Con una estructura souls-like clásica y una atmósfera sci-fi de terror, Hellpoint es la suma de todas sus partes, donde la creatividad es la clave.
FromSoftware impuso de cierta manera los conceptos y bases jugables de los souls-like con Demon Souls y Dark Souls. Con estos cimientos, la propia desarrolladora ha ido incursionando en este sub-género con otras variantes a la ecuación, pero también otras empresa hicieron lo mismo, aportando su granito de arena en este nutrido género que suma claros exponentes todos los años.
Cradle Games, tras una financiación via Kickstarter, nos presenta Hellpoint, una aventura de ciencia ficción y terror que tiene el abc de los souls-like: un enorme mapa interconectado, variedad de armas, peligrosas criaturas, recolectar almas (acá se llaman Axiones) para subir los parametros y un combate tan estratégico como desafiante. De yapa, viene con la inclusión de un co-op tanto local como online.
En esta mirada superficial Hellpoint cumple con todos los requisitos para encasillarse en este sub-género, ¿pero aporta algo nuevo?, ¿hay algo para destacar en toda esta aventura de terror espacial? Lo desciframos en el siguiente análisis.
Alien + Lovecraft: Hellpoint
Como mencionamos al comienzo del análisis, Hellpoint no busca ocultar todo el adn Dark Souls que corre por su columna vertebral, pero Cradle Games ofrece algunas pinceladas de frescura en varios puntos específicos de esta aventura.
Su historia y ambientación es un híbrido entre Alien de Ridley Scott y la mitología de H. P Lovecraft. Una fusión bastante particular, pero como resultado nos trae un relato futurista ambientada en Irid Novo, una estación espacial tan gigantesca como laberíntica. Cuasi una ciudad instalada en medio del espacio, que por motivos que iremos develando con el paso de las horas, sufrió una enorme invasión interdimensional.
Esto se dio por 2 motivos. Primero por las ambiciosas investigaciones que se llevaban a cabo en Irid Novo, punto de partida para la condena de todos los habitantes. es la enorme y laberíntica locación que recorreremos a lo largo de toda la aventura. Pero el segundo factor, y no menor, es que por la órbita de la estación espacial habita un agujero negro, que abrió varios portales infestando todo el lugar de peligrosas criaturas y algún que otro ser con aires de deidad todopoderosa.
¿Qué papel jugamos en Hellpoint? Nosotros somos una creación de El Autor, un ente que nos revela algunas interrogantes al comienzo de la aventura y nos pide un encargo: explorar Irid Novo en búsqueda de información para revelar cómo todo se fue al mismísimo infierno y de paso averiguar si hay alguna manera de cerrar estos portales interdimensionales.
Obviamente, nuestro paseo por la estación espacial será complejo, duro y requerirá mucha paciencia, como todo souls-like, pero acá hay otro punto a favor en cuanto al aporte que hace Cradle Games al género: la ambientación y la atmósfera del juego acompañan de forma ideal a todo su desarrollo.
Podríamos resumirlo en una sola frase: Hellpoint es un Dark Souls espacial, pero es mucho más que eso. En su entramado de escenarios hay un diseño de niveles pasillesco y comprimido, aunque también nos regala grandes áreas abiertas. Las zonas con poca iluminación y los sonidos ambientes tienen ese aroma Alien que te hace sentir acechado en numerosos momentos, sin saber cuándo llegará el ataque. La introducción de estos elementos de terror y suspenso a la aventura le inyectan grandes dosis de inmersión al juego, que con eso trata de paliar sus falencias técnicas más notorias, al tratarse de una propuesta con presupuesto acotado.
La presencia del agujero negro que pulula Irid Novo no es solo un detalle literario del argumento sino que es una arista dentro del juego. La brecha interdimensional que genera este fenómeno nos servirá de puente para cruzar a otras dimensiones y crear una capa de mayor profundidad a Hellpoint. Al final del camino, todo estará conectado por alguna puerta, un puente, un ascensor. Pero hay una solemnidad en los escenarios que apabulla, sentimos que seguimos explorando nuevos caminos, abriéndonos pasos hacia otras zonas.
