Más y mejor. Eso es lo que Ubisoft, junto a Ivory Tower se propusieron con The Crew 2, una nueva entrega de este vertiginoso arcade de conducción. ¿Es una secuela superadora?
Se le pueden reprochar muchas cosas a Ubisoft, pero es innegable la capacidad que tiene (y que fueron perfeccionando) durante los últimos años en crear mundos abiertos. Lo vimos recientemente con Far Cry 5 o un poco antes con Assassin’s Creed: Origins, títulos en donde la inmersión es tal que era un plus para mantenernos varias horas extras enganchados.
The Crew 2 va por la misma senda. Refundando las bases de la primera entrega y ampliando notoriamente su repertorio de competiciones y desafíos, es un atrapante arcade de conducción en mundo abierto, que no solo se limita a presentarnos una buena dosis de autos, sino que ahora amplia sus horizontes a carreras por mar y aire, cimentados en unos Estados Unidos gigantesco, con mucho para hacer y rehacer.
Ser el mejor en todas las disciplinas
The Crew 2 cuenta con una fina y sutil premisa argumental, que se va solventando con el paso de la campaña principal mediante algunas cinemáticas y diálogos; y es la de transformarse en el mejor piloto de los Estados Unidos, compitiendo en una buena cantidad de carreras, aunque desde el principio dejan en claro que muchas veces lo importante no es ganar, sino el cómo, ya que también es importante tener fanáticos y seguidores. Realmente, no es una pieza clave dentro del juego y es lo que menos termina llamando la atención en toda su estructura, pero es valido para Ubisoft e Ivory Tower (empresa desarrolladora) que la planteen de esta forma
Esta nueva entrega profundiza el concepto de mundo abierto, e incluso de Rpg si lo queremos catalogar de alguna manera con el género arcade de conducción. Porque The Crew 2 está muy lejos de ajustarse a la realidad que intentan demostrar títulos recientes dentro de los simuladores de conducción como GT Sports o Project Cars 2, sino que las habilidades se limitan más que nada a la justeza que tenemos para saber frenar y encarar las curvas en el momento justo.
Las fortalezas de The Crew 2 se asientan en dos puntos que se combinan perfectamente. El primero es la amplia cantidad de disciplinas que presenta. La campaña divide sus competencias en 4 ramas: Pro Racing, Street Racing, Offroad y Freestyle; y cada uno a su vez se desglosa en varias subcategorias, llegando a tener 14 tipos de desafíos que afrontar, que se llevan a cabo por tierra, aire y mar. Esta enorme diversidad llena de dinámica el juego y logra que sea muy dificil aburrirte, ya que siempre podés ir haciendo algo diferente y rejugar las carreras, con un mayor grado de dificultad para obtener más puntos.
En cuanto a las competencia, hay algunas muy interesantes, como las clásicas carreras callejeras (Street Race) o los recorridos campo traviesa, llamados Rally Raid, una especie de time trial en donde tendremos que recorrer amplios terrenos; el clásico drift (que tuvo su pico de popularidad con Need For Speed) y Jetsprint, que son carreras con lanchas a gran velocidad. Aunque queda claro que tiene cierto atractivos las competencias aéreas y marítimas, el punto fuerte está en las competiciones automovilísticas, que permiten lucir todos los escenarios que plantean la enorme Estados Unidos.
Si el primer gran punto de The Crew 2 es la diversidad, el segundo es la libertad que nos ofrece el juego para poder avanzar a nuestro propio gusto. Ubisoft deja a disposición la posibilidad de recorrer todo el mapa desde el primer momento, y podríamos pasarnos horas corriendo sin hacer ninguna competencia, ya que los escenarios están tan bien logrados que hacen del juego un gran espectáculo. Si bien no brilla del todo en los sitios urbanos, todo lo contrario sucede cuando atravesamos desiertos por la noche o bosques cubiertos de nieve, logrando mátices tan diversos como los tipo de competiciones presentes en el juego.
