Habemus nueva entrada del universo Pokémon, una que se ha atrevido a retocar elementos virtualmente imperturbables hasta el día de la fecha. La pregunta inevitable es: ¿Pokémon Legends: Z-A es un vistazo al futuro de la saga?
La eterna contienda por ser un maestro Pokémon no tiene fin. Con una fórmula ganadora que poco ha cambiado realmente en esencia, estamos frente al primer juego de la nueva era Nintendo con un lanzamiento pensado para la Nintendo Switch que obtuvo además su versión para Switch 2. Se trata de un sucesor espiritual de Pokémon Legends: Arceus. Si bien la premisa difiere notablemente de aquella, las mecánicas similares sugieren que Game Freak está queriendo refrescar algo tan asentado como las batallas y capturas de Pokémon.
Como todo experimento, las condiciones son en una escala más pequeña. Nintendo optó por una maqueta más humilde para poner en práctica una serie de ideas destinadas a renovar dinámicas harto conocidas. El resultado ya es motivo de división entre viejos y nuevos amantes de la saga. Entonces, fuera de los afectos personales, ¿qué hay por conocer en Pokémon Legends: Z-A? Analicémoslo a partir de la versión de Nintendo Switch 2 que, nobleza obliga, exhibe unos notables tiempos de espera menores que los de su predecesora.
Luminalia, la ciudad luz
Pokémon Legends: Z-A empieza, como no podía ser de otra manera, con la creación de un protagonista. La customización es la habitual, con detalles estéticos para complacer a una amplia gama de jugadores diversos. Hecho nuestro avatar, la trama nos ubica en un tren a la ciudad luz: Luminalia. Con obvios guiños al diseño arquitectónico de París, una inspiración encomiable que explayaremos más adelante, nuestro protagonista arriba en plan turista, en búsqueda del croissant, la foto con la torre y el Pokémon de turno, cuando conoce a su primera aliada. La sucesión de hechos lleva al jugador a elegir a su primer monstruo de bolsillo: Chikorita, Totodile, Tegpig. Curiosa selección luego de tantas generaciones, pero bienvenida, sin duda. Tras ello, el Hotel Z-A será nuestra morada durante la sucesión de hechos que nos coronen leyenda de la ciudad Luminalia.
La narrativa de aquí en más está hilada principalmente por el torneo Z-A, una veintena de combates de ascenso por la gloria. Un respiro no demasiado innovador de los gimnasios, la exploración y las ligas. Nuestro personaje atravesará estas batallas entrelazadas por personajes, misiones secundarias y elementos que engordan una historia más o menos lineal. En ese sentido, mientras que Pokémon Legends: Z-A se siente levemente diferente en términos de recorrido, se siente un tanto flaco en cuanto a novedad. Es un viejo amigo con un traje nuevo y elegante, como demandan los cánones parisinos de Luminalia.
Las peleas, al centro de la (pequeña) escena
Llamar a Pokémon Legends: Z-A un mundo abierto sería un tanto generoso. Los amantes de la franquicia estamos acostumbrados a vastos territorios de diversas geografías y urbanismos cada vez más pulidos. Esta entrega, apostando a la jugabilidad, redujo el espacio a tan mentada ciudad Luminalia. ¿Un desacierto? Depende del ojo de cada observador. Sagas tan prolíficas como esta setean expectativas muy marcadas en hordas de fans divididos por generación, preferencias y demás yerbas. Por lo pronto, el mapa está bien diseñado y observa una interesante selección de espacios internos y externos que homenajean a la capital francesa sin dejar de ofrecer todos los atributos a los que el mundo Pokémon nos tiene acostumbrados. La calidad estética de este diseño merecerá un último comentario en el próximo apartado, pero está claro que Luminalia puede dejar gusto a poco para los fanáticos del mundo abierto.
