Con varias innovaciones en el tintero, Guilty Gear -Strive- busca cautivar tanto a los expertos como a los que buscan dar los primeros pasos en el género, ¿lo consigue?
Guilty Gear es un pedazo importante en la historia de los fighting games. En un público occidental mayormente seducido por otros exponentes como Mortal Kombat, Street Fighter, Soul Calibur, Tekken, Dragon Ball, entre otros, la franquicia desarrollado por Arc System Works siempre ha dejado su huella en las diferentes generaciones de consolas.
Anunciado en 2019, Guilty Gear – Strive – reformula varios de sus conceptos jugables y busca ir un paso más allá en su puesta en escena como en la dinámica de sus combates. Mis aproximaciones personales con la franquicia son escasas, pero realmente estoy gratamente sorprendido de cómo el juego funciona tanto para los veteranos de la franquicia, veteranos del género de peleas como los que son esquivos en todos los sentidos.
Eso sí, la historia es completamente abrumadora si conocés ni a sus principales personajes, pero si dejamos esta arista a un lado estamos ante un nuevo referente dentro del género.
Simpleza y complejidad coexistiendo en un solo juego
Guilty Gear – Strive – es como un iceberg. Lo que vemos en su superficie es una fina capa de comandos y acciones. Con un tutorial que nos enseña el abc de sus comandos y algunas recomendaciones a tener en cuenta, este primer paso funciona como una simple iniciación para zambullirnos en su modos offline, online y co-op local. Pero si decidimos sumergirnos y entender todos los secretos de este juego el título también nos brinda todas las herramientas para transformarnos en unos verdaderos expertos.
Ojo, no hay que asociar simpleza en los controles con su jugabilidad. En cuestión de minutos vamos a aprender los principales comandos para combatir, pero entender cada uno de sus secretos es una cuestión un tanto más compleja
Son pocos los juegos que se toman la paciencia y la dedicación para desmenuzar cada uno de sus secretos y movimientos; y en esta oportunidad Guilty Gear implementa un modo Misiones, que a priori por el nombre parece indicar una serie de desafíos pero va un paso más allá: es un complejo tutorial que nos explica desde cómo interrumpir un ataque mientras ejecutamos un salto hasta cómo enhebrar diferentes golpes implementando diversas técnicas.
Y acá refuerzo el concepto de que “se toman la paciencia y la dedicación”, porque donde otros exponentes solo les interesa que termines el entrenamiento para que te metas a combatir, para superar cada una de las más de 120 pruebas tendremos que realizar el mismo desafío en 5 oportunidades y ejecutando correctamente, como mínimo, en 3 de ellas.
Con esta modalidad, no podremos completar por completar este modo: el juego nos obliga a razonar cada una de sus mecánicas que incorpora. Obvio, las más básicas resultan un poco tediosas – realizar un barrido al piso, por solo mencionar una – pero a medida que vamos llegando a las más complejas (están segmentadas en 5 dificultades diferentes) las pruebas agregan más capas de complejidad y combinación precisa de botones.
Estos desafíos funcionan perfectamente para los veteranos del género para los que no son muy afines a este tipo de propuesta. Este iceberg que nos pega de lleno nos prepara como pocos juegos a combatir ya sea con la máquina como contra adversarios reales.
En el combate per se, Guilty Gear – Strive – se cocina a fuego lento. Toda la espectacularidad de sus animaciones y el enorme trabajo conseguido en cada uno de sus escenarios – que tienen una vitalidad impresionante – se contraponen con lo medido y estratégico de sus combates. Más allá del personaje que utilicemos, ningún ataque se tiene que ejecutar sin pensar y la estrategia al movernos pasa a ser un factor fundamental.
La táctica también se ejecuta al momento de desplazarnos: mientras en anteriores entregas de la franquicia la verticalidad y el poder del salto era una carta ganadora, Strive prefiere poner su sello en poner los pies en el suelo y poder atacar desde esta posición. Tal es así que dentro de los comandos se incluyen diferentes alternativas para cancelar el salto o el doble salto con un ataque fugaz y arremeter directamente contra el rival.
Si hay algo de la dinámica de sus combates que me hizo ruido es la implementación de algunas de sus variantes para ejecutar las técnicas especiales. Movimientos de stick muy rebuscados que sencillamente por momentos cortan con la estrategia que queremos implementar y que, si no la ejecutamos correctamente, nuestro personaje queda a merced de cualquier ataque.