Los vehículos tienen un enorme sentido de la personalización y podremos ir equipando distintos accesorios que mejorarán los stats de los autos que tengamos. Obviamente, el juego cuenta con una personalización más detallada, dedicada al nicho de jugadores que quieren pulir al máximo las virtudes de los vehículos.
Es medio ambigua la situación con la cantidad de autos, motos, lanchas y aviones disponibles, ya que su variedad es bastante extensa y hay vehículos segmentados para cada tipo de disciplina (el auto que sirve para derrape no te va a rendir en las picadas, y así), pero es posible ganar casi todo el ancho y largo de carreras y pruebas de habilidad con casi los mismos que empezamos desde el minuto 0, también porque resulta bastante caro adquirir ciertos vehículos de alta gama.
Extenso contenido
El objetivo principal de The Crew 2 es superar el 70% de competiciones en cada una de las 4 disciplinas, para terminar un desafío final con ciertos desbloqueables. Un formato muy similar al que Ubisoft implementó con Far Cry 5 y por lo visto les gustó implementarlo acá. Pero al margen de estás pruebas principales, el juego cuenta con una enorme cantidad de retos de habilidad y otros pequeños sidequest que le dan una enorme vida útil, incluida una misión en la que tenemos que ir fotografiando animales, pistas, y monumentos históricos.
Si somos eficientes, el hilo principal del juego podemos resolverlo en un poco más de 10 horas, pero con todo lo ajeno a lo prioritario termina duplicando y con creces la vida util del juego. Obviamente, Ubisoft tiene preparado una buena dosis de material extra que irá llegando durante este año y gran parte del 2019.
Las malditas colisiones
The Crew 2 sufre algunas cuestiones negativas, que si bien no opacan todo lo que ofrece el juego, puede resultar un tanto frustrante para jugadores experimentados en los juegos de carreras. El más grave de todos, que lleva justo su nombre el subtitulo de esta nota, son las colisiones y los impactos. Competir en una carrera por más de 20 minutos para que un árbol o una piedra te terminen arruinando todo en un segundo, es una situación bastante exasperante que se transforma en una constante. Las cuestiones físicas no terminan de ser claras en muchas pistas, y perder el control por pisar un pianito o agarrar mal una rampa puede ser contraproducente para nuestra paciencia.
El desbalanceo en cuanto a cantidad que tienen las disciplinas es otro de los puntos negativos que tiene The Crew 2. Ciertas aristas están muy poco explotadas, principalmente a lo que se refiere las pruebas con aviones, que podrían haber tenido un mayor grado de competitividad y no resumir todo a realizar piruetas y pasar por chekpoints.
Audiovisualmente, más que aprobado
The Crew 2 puede sentirse un escalón por debajo a competidores de su género como los que mencionamos más arriba. Pero el trabajo de Ivory Tower es asombroso. Diseñar en gran escala los Estados Unidos y mostrar gran parte de sus principales territorios con un nivel de detalle que se destaca en lo que va del 2018. Es por eso también que los tiempos de carga pueden jugarle un tanto en contra, pero el trabajo de iluminación y contraste es muy bueno, y que se termina apreciando cuando utilizamos el Modo Foto.
Los autos son fieles representaciones a sus versiones reales, y la amplia gama de variedad de colores sumado a ciertos accesorios modificables le otorgan su grado de personalización ideal. La banda sonora me pareció bastante acertada, utilizando temas licenciados con algunas joyitas como The Black Keys, pero el repertorio puede sentirse corto y hasta repetitivo luego de varias horas de juego.
Conclusión
¿No te atraen lo suficiente los juegos de conducción pero siempre querés darle una chance? The Crew 2 es sencillamente el juego adecuado para vos, un título que se adapta tanto para los amateurs del género como para los que buscan desafíos complicados, con marcadores online que tientan a batir los records.
Con un atractivo visual bastante importante y una libertad de decisiones para poder competir y realizar las pruebas que desees, o sencillamente manejar libremente con el vehículo que más te guste, The Crew 2 es una caja de pandora que, si obvias algunos de sus defectos técnicos, te garantiza una buena cantidad de horas de diversión.