El arranque de Hellpoint lo experimenté como cualquier otro exponente del género: nos acostumbramos a los controles, aprendemos los conceptos básicos del juego y empezamos a transitar la primera zona explorable. Contamos con un ataque ligero y uno fuerte, un botón para la habilidad especial que tengamos equipada, bloquear, correr, saltar y por último y no menor el esquive.
La finta, que consume la barra de stamina, es nuestra herramienta imprescindible para salir aireosos de los enfrentamientos porque el parry es inexistente y dependiendo el escudo que tengamos equipado nos quitará algo de vida de todas formas. Hellpoint no conoce de físicas al momento de usar el esquive, así que si somos precisos y apretamos el botón en el momento que vamos a recibir el ataque, los evitaremos sin problemas. Es una herramienta que necesita su práctica, pero a base de golpes y errores el aprendizaje empírico está garantizado.
Tras avanzar un pequeño tramo, el juego ya muestra algunos elementos distintivos. Por un lado, contamos con los clásicos viales de salud (simil Frascos de Estus), pero la diferencia con otros títulos es que la única vía para recargarlos en mediate ataques cuerpo a cuerpo. Ir a un punto seguro, en este caso llamadas brechas, solo nos restaura la barra de vitalidad; esto agrega una capa de estrategia mayor a los combates: tendremos que arriesgarnos en combate si queremos rellenar nuestras dosis de vida.
Pero sin dudas uno de sus aspectos más llamativos es que en la parte superior izquierda de la pantalla cuenta con una suerte de reloj, en el que a medida que vayan pasando las horas, el agujero negro tendrá incidencia en el escenario, agregando nuevos enemigos, mayores peligros, rutas secretas y desafíos aleatorios. Esta capa de aleatoriedad incita a que, por más que recorramos un área que ya visitamos, los encuentros pueden ser diferentes, así como también el loot del que disponemos.
Me paso de ir a un área en varios “horarios” distintos, y tanto la disposición de enemigos como su variedad cambió drásticamente para agregar otra capa de dificultad a la cuestión. Y si de dificultad hablamos, Hellpoint cuenta con otro as en la manga, ya que en las brechas (los lugares de descanso para curarnos y subir atributos con los puntos obtenidos) podemos potenciar aún más el poder de las criaturas o disminuirlas. Para eso, necesitaremos encontrar un item específico que nos ofrece esa posibilidad.
Esta modificación no es solo un mero cambio en la rigurosidad de las criaturas, ya que mientras más aumentemos la díficultad de esta forma mayores Axiones nos darán los enemigos. Una táctica que puede ser arriesgada al comienzo pero que es de mucha utilidad cuando queremos levelear en un punto avanzado de la historia.
El armamento del juego tiene todo el popurri de los elementos clásicos de los rpg. Tenemos la posibilidad de equipar hasta 3 armas diferentes en cada mano para agilizar los cambios según lo precisemos. Desde espadas, lanzas, mazos, dagas, escudos, armas a distancia e incluso esoterismo, Hellpoint no escatima en armas y es bastante creativo al momento de darnos variedad en este aspecto; incluso iremos encontrando planos para craftear las armas, armaduras e items más poderosos.
Las armas tiene un nivel de perfeccionamiento, así que mientras más las usemos aprenderemos habilidades activas y pasivas, como mayor velocidad de ataque, o técnicas ofensivas que consumen la barra de energía.
Si las diferentes dimensiones y el vasto mundo llenos de secretos no es suficiente, Hellpoint también tiene una suerte de mundo espectral, que me hizo recordar mucho al entrañable Soul Reaver, que cambiábamos de plano existencial. Estas zonas son partes acotadas del mapa, con su diseño invertido, es decir en espejo, con enemigos más peligrosos pero un loot muy codiciable.
