Casa de las Ideas. Aquí explico por qué me emociona más el prospecto de la llegada de los 4 Fantásticos al MCU que ver a Wolverine y Cap peleando hombro con hombro.
El lugar de nacimiento del Universo Marvel
Ubicar el “big bang” del inmenso mundo imaginario que hoy conocemos como Universo Marvel es sencillo. Se encuentra en The Fantastic Four N° 1, acreditado al editor-escritor Stan Lee y al dibujante Jack Kirby, con fecha de noviembre de 1961. En esas páginas, una misión espacial fallida termina con los cuatros tripulantes siendo bombardeados por rayos cósmicos, que una vez de regreso en la Tierra, descubrirían que les otorgaron habilidades fantásticas. Reed Richards, el genio científico que lideraba el grupo, puede ahora estirar su cuerpo y contorsionarlo como si de goma se tratase. Susan Storm, novia de Richards, adquiere la habilidad de hacerse invisible. Su hermano Johnny Storm puede encenderse como una antorcha y volar. Por último, el atlético Ben Grimm, piloto de la misión, se transforma en una poderosa mole de piedra. Con estos poderes que no habían buscado, el equipo que será conocido como los Cuatro Fantásticos decidirá hacer el bien y pelear contra los supervillanos que atemorizan al mundo.
Si bien existían personajes más antiguos de encarnaciones anteriores de la editorial, como Capitán América o Namor que se integrarían luego, es a partir de The Fantastic Four N° 1 que Stan Lee, quien además de guionista era el editor en jefe de toda la editorial, comienza a tejer la trama interrelacionada de los personajes que iría creando posteriormente (como Spider-Man, Hulk, los Avengers, Thor, etc.).
Esta integración fue natural porque el escenario en que se desarrollaban aventuras y batallas no eran ciudades ficcionales, como Metropolis o Ciudad Gótica, sino Nueva York. Ni lento ni perezoso, Lee se dio cuenta de que si todos estos héroes compartían una ciudad, no tardarían en cruzarse, tanto para unirse como para discutir. El Universo Marvel (Universo 616 para los bien nerdos) había nacido.
Es justamente por ser el cimiento sobre el cual se construyó todo lo demás que los 4 Fantásticos se encuentran tan inseparablemente tejidos en el desarrollo del Universo. Personajes que hoy son parte del MCU, como Black Panther, los Inhumans, y los Vigilantes (SPOILER ALERT: quienes aparecieron en una escena poscrédito de Guardianes de la Galaxia Vol. 2), nacieron de las mismas páginas de la historieta. Si bien esas propiedades intelectuales cobraron suficiente vida propia como para no caer en el contrato de exclusividad de Fox, otras figuras muy importantes a todo el Universo Marvel, como el Doctor Víctor Von Doom o Galactus y su heraldo Silver Surfer, quedan atrapadas en tecnicismos legales y a merced de las pésimas decisiones creativas de Fox.
El caso del Devorador de Mundos es evidencia de que los 4 Fantásticos son también piedra angular de la parte cósmica del Universo Marvel, que los fans del MCU conocieron gracias a los Guardianes de la Galaxia. Aquí fue clave la hermosa locura creativa de Jack Kirby, quien según historiadores de la historieta es más responsable de crear estos mundos que el mismo Lee, y que luego haría un trabajo similar en DC creando a los Nuevos Dioses y a Darkseid.
En este sentido existen muchas dudas acerca de si Disney dispone de los Skrull, la guerrera raza extraterrestre más importante del Universo Marvel, para poder usarlos en el MCU por haber debutado en las páginas de los 4 Fantásticos. De la misma manera si bien Kang el Conquistador, el mejor villano en batallar contra Iron Man y compañía, apareció por primera vez en The Avengers N°9, el conocedor de la continuidad de los cómics sabe que su historia pasada (y futura) está demasiado enredada con los Richards como para poder utilizarlo sin desfigurarlo por completo.
Lazos de familia
Pero la razón por la cual los 4 Fantásticos son el corazón del Universo Marvel no es solo cronológica. Ellos fueron la primera en experimentar que el tono más “realista” de los cómics de Lee y Kirby significaba también tener problemas más reales. La dinámica de una familia disfuncional, que Joss Whedon usa tan bien en la primera Avengers, se aplica mejor en las relaciones tensas de los Richards. Además de los dramas individuales, siendo el más recurrente el “dilema de Frankenstein” que sufre La Cosa, cada uno brilla más cuando entran en conflicto con los otros miembros del equipo. El personaje de la Mujer Invisible, más bien ninguneada en su versión original, logra madurez cuando entra en conflicto sus roles de esposa y superheroina (y posteriormente, madre).
