Continuista en su metodología pero con una temática lejos de lo ya planteado, House of Ashes aporta un terror más bestial y sci-fi.
Con el lanzamiento de House of Ashes, The Dark Pictures Anthology se ha posicionado como un interesante referente dentro de las aventuras interactivas de terror. Su debut fue con Man of Medan en 2019, una relato que nos introdujo en un misterioso barco de la Segunda Guerra Mundial abandonado, que si bien presentaba algunos aspectos interesantes tardaba mucho en arrancar y no tenía un amplio abanico de oportunidades.
Un año después arribó Little Hope, una historia apasionante que puso su eje en un pueblo abandonado, la caza de brujas y el tormentoso pasado de sus protagonistas, con un final completamente alucinante. Este segundo episodio logró corregir los errores de su debut y elevó la vara a nivel jugable.
Ahora le toca el turno a House of Ashes, un título sumamente continuista dentro de su estructura, con pequeñas innovaciones en la toma de decisiones, pero donde sí logra ofrecer un sabor diferente es en su planteo argumental: un terror mucho menos esotérico y más de acción y supervivencia, sin tantos misticismo aunque sí con varios interrogantes que terminan decantando en una atmosfera de tensión y asfixia.
Su ambientación también es bastante novedosa: los protagonistas son un grupo de soldados durante la guerra de Irak, que en búsqueda de las armas químicas de Saddam Hussein, se encuentran con un peligro sobrenatural.
Semper FI
Vengo jugando toda la saga de The Dark Pictures y Little Hope me dejó un gran sabor de boca. Por eso me intrigaba bastante cómo House of Ashes iba a mantener la calidad con una propuesta muy diferente a lo que arrojaron las dos primeras antologías.
El centro de la escena está puesta en el año 2003, durante el climax en el conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak. La invasión norteamericana en el país asiático ya es una realidad y las tropas están desde hace varios meses combatiendo.
Repitiendo el mismo esquema que sus predecesores, House of Ashes ofrece un prólogo ambientado, en esta ocasión, algunos miles de años en antes, para dar un poco más de contexto y sembrar un poco de misticismo al relato. Luego de esta introducción de algunos minutos, la acción se traslada al 2003, cuando el teniente Eric King – uno de los 5 personajes jugables – arriba a uno de los campamentos de avanzada para traer una nueva y peligrosa misión.
Según información que pudo recolectar con un arduo trabajo de investigación, cuenta con la locación exacta de unas instalaciones subterráneas que ocultas las siempre famosas y populares armas de destrucción masiva que supuestamente tenía Saddam Husein.
Estos primeros compases funcionan para familiarizarte con varios de los protagonistas de turno, para luego trasladar la acción hacia la zona de conflicto. Cuando el grupo comando arriba al perímetro recibe una emboscada del ejército iraquí para que, en medio del combate (producto de las explosiones y la batalla per se) el suelo terminé cediendo y los sobrevivientes terminan encerrados en un antiguo templo sumerio (que justamente es el que jugamos en el prólogo).
Esta transición es un punto muy marcado dentro de House of Ashes y es lo que comúnmente en el cine se le llama punto de no retorno. El eje del relato se convierte en una historia de acción bélica para transformarse en una aventura de terror, de corte de supervivencia, con muchas influencias a films como The Descent, Predator.
El grupo de protagonistas se verá acechado por peligrosas criaturas que pululan en la zona y son extremadamente letales. El desarrollo de House of Ashes oscila entre la supervivencia de estos soldados, y la inquietud por descubrir qué es lo que está sucediendo.
Una antigua expedición arqueológica en este templo nos ofrece la documentación necesaria para sumar más piezas a este rompecabezas, que como mencioné más arriba tiene menos misticismo que las 2 entregas anteriores, pero no por eso hay que quitarle merito. En líneas generales es el relato más prolijo y uniforme de todo The Dark Pictures, y sin tener el enorme final de Little Hope, nos regala enormes escenas cargadas de acción y tensión.
Eso sí, toda la tensión y terror que acumula en sus primeros actos se diluye con el paso de los minutos, cuando hay un enfoque 100% puesto en la acción y el “miedo” queda en un segundo plano. Ojo, continúa siendo una historia de terror, pero es otra perspectiva dentro del género.
Que los 5 protagonistas sean soldados de campo experimentados va a tono con el estilo que busca imprimir House of Ashes: la fidelidad, la valentía, el trabajo en equipo, el honor y el patriotismo son tópicos que se entrelazan entre los personajes. Un detalle que no mencioné dentro del quinteto de protagonistas es que el grupo está conformado por 4 soldados norteamericanos y un soldado iraquí. Dejar las diferencias a un lado y luchar por un bien común (el enemigo de mi enemigo es mi amigo) es algo que ronda en todo el juego, y claramente dependiendo de las decisiones que tomemos esta frágil alianza puede sellarse o fragmentarse con mucha facilidad.