El diseño de los enemigos oscila entre lo futurista y lo tentacular, y con eso va coqueteando en casi todo su bestiario, que no tarda mucho en pecar de repetitivo o de mostrar otra paleta de colores para la misma criatura. De hecho, no pasará mucho tiempo hasta encontrar las versiones más débiles de los bosses que vamos enfrentando.
Los jefes, por su parte, mantienen ese nivel de desafío característico de los souls-like. Aprender patrones de ataque, paciencia y a veces un poco de fortuna son los ingrendientes de este cocktail que siempre esta presente en este tipo de propuestas.
Si en su ambientación, diseño de escenarios y planteos jugables Hellpoint tiene muchos puntos altos, la propuesta de Cradle Games choca de frente con varias falencias técnicas que entorpecen un poco la experiencia.
La más crítica de todas, y espero que corrijan en futuros parches, es la caja de colisión de los enemigos. Un bug bastante frecuente y que me costó la vida en varias oportunidades. Si ya de por sí los enfrentamientos son complejos, golpear de lleno a un enemigo y que no suceda absolutamente nada nos deja completamente vulnerable.
Esto no sería un gran problema si existiese una fluidez en los movimientos, pero los movimientos de Hellpoint son toscos y bastante maquetados. Entiendo que es parte de la ecuación a la que apuntan desde Cradle Games, pero no son 2 conceptos que vayan de la mano al momento de ponernos a enfrentar con 4 enemigos en simultáneos o un boss con el que venimos padeciendo hace 40 minutos. Las caídas de fps también son una constante y se se acrecienta de forma brutal cuando tenemos que enfrentar a varios enemigos al mismo tiempo.
La respuesta en los controles también se torna un tanto frustrante, principalmente durante las primeras horas que nos estamos acostumbrando a las reglas del juego. En momentos tarda una fracción más de segundos dar un golpe o realizar un esquive, y eso acá puede ser completamente letal. También hay que agregarle que cada ataque que lanzamos viene con una animación scriptada, así que si queremos bloquear rápido o movernos, hay breves instantes que estaremos a merced de los enemigos.
Más allá de estos problemas técnicos, que se los podemos atribuir a cuestiones de desarrollo, hay una cuestión inobjetable dentro de Hellpoint y es el exceso de secciones plataformeras, en el que un error de calculo es la muerte asegurada. Hay incluso secretos y puzzles que requieren de saltar grandes distancias o caer en superficies pequeñas. La decisión de incluir esto en grandes cantidad para lograr versatilidad en el gameplay le suma una capa de frustación enorme. Los saltos son pasmosos y a veces no te toma bien el botón de correr, dos cuestiones que tiran para abajo cualquier sensación de disfrute.
Por cuestiones pandémicas, no tuve la oportunidad de probar el co-op local, pero sí tuve un enfrentamiento pvp en una señal que encontré a la mitad del juego. Obviamente, al reseñar el juego previo a su lanzamiento la cantidad de jugadores era mínima, así que espero poder darle una chance a las vertientes cooperativas y cómo afecta a la jugabilidad.
Conclusión
Hellpoint es una propuesta más que interesante para aquellos fanáticos de los souls-like que buscan una alternativa dentro del género. Presenta varios conceptos, que no los podemos tildar de innovadores, pero que aportan frescura a su jugabilidad. Con una ambientación muy lograda y un diseño de níveles quirúrgicamente conectado, el título de Cradle Games tiene un baño de realidad en sus limitaciones técnicas, con varios bugs groseros que entorpecen la experiencia.
Tiene el grado de ambición justa y no busca ir más allá de sus límites, pero es para ponderar la creatividad puesta en la ambientación y la atmósfera que buscan crear en esta historia espacial. El agujero negro y sus cambios en la distribución de enemigos y los desafíos aleatorios está muy bien aplicado y nos invita a revisitar lugares en varias ocasiones para descifrar todos sus secretos.