Otra nota a favor de los 4 Fantásticos es que son de los pocos superhéroes a quienes el paso del tiempo les sienta bien. Iron Man y Capitán América siempre se mantienen iguales. La vida de Peter Parker se hace y deshace porque los fans no se deciden si lo quieren adulto o no. En cambio, los Richards han envejecido con gracia, y la edad los ha hecho más interesantes.
Los hijos de Reed y Susan, Valeria y Franklin, son personajes interesantes por mérito propio, y su desarrollo ha generado nuevos desafíos al equipo, como la creación de la Future Foundation. Esta habilidad de crecer y no perder su esencia, más bien ganar fuerza, no es un dato menor para un MCU que no para de expandirse y que ya enfrenta críticas de repetición y agotamiento.
Una nota aparte merece Mr. Fantastic. Si bien mucho de los dilemas científicos y morales que enfrenta Reed Richards, el hombre más inteligente del Universo Marvel, han informado la historia de Tony Stark en el MCU, esta adaptación no le hace justicia. La saga del “Consejo de los Reeds” que narró Jonathan Hickman durante sus años al frente del título es un ejemplo de que Richards podría ser el Dr. Manhattan del MCU.
Esta épica escrita por Hickman también viene a probar como los 4 Fantásticos pueden cargarse el Universo Marvel al hombro. (El que no lo crea vaya a su comiquiería amiga y compre el nuevo Secret Wars). Estas historias además abren un sabor a ciencia ficción dura que le falta al MCU, llevándolo al terreno de Interstellar o Minority Report. Una nueva(s) fase(s) del Universo Cinemático con Kang el Conquistador como villano central, muchos viajes en el tiempo y los 4 Fantásticos como los actores centrales no solo lo mantendría fresco sino que lo llevaría a nuevas alturas. La pregunta entonces sería ¿Es esto posible?
¿Una luz al final del túnel?
El principal obstáculo para poder disfrutar de estas alucinantes especulaciones en el cine es la tensa relación entre Fox y Disney/Marvel. El clásico estudio hollywoodense fue el principal beneficiario de la rifa de derechos fílmicos que Marvel realizó cuando agonizaba tras la explosión de la “burbuja” especulativa que sacudió la industria del cómic yanki en los noventa. Salvo por Spider-Man y Hulk, Fox se quedó con los personajes por entonces más reputados: los X-Men, Los 4 Fantásticos, Daredevil, etc. Si bien de entrada pudieron hacer funcionar la saga de los mutantes en el cine, siendo un éxito tanto de crítica como de taquilla, con las otras propiedades intelectuales se les hizo más difícil. Pocos han salido tan damnificados de este maltrato como la familia Richards.
Si bien no es claro por qué comenzó la disputa, la transición de colaboradores a competidores en los 2000 llevó a una mala relación entre los estudios. El problema de fondo parece ser la división de las ganancias, y la bronca de Marvel de ver cómo algunos de sus personajes más populares hacen plata (también) para otros. En el caso de los 4 Fantásticos la mala disposición de Marvel se hizo evidente cuando canceló el título en la antesala de Secret Wars, dejando las bateas sin un cómic de la Primera Familia justo a tiempo para el estreno del reboot del 2015. Tres años después, sigue sin relanzarse una historieta que los tenga de protagonistas. Recientes desarrollos como el éxito que logró Marvel con Daredevil, y la compra de Star Wars por parte de Disney, tradicionalmente distribuida por Fox, no han ayudado a relajar las tensiones.
Según CBR, las condiciones contractuales estipulan que no pueden pasar más de 7 años sin que Fox y los dueños originales de los derechos Constantine Films realicen una película con los personajes. Según el sitio, las dos veces que se lanzó la franquicia en 2005 y 2015, hizo a las apuradas para evitar caer en esta clausula (cosa que se nota en los films). Esto nos da la esperanza de que cuando llegue el vencimiento en 2022, Fox se encuentre más dispuesto a negociar con Kevin Feige y la gente de Marvel Studios, porque solos no parece que puedan hacer plata con la propiedad intelectual. Contamos con que la avaricia sea más fuerte que el resentimiento entre los ejecutivos hollywoodenses y lleguen a un acuerdo.