Elegimos 5 obras argentinas que consideramos como grandes exponentes del cómic en nuestro país.
La historieta en Argentina tiene una larga trayectoria y elegir una lista que recopila 5 obras que destaquen por encima del resto puede resultar una tarea más que complicada y plagada de injusticias. Si bien existen obras que son consideradas como clásicos incluso a nivel mundial, también es cierto que hay muchas otras que pasaron desapercibidas en su momento o que incluso permanecen aún ocultas ante los ojos de muchos lectores, es por eso que hemos decidido repasar algunos grandes cómics nacionales.
Para elaborar esta lista decidimos dejar afuera obras largamente serializadas o cuya extensión, cantidad de números o modos de publicación las hagan imposibles de seguir. También elegimos no mencionar algunas obras extremadamente famosas para no caer en los lugares comunes a los que suelen recurrir este tipo de listas.
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Por otro lado, tuvimos en cuenta obras que de algún u otro modo marcaron un antes y un después en la historia del cómic nacional. Puede que en muchos casos no estemos ante las tramas más complejas o el dibujo mejor trazado, pero estamos ante obras cuya aparición hizo que el cómic argentino diera un paso adelante y fuera creciendo hasta transformarse en una usina de producciones que cada vez produce más y mejores obras, haciéndose un lugar cada vez más importante en las bateas de las tiendas de cómics de todo el país.
Plagada de subjetividad y con criterios que ni todos ni todas van a compartir, acá está nuestra lista de los 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer.
5. 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer – PONCHO FUE (Sole Otero – Hotel de las ideas -2017)
Arrancar una lista de estas características citando una obra que se publicó hace tan solo unos meses es una premisa por demás de arriesgada. Sin embargo, la obra escrita, dibujada y magistralmente coloreada por la talentosísima Sole Otero tiene pergaminos de sobra para ocupar cualquiera de los puestos de la lista.
Poncho Fue nos cuenta la historia de Lu y Santi, de la relación que ambos fueron construyendo y de cómo la misma fue evolucionando hasta convertirse en una relación por demás de tóxica con la que muchos lectores y muchas lectoras podrán sentirse identificados. Con una narración que no siempre es cronológica y con un magistral uso del color que va adaptándose a cada una de las situaciones, Sole Otero hace uso de su talento para narrarnos una historia basada en su propia experiencia: amor, desamor, encuentros, desencuentros, violencia, machismo, manipulación, liberación y crecimiento; todo en una misma obra.
Lo mejor de Poncho Fue es que llega en un momento en el que como sociedad estamos aprendiendo a deconstruirnos. En ese sentido, el desarrollo tan marcado de los personajes es lo que nos ayuda a sentirnos identificados y a poder encontrar una multitud de paralelismos en esta obra con nuestra propia vida. A veces queremos cagar a forreadas a Santi, a veces queremos gritarle a Lu para que reaccione y salga urgente del pozo depresivo en el que está sumergida; pero la mayoría de las ocasiones nos vamos a sentir identificados con muchas de las cosas que hace o dice Santi, situación que nos hará mirar en retrospectiva y en muchos casos (o al menos en el mío) sentir un poquito de vergüenza.
Poncho Fue es un cómic que incomoda de principio a fin. Una obra que molesta, que nos ayuda a deconstruirnos y que (ojalá) también nos haga crecer.
4. 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer – El Hombre Primordial (Mauro Mantella y Germán Erramouspe – Rabdomantes Ediciones -2017)
Al principio de la nota hablábamos de joyas ocultas en referencia a obras que tranquilamente podrían haber pasado de largo de no ser por la acertada decisión de algún grupo editorial. Este es el caso de El Hombre Primordial, una obra rescatada por la editorial rosarina Rabdomantes Ediciones a principios de este año pero que originalmente fue publicada dentro de las páginas de la ya extinta Revista Bastión, una antología de principios de los 2000 que mezclaba lo mejor del cómic nacional y americano en un solo tomo.
No en vano llamada por muchos la “Miracleman Argentino“, la obra escrita por Mauro Mantella (guionista que tiene varias historias que tranquilamente podrían haber formado parte de la lista) y dibujada por Germán Erramouspe llegó para revolucionar el cómic nacional y dotarlo de una complejidad pocas veces vista en las viñetas nacionales.
La historia nos presenta a Max Redland, un joven con síndrome de down cuya vida cambiará por completo cuando tras recibir una mala noticia por parte de su doctora de cabecera, se transforme en un superhéroe con un extraño símbolo en el pecho y capaz de realizar hazañas de lo más increíbles. Bajo esa simple premisa que tranquilamente podría ser el comienzo de cualquier típica historia de superhéroes, Mantella y Erramouspe nos presentan una trama de lo más compleja, plagada de referencias religiosas y de una extensa simbología que requerirán del lector completa y total atención y posiblemente más de una lectura.
Como reza Andres Accorsi en el prólogo de la obra, El Hombre Primordial es el resultado del trabajo y de las ganas de dos jóvenes historietistas que se animaron a hacer un cómic de superhéroes muy distinto a lo que suele realizarse, logrando como resultado una historia que está a la altura de muchas de las grandes obras internacionales del género.