Ahora sí, la revolución de los combates. Dicho fácil y rápido, Pokémon Legends: Z-A pasó del RPG liso y llano a la acción RPG. ¿La diferencia? Las batallas ya no consisten en sprites más o menos animados turnándose para atacar al otro. ¿El resultado? Un antes y un después. Seguro, esta iteración de Pokémon no inventó el mecanismo, pero es asombroso cómo no se les ocurrió implementarlo antes. Ahora, saber cuándo atacar, cuándo defenderse, o hasta usar los gruñidos, pantallas y tantos otros movimientos que no podíamos esperar para sobregrabar con más ataques puede ser decisivo en una batalla. Más aún, los espacios de pelea están enriquecidos en arbustos, muros y demás objetos que pueden ser usados para maniobras evasivas y así, enriquecer la contienda. Hay, aquí y allá, algunos desajustes esencialmente gráficos o que merecen una vuelta más de rosca para asentar una nueva era Pokémon, pero tiempo al tiempo.
¿Cuánto se luce Luminalia?
Los períodos de lanzamiento de una nueva generación de consolas pueden ser caóticos, especialmente para los desarrolladores de videojuegos. Aún los productos hechos por equipos prácticamente subsidiarios de Nintendo, como Game Freak, deben sufrir unos cuantos dolores de cabeza al tener que adaptar uno de sus tanques a dos motores gráficos con abismales diferencias de capacidad. Yendo al punto, está claro que Pokémon Legends: Z-A fue concebido para la Nintendo Switch original y se nota, especialmente en el apartado visual. Abundan ya por las redes aquellos memes haciendo mofa del diseño de ventanas, pequeña muestra de deslucidas texturas para la actualización gráfica de la Nintendo Switch 2. La coalición de un mapa y visuales limitados ha resultado en una colisión en las reacciones de muchos fanáticos. Huelga decir, en defensa de la franquicia, que los juegos Pokémon rara vez se han destacado por su estética (fuera de los entrañables diseños de sus criaturas, claro está).
En contraposición, la banda sonora del juego es un punto a favor. La calidad es tal que alza la pregunta de cuándo podremos tener un Pokémon con actuaciones de voz. Se nota el evidente contraste entre una partitura pulida y unos personajes intentando expresar mucho en caracteres fugaces. Más hacia el punto de que Z-A es una transición hacia algo aparentemente prometedor. Ratificando esto último, el mimo a todo un continente austral que consumió Pokémon con fruición aún con barreras de idioma, Pokémon Legends: Z-A es el primer juego en la saga que cuenta con doblaje latino. ¡Enhorabuena! ¡Ya era hora!
¿Atraparlo ya?
Lo dicho: Pokémon Legends: Z-A pasará a la historia de la franquicia como una entrega divisiva y de transición. Su convivencia entre dos generaciones de consolas ha puesto a prueba a los desarrolladores y el efecto es el de un público muy vocal tratando de debatirse entre la nostalgia y la innovación. Los traspiés gráficos y ocasionalmente de jugabilidad, si bien no novedosos, no dejan de ser incómodos, y pueden desmotivar hasta a algunos fans más avezados. La necesidad de cambiar la fórmula puede ser cuestionada por algunos de ellos, pero Game Freak ha dado un paso valioso en una dirección interesante, aun si pareciera querer retroceder en alguna parte del camino. Incorporar la acción al RPG es, cuando menos, un buen calce para una franquicia que tiene la receta para el éxito hace ya 30 años, y esperamos que la próxima entrega sea un poco más clara entre la osadía y el conservadurismo.
Dicho todo esto, difícilmente cualquiera que ame la saga pueda aburrirse con Pokémon Legends: Z-A. Todo lo viejo, conocido y querido está allí, y lo nuevo merece el intento, incluso si no acaba de gustarle al jugador. Los fundamentales están acabalgados de las nuevas ideas que gozan de su encanto (batallas en línea, mega evoluciones y demás yerbas), y aquí no podemos más que destacar las batallas como el verdadero encanto de este videojuego. Como siempre, el tiempo dirá si Pokémon Legends: Z-A tiene talla de clásico, pero aún con pocos stats para encarar esa contienda, ofrece incontables horas de diversión absolutamente aptas para todo público.
Pokémon Legends: Z-A marca una transición entre generaciones, atreviéndose a renovar la fórmula con combates de acción RPG y un enfoque más contenido en la ciudad de Luminalia. Aunque su apartado gráfico y la falta de verdadera novedad dividen a los fans, el cambio apunta en una dirección interesante. Entre la nostalgia y la innovación, Game Freak entrega una experiencia sólida y entretenida, donde las batallas destacan como el verdadero encanto del juego.
