Los juguetes más pisteros están de regreso. Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged pisa el acelerador para ser una propuesta arcade llena de posibilidades.
Con Hot Wheels Unleashed, Milestone logró hacerse un lugar dentro de la oferta de juegos de conducción. Un título que se decantó para el lado del arcade, pero a diferencia de otros competidores como Crash Team Racing o Mario Kart (especialmente en similitud por el tono), nunca hizo uso de armas o gadgets para marcar una propuesta más variopinta.
La franquicia apuesta 100% a la conducción y la destreza de los vehículos dentro de las diminutas pistas, y ese es el norte de Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged, una secuela que duplica la oferta de vehículos, profundiza mecánicas muy puntuales y mantiene una oferta de contenidos jugables un tanto similar si lo comparamos con la primera entrega.
Lejos de parecer un juego de perfil infantil, Hot Wheels 2 exige un dominio de los vehículos, control y precisión para estar a la altura de las competencias más exigentes, tanto offline como online.
Entre el turbo y saber tomar las curvas
Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es un título de carreras en donde utilizamos autitos de juguetes en pistas de miniatura ambientada en todo tipo de locaciones. Esa breve descripción, superficial al 100%, es solo la capa que cubre el verdadero corazón de esta propuesta: un juego vertiginoso con la velocidad como norte pero también cómo controlamos al vehículo que manejamos.
Sobre esta premisa, la segunda entrega de Hot Wheels Unleashead sienta las bases en una propuesta completamente arcade que tiene a la forma de conducir en la carta ganadora para superar los multiples desafíos y en los diversos modos de juego. En este sentido, desde el vamos Hot Wheels amplia la oferta de vehículos partiendo de una base de más de 120 opciones diferentes (un número que en el título anterior llego a base de una buena cantidad de DLC), que no solo están conformados por autos, ya que ahora se agregaron las motocicletas y los atv (los autos todoterreno con ruedas gigantes). Esta ampliación profundiza la jugabilidad y ofrece una mayor posibilidad al momento de seleccionar nuestra preferiencia en el volante.
Los autos quedan en el medio del amperimetro: vehículos con buena velocidad, aceleración y derrape. Las motos, por su cuenta, son vertigo puro, pero son muy dificiles de controlar por la aceleración que toman y la poca estabilidad para tomar curvas. Los ATV, por su cuenta, son la opción más lenta pero más robusta para manejar y la que menos indice de vuelcos por carrera puede llegar a tener.
Todas las opciones de vehículos cuentan con turbo, que se obtiene derrapando o agarrando potenciadores en la pista, y es el recurso de oro para ganar las carreras. La utilización es sumamente estratégica y obliga también a dominar el arte del derrape para poder recargar lo más rápido posible. Es por eso que, si bien prima la velocidad y el vertigo, no siempre el más veloz es el que termina ganando porque varias pistas cuentan con una complejidad de curvas sumamente desafiante.
Todos los vehículos del juego pueden pasar por el garaje para tener una customización de colores pero también potenciar sus habilidades. Utilizando fichas de leveleo vamos a poder “subir de nivel” cualquier vehículo mejorando sus recursos en una suerte de “beneficio / consecuencia”, ejemplo: si potenciamos la velocidad máxima, vamos a obtener menos turbo en cada derrape. Estas opciones y ramificaciones permiten elegir autos predilectos para cada tipo de carrera e ir alternando según la preferencia.
Esa simpleza que entra por los ojos por su estética infantil se traspola diametralmente cuando tenemos el control con las manos. Una ejecución simple, sin muchos botones para apretar (más que acelerar, frenar, turbo y saltar), pero que en la habilidad de encarar las curvas y usar estrategicamente el nitro es donde se segmentan las habilidades de los jugadores. HHot Wheels Unleashed 2: Turbocharge es un hueso duro de roer durante las primeras carreras pero con el paso de las competencias le terminas agarrando la mano. A la opción del turbo también se le suma la posibilidad de saltar, un recurso invaluable para sortear desafíos pero también para achicar espacios y encontrar atajos caseros. De vuelta otro punto al ingenio: la nula utilización de power ups o armas esta solventada con la destreza de las conducción y las diferentes opciones en el manejo.
En cuanto a las competencias, su plato principal es su modo campaña, que repite el modus operandi de la entrega anterior. 5 grandes zonas que iremos atravesando con diferentes desafios: carreras convencionales, time trials, último auto en pie (un modo genial en el que cada determinados segundos el último de la carrera queda descalificado), enfrentamientos contra “bosses”; desafíos de derrape (al mejor estilos Need For Speed), pruebas de checkpoint y varios más. Es buenísimo como ampliaron la oferta de contenidos para que no recaiga siempre en carreras convencionales, con una dificultad que escala progresivamente y con cierta cuota de rejugabilidad si queremos completar el 100% de los objetivos.
Esta diversidad en sus contenidos se complementa con la inclusión de una narrativa incluida en formato cómic, con algunas “cinemáticas” cada varios desafíos que enmarcan un poco el por qué estamos yendo de acá para allá con autos diminutos.
Todo el potencial de su propuesta lo arrastra su modo campaña y en menor medida su creador de pistas, que regresa con mayores opciones y la posibilidad de compartir con la comunidad las diferentes monstruosidades que armamos para competir, basándose en los 5 grandes entornos que tiene como ambientación para la generación de los mismos.
Conclusión
Más grande, más ambicioso, más divertido. Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es una muy buena secuela que, con identidad propia, y una jugabilidad bastante exigente, busca hacerse un lugar dentro del género arcade.
La nutrida capa de contenidos y la versatilidad de sus tipos de autos es un plus, a una franquicia que todavía tiene mucho terreno por explorar y recorrer. Su talón de Aquiles es una pata online que no tiene la suficiente solvencia y atractivo en los desafíos, aunque lo trata de suplir con bastante acierto en su creador de pistas.
En un gran año para los videojuegos, puede que Hot Wheels 2 quede tapado entre tanto lanzamiento, pero es un más que atractivo exponente para un género cada vez más diverso.
Más grande, más ambicioso, más divertido. Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es una muy buena secuela que, con identidad propia, y una jugabilidad bastante exigente, busca hacerse un lugar dentro del género arcade.
En un gran año para los videojuegos, puede que Hot Wheels 2 quede tapado entre tanto lanzamiento, pero es un más que atractivo exponente para un género cada vez más diverso.