El estudio argentino Error 404 nos trae Obey Me, un atractivo brawler en el que tendremos que despachar hordas de demonios a diestra y siniestra.
Antes de empezar a desgranar minuciosamente todo lo que tiene para ofrecer Obey Me, quiero detenerme un momento en la importancia que tienen este tipo de lanzamientos. En una industria cada vez más globalizada y con mayores herramientas para la creación de videojuegos, es un orgullo ver a las desarrolladoras argentinas abrirse paso en este competitivo mundo.
Después de varios años de desarrollo, y con algunos cambios de rumbo en el camino, la desarrolladora argentina Error 404, junto al acompañamiento de Blowfish Studios, nos trae una aventura de acción con vertiente co-op disponible tanto para PlayStation 4, Xbox One y, PC (solo en Steam).
Obey Me basa su principal atractivo en su jugabilidad, haciendo énfasis en la versatilidad de sus combates y las posibilidad que el armamento disponible ofrece, pero lo que se denota al adentrarse en cada uno de sus escenarios es la dedicación y el amor que hay puestos en este proyecto, una marca bastante distintiva en los títulos indie y que acá no es la excepción.
La química entre los protagonistas tapa absolutamente todo
La historia que se desarrolla a lo largo de los 12 capítulos que componen Obey Me no tiene una profundidad tan pronunciada ni las sorpresas necesarias para tener un atractivo que lo destaque. En el marco de un eterno conflicto que se desarrolla en la Tierra a espaldas de la humanidad, demonios y ángeles luchas por el control de la humanidad desde hace cientos de años y las cosas comienzan a llegar a su climax cuando Vanessa Held, una demonio novata dentro de las fuerzas de Ammon, empieza a tomar cartas en el asunto, desentrañando un camino de traiciones, conspiraciones y ambiciones por el dominio absoluto.
Vanessa, o V, no estará sola en este periplo, sino que tendrá a su fiel perro infernal Monty para combatir a todas las criaturas que se interpongan en nuestro camino y es acá donde la magia de Obey Me sale a relucir. La química entre los protagonistas y el carisma de Monty para ser el amo y señor de las conversaciones entre él y su dueña es el condimento que tapa cualquier planicie narrativa.
Los diálogos entre V y Monty serán una constante en todo el juego y no pierden su encanto ni después de haber sobrevivido a una lucha contra un boss. Si después de haber jugado Obey Me se quedaron con ganas de interiorizarse en esta dupla, Dynamite Comics ya lanzó un cómic precuela que se interioriza en la relación de los protagonistas, narrando las primeras aventuras que transitaron juntos.
Luchando, siempre en equipo
Describiendo estrictamente a Obey Me en cuanto a su jugabilidad, estamos ante un brawler de acción con cámara isométrica en el que tendremos que recorrer diferentes escenarios, siempre limitados a una base lineal que es de ir del punto A al B, eliminando a grupos de enemigos que se interpongan en el camino y bloqueen nuestro avance.
Jugando en solitario, tendremos siempre el control de V y la asistencia de Monty. Las primeras misiones tendremos un armamento limitado pero con el progreso de la aventura iremos desbloqueando nuevas armas tanto para Vanessa como habilidades para nuestro can.
Cada arma no solo se limita a ser una modificación estética, cuenta con su árbol de habilidad propio y un estilo de combate diferente, que varía en la cadencia de golpes y su potencia. Además, V tiene la posibilidad de realizar un esquive, algo bastante fundamental porque la clave en Obey Me es estar siempre en movimiento, utilizando el patrón de atacar, esquivar y atacar nuevamente.
Los comandos son súper sencillos pero dominarlos es donde reside la verdadera curva de dificultad, porque tras cada enfrentamiento con enemigos tendremos un resultado de nuestro desempeño, que resulta del tiempo que tardamos, la versatilidad del combate y el daño recibido. Desde el rango D a SS (si jugaron alguna vez Devil May Cry lo van a entender al instante) tendremos una evaluación constante, otorgando de esta manera una capa de rejugabilidad para obtener la mejor calificación, con el plus de que hay varios niveles de dificultad, con un grado de desafío bastante exigente en la más elevada.
La combinación de las técnicas entre V y Monty son la clave del éxito y, además de la barra vida, tendremos una barra de magia, que sirve unicamente para realizar una fusión entre los protagonistas que además de volvernos más poderosos y habilitar habilidades únicas, también nos dejará recuperarnos.
Lamentablemente, por causas de la cuarentena, no tuve la posibilidad de probar la vertiente co-op local, así que una vez que tenga la chance voy a actualizar este apartado
Si ponderamos el armamento disponible en el juego, también hay que hacerlo con los enemigos. Hay una variedad de criaturas que irá in crescendo a medida que avanzamos a través de los capítulos. El diseño de los mismos está marcado por 3 estilos diferentes: con predominancia de fuego, de un simil veneno, y el que reboza un aspecto más sacro o angelical. Estos estilos artísticos para el diseño de los enemigos se verán complementados por patrones de ataque diversos, que obligan a no repetir la misma estrategia contra todos e ir variando el modus operandi para derrotarlos.
Los niveles tienen varios condimentos extras, desde coleccionables hasta upgrades de vida, pero también hay peligros latentes más allá de las criaturas que combatimos. Los niveles estarán plagados de trampas que le aportan ese aroma plataformeo y de aventura, teniendo como mejor herramienta el esquive.
El principal problema que tuve con Obey Me fue en cuestiones de rendimiento. Jugando en la versión de PlayStation 4, padecí en varias oportunidades unas caídas importantes en los fps, cuando la cantidad de enemigos era alta, entorpeciendo los combates de forma frustrante. Otro detalle al que me acostumbre con el progreso de la aventura es la tardía respuesta que tiene el esquive, algo que no se nota.
El apartado audiovisual tiene sus idas y vueltas. Se nota mucho el amor puesto en los escenarios y el diseño tanto de los protagonistas y los enemigos. Hay un buen trabajo en el uso de los colores, pero los escenario no suelen resaltar por su impacto visual, aunque sí tienen un buen diseño de mapeado, por lo que compensa su balanza.
Lo que más me llevo de Obey Me en cuanto a su apartado gráfico es el trabajo realizado en las fusiones entre V y Monty, cada una varía dependiendo la habilidad que el perro infernal tenga equipada.
La banda sonora acompaña lo justo y necesario, con ese rock metalero que no falla en cuanto a contiendas infernales se refiere. Lo mejor de este aspecto, es el voice acting en inglés, principalmente el de Monty.
Conclusión
Obey Me cumple con la premisa clave dentro de los videojuegos: entretener. El viaje de Vanessa y Monty no tiene baches profundos en su jugabilidad y, cuando la historia se vuelve predecible, la dupla se encarga de sacarla adelante con la cantidad de diálogos justos.
Con un sistema de combate sencillo pero desafiante, Obey Me es una alternativa más que interesante dentro del mundo indie y los juegos de acción. Su duración oscila entre las 7 y las 9 horas, pero completar el juego con el mejor rango y en la dificultad más elevada nos extiende la vida útil de forma exponencial.
Entre tanta variedad de ofertas dentro del mundo gamer, Error 404 logra mostrar una propuesta que no innova es sus mecánicas pero ofrece una dupla protagónica tan atractiva que, quién te dice, quizás nos ofrezca alguna secuela en algunos años.