Como contrapartida, Guilty Gear – Strive – tiene una notable respuesta a los controles y es instantánea la respuesta que tiene el luchador durante la pelea, tanto como si queremos bloquear, saltar, correr o hacer un movimiento ofensivo.
Es probable que notemos cierta “dureza” en el movimiento de algunos personajes, pero es cuestión de entender el ritmo de los golpes y las técnicas que mejor se adaptan a nuestro estilo de juego. El roster, compuesto de 15 luchadores – y Arc System Works ya está preparando el terreno para la llegada de nuevos personajes -, es un repaso elegante de caras conocidas dentro de la franquicia, como Sol Badguy, Ky Kiske y May; debutantes como Giovanna y Nagoriyuqui, pero también algunas renovaciones artísticas, como el caso de Anji Mito.
La versatilidad de la grilla de los luchadores es amplia. Desde su facilidad de uso hasta el estilo de sus técnicas, Guilty Gear – Strive – consigue presentar un luchador que se adapte al adn de cada jugador: desde los que prefieren encimar al rival, los zoneros que combaten a distancia, un híbrido entre ambos y los que pregonan los combo chain.
Es interesante acá probar el apartado de Misiones con varios de los luchadores para entender también cuál es el que mejor se adapta nuestra manera de jugar.
Los modos de juego presentes son los justos y necesarios para engancharte si realmente te interesa tener una actividad constante en la vertiente online, que cuenta con un detallado sistema de rankings y regionalización, para poder luchar contra jugadores de todo el mundo pero al mismo nivelar la destreza de oponentes para ofrecer combates más emparejados.
Sin embargo, la totalidad de su contenido puede resultar un tanto pobre, incluso con todos los coleccionables que se pueden adquirir en diferentes instancias del juego. Arc System Works ya detalló su hoja de ruta en el corto y mediano plazo, así que habrá que esperar para ver cuáles son los contenidos que llegarán más adelante.
En cuanto a los servidores, todavía se encuentran con cierta inestabilidad y mantenimiento de cara a su lanzamiento oficial el 11 de junio, pero las peleas que pude probar han funcionado sin complicaciones de latencia.
La historia de Guilty Gear es amplia, profunda y muy compleja de entender. En GG – Strive – hay un detallado glosario con un montón de información para comprender todo lo que sucede en este universo, pero puede llegar a ser un tanto abrumador procesar tanta cantidad de data.
Algo interesante es la reimplementación de su “modo historia” presentado como si fuese una película animada, o una temporada de un anime. Hasta el momento de su lanzamiento solo tuvimos acceso a su primer capítulo, que dura su buena cantidad de minutos y que, al igual que su jugabilidad, es una excelente oportunidad para subirse a este barco.
Guilty Gear – Strive – no tiene problemas en arriesgar su impronta visual para lograr una propuesta ambiciosa en la que puedan convivir diseños 2D, 2.5D y 3D y el resultado es fabuloso. El elaborado diseño de los personajes va de la mano con lo fluido de sus movimientos; y a eso hay que sumarle el festival visual que se complementa con las animaciones de las técnicas, que en más de una ocasión terminan en un show de colores y explosiones.
La banda sonora acompaña por completo a toda la ambientación. Un heavy metal potente y solos de guitarra que impactan delicadamente en el climax de las batallas. En lo que respecta al voice acting, que se puede apreciar mejor en su modo historia, está muy bien trabajado y realmente no tiene mucho que envidiarle a propuestas audiovisuales de nicho.
Conclusión
Guilty Gear – Strive – no se quiere olvidar de todos los fanáticos que acompañan hace 20 años en esta franquicia, pero esta nueva entrega es un nuevo punto de partida para los que se quieran sumar a este barco.
En lo personal, soy uno de esos jugadores que siempre miró a la distancia a la saga durante toda su existencia y ahora termino a merced de todo el potencial que tiene, y es en parte el objetivo que pretende Arc System con esta entrega.
Su estilo de combate es más técnico que frenético, pero este ritmo lo solventa con un despliegue audiovisual alucinante. La versión analizada fue la de PS5 y no solo se ve espectacular: el rendimiento durante los enfrentamientos es impecable.