3. 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer – Parque Chas (Ricardo Barreiro y Eduardo Risso – Puro Cómic Ediciones -2015)
Los mitos y leyendas urbanas han sido fruto de inspiración para muchas de las historias tanto del cómic como de otros géneros literarios. Sin embargo, son pocas las veces en la que el autor o los autores son capaces de plasmar la esencia de aquel mito o leyenda al que hacen referencia.
El punto fuerte de Parque Chas es que aprovechó la década de los 80 y la época dorada de la vieja Revista Fierro y plasmó casi a la perfección lo que el famoso barrio porteño que comparte nombre con el título del cómic representa.
La trama que desarrolla el ya fallecido Ricardo Barreiro toma cosas de distintas leyendas barriales y lleva al lector por un camino que recuerda a algunos de los mejores momentos de la ciencia ficción de aquella época. Por su parte, Eduardo Risso se luce en lo que fuera uno de los trabajos que lo catapultarían a convertirse en uno de los dibujantes más reconocidos tanto en Argentina como en el resto del mundo.
Una obra que transporta tanto en tiempo como en espacio y que merece un lugar entre los grandes clásicos de la historieta nacional.
2. 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer – El Aneurisma del Chico Punk (Renzo Podestá – Deadpop – 2011)
En la introducción a esta nota hablamos acerca de obras que lograron una ruptura y que marcaron un antes y un después en la historia del cómic de nuestro país y es en ese marco que El Aneurisma del Chico Punk aparece como la obra que consolidó el formato digital e inauguró una etapa que abrió las puertas para que muchos autores y autoras tuvieran más y mejores posibilidades de mostrar al mundo el fruto de su arduo trabajo.
El Aneurisma del Chico Punk comenzó a publicarse en el año 2011 a través de la web de Renzo Podestá e instantáneamente se convirtió en un éxito que semana a semana convocaba a fanáticos y fanáticas que pedían con ansias por el siguiente capítulo de la obra a través de la página de Facebook del autor.
Contar de qué va la trama sería una falta de respeto al lector, por lo que desistimos de la tarea de interrumpir con nuestros comentarios dicha experiencia. Sin embargo, sí podemos asegurar que con un dibujo espectacular, un excelente manejo del blanco/negro, un desarrollo de personajes impecable y un argumento que siempre te deja con ganas de más, El Aneurisma del Chico Punk es una de esas historias a las que es muy difícil encontrarle algún defecto que no sea el de habernos dejado con unas ganas incontenibles de salir a romper todo lo que haya que romper para que al fin podamos tener en nuestras manos el tan esperado volumen 2.
La edición impresa de la obra se agotó ya varias veces, pero el gran Renzo Podestá dejó en su web el link para que puedan descargar la versión digital de forma gratuita y en formatos accesibles.
1. 5 cómics nacionales que sí o sí hay que leer- El Eternauta (Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López)
Se pueden hacer cientos de listas que nombren y dejen de nombrar un sinfín de obras pertenecientes al género del cómic nacional argentino. Sin embargo, pocas obras tienen tanto consenso popular como El Eternauta, que probablemente sea la historieta más famosa y aclamada de la historia de nuestro país y es por eso que escapa de nuestro criterio y que prácticamente nos obliga a ponerla en cualquier tipo de lista que realicemos.
Como todos saben, fue publicada originalmente durante finales de la década del ’50 a través de la ya extinta revista Hora Cero. En ese momento, la salida de la obra generó cierta repercusión pero no logró llamar tanto la atención como sí lo hizo su posterior reedición en tomo que llegó durante los años de la Dictadura Cívico-Militar-Clerical que tantos estragos causó en la Argentina.
Quizás sea el formato serializado, quizás sea lo precioso de los dibujos, quizás sea la emoción que genera ver en viñetas que por primera vez en la historia las invasiones extraterrestres no ocurren en Estados Unidos sino en la esquina de algún viejo barrio de Buenos Aires o quizás simplemente sea una historia de ciencia ficción increíblemente bien contada, pero El Eternauta es una obra que no te permite pausas, que te tiene página a página intrigado y que hace que permanentemente quieras saber qué es lo que va a pasar en la próxima viñeta.
Hay algo que es sumamente importante destacar: para que haya obras que hayan marcado un antes y un después tuvo que haber también personas que hayan marcando un antes y un después. Sin embargo, a Héctor Germán Oesterheld jamás le permitieron marcar ese después. El guionista (desaparecido junto a cientos de personas durante la última dictadura) y el dibujante (tuvo que finalizar la segunda parte de la obra desde el exilio) fueron dos bastiones que mantuvieron viva la libertad de expresión y es en parte por ellos que hoy nosotros podemos disfrutar de una cantidad inmensa de historietas de diversos géneros, temáticas y en donde cada autor puede publicar lo que le plazca. Después de todo, el cómic es simplemente una historia contada con dibujos, y ojalá que así lo sea durante muchos años más.