Sin entrar en spoilers, esta historia vuelve a traer un interés romántico entre personajes, pero con varios giros de tuerca interesantes y que de hecho determina el destino de ellos en más de una oportunidad.
En cuanto a mecánicas y sistema de juego, The Dark Pictures Anthology ofrece una propuesta muy continuista, con un sistema segmentado en exploración, recolección de archivos, interacción con personajes y Quick Time Events, que se dividen en opciones de diálogo, toma de decisiones, apretar un botón en el momento indicado y hacer una secuencia de botones para mantener el pulso correcto. Si ya jugaste alguno de los anteriores títulos de la franquicia – o incluso Until Dawn – vas a estar familiarizado muy rápido con su ecuación.
El Curador vuelve a decir presente, ofreciendo ese marco narrativo entre capítulos del juego y por qué no, dejando una sutil ayuda en caso de que la necesitemos.
La duración mantiene la misma tónica. En alrededor de 4, 5 horas podremos dar una primera vuelta por esta historia, pero la rejugabilidad está a la orden del día. Además de conseguir todos los finales y bifurcaciones posibles, vuelve a incluir la “Versión del Curador” (solo para los que compren la versión completa), que nos deja jugar con diferentes personajes en el mismo timeline de la historia.
En esta oportunidad hay entornos mucho más abiertos y propensos a la exploración, pero si bien puede ser algo que se agradece lo limitado de los movimientos y lo tosco de algunos desplazamientos puede volverlo tedioso.
Otro aspecto no menor es que las cinemáticas son, en líneas generales, mucho más extensas que Man of Medan y Little Hope, y no todas las escenas cuentan con un guión prudente que sostenga varios minutos sin tener acción desde nuestra parte
Una de las sutiles innovaciones que ostenta House of Ashes es la ambigüedad de las decisiones, con un gran terreno gris en varios momentos, no solo los que demandan una respuesta de diálogo, sino una acción.
Por ejemplo, al comienzo de la historia, en medio de un tiroteo entre soldados yanquis e iraquíes, un civil se aleja del conflicto y el juego entra en un rápido QTE en el que tenemos la posibilidad de dispararle por la espalda. Matarlo o no hacer nada cambia bastante la personalidad de los personajes, y más avanzado en la aventura este tipo de decisiones pueden significar la vida o la muerte de uno de los protagonistas.
Dentro de las incorporaciones jugables contamos ahora con un selector de dificultades, que amplia o reduce el tiempo para llevar a cabo los QTE, que son principalmente los determinates excluyentes para la supervivencia de los personajes. Esta accesibilidad ofrece la oportunidad de no frustrarte por no apretar un botón y disfrutar de forma más “relajada” de la experiencia.
En lo que respecta a todo lo relacionado a su vertiente audiovisual, House of Ashes me deja con las mismas sensaciones que las 2 entregas anteriores. Hay una ligera mejora en la construcción de sus entornos y el detalle de cada uno de sus escenarios y el trabajo de Supermassive acá es notable. Logra crear una atmosfera opresiva y tensionante gracias a su gran manejo de la iluminación y la oscuridad en los intrincados pasillos de estas ruinas subterráneas.
En lo que respecta a aventuras interactivas, es una de las producciones con mejores gráficos de los últimos año. Sin embargo, el modelado de los personajes y en consecuencia sus expresiones, queda atrasado en comparación a todo lo que rodea a los mismos. Movimientos demasiado articulados y gestos que por momentos no condicen con lo que sucede en la escena pueden romper un poco con la inmersión.
Conclusión
Si ya venís jugando The Dark Pictures, House of Ashes es un soplo de aire fresco en cuanto a ambientación y recursos. La implementación de más apertura en las decisiones sigue aportando esa cuota de rejugabilidad, ya que es ahora es más desafiante que nunca la posibilidad de sobrevivir con los 5 protagonistas en una sola pasada.
El tipo de terror más terrenal que ofrece esta historia decanta demasiado en la acción por momentos, y el último tercio de su relato prioriza las armas y las explosiones que a sufrir sustos. Si las anteriores propuestas de The Dark Pictures no te gustaron por su estructura jugable, House of Ashes no viene a cambiarte la opinión.
Todavía queda una entrega más de esta “season one” (llamado The Devil In Me), y hasta el momento Suppermassive Games viene de menor a mayor con esta franquicia.