Solo 3 personas son los involucrados en The Last Campfire, un simpático relato atravesado por la exploración y puzzles.
Una de las cosas que más me gusta dentro del amplio universo de los videojuegos es la versatilidad que tienen las desarrolladores para coquetear y ambicionar con diferentes propuestas.
Hello Games se hizo mundialmente conocida por el lanzamiento de No Man’s Sky, un juego que a fuerza de trabajo y actualizaciones cambió sideralmente la pobre impresión de su debut.
Ahora una parcialidad de ese equipo, específicamente solo 3 personas, nos traen The Last Campfire, una contenida aventura de exploración y puzzles en el que los desafíos y la jugabilidad son una mera excusa para adentrarnos de lleno en una historia emotiva .
Encontrando las almas errantes
The Last Campfire nos sumerge en un oscuro mundo de fantasía, en el que tomamos el control de Ember, una entrañable personaje que despierta en este extraño lugar en el que habitan otras almas errantes, perdidas y sin rumbo en un colorido caos de armonía a nuestro alrededor.
Nuestra misión, a priori, es bastante sencilla y con una estructura que se repite de forma constante: en cada zona tendremos que encontrar y liberar a una determinada cantidad de almas para prender una hoguera y avanzar hacia la siguiente locación. Toda esta aventura es contada por una narradora que va sutilmente explicando lo que sucede, a veces de forma enigmática, con un estilo de literatura fantástica.
Encontrar a cada uno de estos personajes representa un puzzle que tenemos que resolver, todo orquestado en una exploración de territorios libre, con interacción de NPC y utilización de items para abrirnos paso.
Una particularidad de The Last Campfire se da antes de comenzar la aventura. Varias veces mencioné que estamos ante una aventura de puzzles, bueno, Hello Games ofrece la oportunidad de suprimir todos los puzzles del juego para dedicarnos únicamente a explorar y abocarnos a la trama de la historia. En este modo, mucho más sencillo y chato, una vez que encontramos a las almas perdidas automáticamente las reclutamos, sin tener que afrontar ningún desafío. Esta arista no suprime los puzzles de exploración en el entorno, pero de todas maneras la historia no es lo suficientemente potente como para prescindir de su vertiente de acertjios.
¿Cómo funcionan los puzzles? Nuevamente tenemos que liberar los que son de entorno como aquellos que funcionan para liberar almas. Los desafíos dentro del mapa general tiene otro tipo de dinámicas, en el que nos piden utilizar o determinado item o activar palancas o plataformas para avanzar.
Los puzzles con los que liberamos almas, son bastante versatiles y varían su estilo no solo depende de la zona en la que estemos explorando sino también en su forma de resolución. Su dificultad per se no es ascendente, en mayor o menor medida la complejidad de los rompecabezas es la misma y en mi experiencia no hubo alguno que sea realmente un parto insuperable.
En el modo de juego normal, no es requisito exlcuyente completar todos los desafíos para progresar de zona. De 8 en total por área, solo requerimos 4 como mínimo, el resto queda para completar el 100% del juego, algo que incluye también coleccionables.
Al momento de desmenuzar los puzzles, no hay nada que no hayamos visto en otros exponentes del género: desde abrir puertas con presión de botones, mover bloques de piedra, reflejar luces, mover caminos y escaleras, entre otros.
The Last Campfire se queda a mitad de camino en cada una de sus aristas. Dependiendo de cómo lo miremos, eso no es para nada malo, más si lo ponderamos como un título indie. La historia cumple, los puzzles son amenos con una nivel leve de desafío y artísticamente es simpático, con un atráctivo ligado al diseño de los personajes y no tanto al entramado de los escenarios. Sin embargo, la falta de ambición o vuelta de tuerca en las 2 primeras aristas (narrativa y jugablilidad) no terminar de llamar la atención lo suficiente como para destacarse en un rubro plagado de exponentes.
Con lo que más me quedó de esta experiencia es cada una de las personas con las que interactuamos nos presenta diferentes problemáticas o conflictos internos, con una especie de moraleja final. En el todo, su historia no termina de redondear, probablemente limitada por lo poco inspirada de su ambientación y lógica narrativa, pero estas pequeñas experiencias individuales de los diferentes npc y el camino que va trazando ember tiene su encanto.
Conclusión
Con The Last Campfire, Hello Games se coloca en las antípodas de lo que ambicionó con No Man’s Sky. Una aventura pequeña, contenida, que no nos demandará muchas habilidades para sortear sus desafíos sino que pretende que nos compenetremos con su historia, un relato que no termina de engancharnos ni pisar el acelerador en algún momento con giros interesantes.
Es una propuesta que no decae en ningún momento, con una duración que ronda las 8 horas, pero que tampoco nos deja algún recuerdo memorable de lo que todo lo que transitamos. Esa tibieza logra ese punto medio entre apostar a lo seguro y no ambicionar con alguna de sus aristas.