La desarrolladora chilena AOne Games salta a las grandes ligas con Omen of Sorrow, un título de peleas en 2.5D que homenajea, a su manera, a los diversos exponentes de la literatura del siglo XIX.
No es común en el mercado gamer ver títulos desarrollados en territorio sudamericano. La realidad indica que Estados Unidos, Japón y sectores de Europa dominan el mercado con constantes lanzamientos, por eso recibimos con agrado cuando una desarrolladora de la región se anima a lanzar un juego, más allá de que su resultado final no termine siendo del agrado del jugador casual, que siempre apunta a los grandes exponentes del mercado.
Bajo esta premisa AOne Games, de procedencia chilena, hace su debut oficial en la industria con Omen of Sorrow, un título de peleas que hace su sentido homenaje a diversos personajes que en su mayoría son oriundos de la literatura del siglo XIX.
El contenido jugable de Omen of Sorrow no dista de otros títulos de peleas, por lo que comenzaremos destacando en este análisis su roster, junto al sistema de peleas. Son 12 personajes distintos (dos que se deberán desbloquear jugando) que en su gran mayoría son una reinterpretación de diversas celebridades literarias. Van Helsing, Drácula, Mr. Hyde, Quasimodo, el Hombre Lobo o Imhotep son solo algunos ejemplos de los luchadores que podremos elegir. El abanico podría ser mucho más amplio si tomamos en cuenta el perfil que eligieron para su composición, pero, si lo medimos con la vara que corresponde por ser su primer juego, AOne Games ha presentado un roster bastante decente.
La docena de personajes son bastantes versátiles y cada uno cuenta con sus habilidades especiales y técnicas únicas, lo que nos permitirá luego de un par de partidas elegir a nuestro favorito con bastante sencillez.
El sistema de pelea que se prioriza en Omen of Sorrow dista de entregas como Street Fighter, Marvel Vs Capcom o las producciones de NetherRealms Studios, donde el premio llega por saber encadenar una buena dosis de combos terrestres como aéreos, junto a las habilidades especiales para dejar inmoviles a nuestros rivales mientras su barra de vida merma rápidamente.
En esta contienda, se instala un ritmo de pelea más pausado, hasta estratégico, en donde los poderes tienen un rol fundamental, porque bien utilizados en el momento que nuestro rival no se está bloqueando, pueden terminar inclinando la balanza a nuestro favor. Esta decisión puede resultar chocante, más en un presente gamer en donde todo es más desenfrenado y vertiginoso, pero Omen of Sorrow apela a este recurso y los utiliza casi todos para que las habilidades (principalmente las especiales) sean lo más espectaculares posibles.
La principal distinción son las variables de Fortuna y Destino, dos medidores que comparten una misma barra y se va llenando, para un lado o para el otro, dependiendo de nuestro estilo de combate. Si apelamos a una forma de combate más ofensiva, siempre yendo hacia delante y teniendo una versatilidad acorde entre golpes/técnicas, el juego nos recompensará con Fortuna, que al llenarse nos aumentará el poder ofensivo y los golpes serán difíciles de bloquear. Todo lo contrario sucede cuando en las peleas estamos constantemente bloqueando y manteniendo una distancia del rival alejándonos para atrás. Cuando llenamos esa barra negativa quedaremos Condenados, y durante varios segundos sufriremos mucho más daño y no podremos ejecutar nuestras principales habilidades.
El principal problema que acarrea el juego es el desbalanceo de algunos personajes, que corren con ciertas ventajas respecto al resto del roster. Imhotep, por ejemplo, es una versión egipcia de Dhalsim de Street Fighter y su habilidad de poder estirar nuestro cuerpo por casi toda la pantalla lo hace uno de los rivales más complicados de derrotar y, como otra cara de la moneda, uno de los personajes con lo que sacaremos un plus.
Por mencionar solo otro ejemplo, tenemos a Zafkiel, un personaje que no vuela (como otros) ni tienen habilidades especiales muy fuertes, pero tiene una gran velocidad, muy por encima de la media que maneja el resto de los personajes. Es probable que con un balanceo en cierto parche futuro arregle esas cuestiones, pero no deja de ser una cuestión que incomode.
Al hacer mención que su roster está compuesto por grandes personajes de la literatura, lo que menos le podemos exigir a Omen of Sorrow es un modo historia con un relato atractivo, con cierto vuelta de tuerca y poco trillado. Bueno, lamentablemente, está arista del juego falla con creces y es dónde más lamentamos que AOne Games no haya aprovechado los atractivos personajes que tiene en su haber para contarnos un relato que no vaya por los mismos caminos, en donde tenemos que seguir un hilo lineal de peleas una tras otra con el único fin de detener un demonio que quiere cortar el bacalao. Son 3 capítulos que duran aproximadamente más, menos, 80 minutos cada uno, pero que no apela nada más a ponernos constantes peleas, con una mínima linea de diálogo y cinemáticas que tratan de poner un poco de contexto ante tanta piña y hechizo.
Yendo a lo más tradicional del género, tenemos el arcade y supervivencia. El primero se trata de una decena de peleas con un mínimo contexto argumental, que para lo que hemos jugado las torres de Mortal Kombat le encontrarán un cariño especial, mientras que el otro modo que mencionamos en este párrafo se trata de una oleada incesante de enemigos manejados por la IA (que tienen un nivel bastante desafiante) para medir cuantas peleas aguantamos sin ser derrotados.
El Online funciona y muy bien. Todas las peleas que hemos probado en este análisis no tuvieron ningún tipo de lag y la conexión mantuvo una estabilidad correctísima, sin nada que envidiarle a otros tanques del género.
Omen of Sorrow es un correcto título de peleas. Hay que celebrar, con sus virtudes y falencias, este tipo de producciones e impulsar desde nuestro lugar a que más desarrolladoras sudamericanas se arriesguen a innovar y dejar su huella en la industria. Estéticamente necesita un pulido, más que nada en los menúes y hud, pero a nivel técnico tiene virtudes muy positivas.
Es probable que los más adeptos al género encuentren chocante la ausencia de combos extensos y maniobras similares, pero la apuesta de AOne Games va por un camino correcto y su debut pasó la prueba de fuego.