Team 17 nos regala para el aniversario número 21 de los gusanos más guerreros del mundo de los videojuegos, Worms WMD., una entrega que apuesta a la nostalgia y al formato clásico de la franquicia.
Para todos los que tuvieron la oportunidad de jugar Worms Armageddon (1999) y Worms Worlds Party (2001), descubrimos (la mayoría en nuestra infancia) las mejores entregas de la franquicia; no solo por la variedad de armas y posibilidades de customización, sino porque la esencia del juego estaba plasmada a la perfección.
Worms ha ido variando en sus formas a lo largo de los años y, con mayor o menor éxito, ha subsistido al paso de los años, incluso hubo incursiones en el 3D, logrando un enorme repudio por parte de los seguidores.
El 2016, los muchachos de Team 17 decidieron apostar a los elementos clásicos y estrenaron Worms WMD (Weapon of Mass Destruction), un título que presenta sus mayores fuertes en las raíces de este hermoso juego de estrategia por turnos, sumados a los pequeños nuevos elementos que le aportan una dosis (pequeña) de innovación.
Dentro de las grandes innovaciones encontramos la incorporación de vehículos: Tanques, helicópteros y hasta un robot bípedo nos ayudarán para conquistar la victoria.
Para los que no conocen el sistema del juego, el objetivo de Worms es eliminar a los gusanos enemigos, ubicados aleatorimente en un mapa que podemos modificar tanto en tamaños, formas y texturas. A nuestra disposición tenemos un nutrido arsenal de armas, que van desde granadas y escopetas, a una lluvia de meteoritos.
Comencemos por los puntos positivos. Worms WMD tiene una jugabilidad demasiado sencilla y a la vez adíctiva. El juego no va con vueltas y para los conocedores de la franquicia les bastará con pocos minutos de juego para adentrarse en la sencilla mecánica que ofrece. Dentro de las grandes innovaciones encontramos la incorporación de vehículos: Tanques, helicópteros y hasta un robot bípedo nos ayudarán para conquistar la victoria. Estos rodados resguardarán a nuestros gusanos pero seguirán recibiendo, en menor medida, daño por los impactos de las armas.
Otra de las grandes innovaciones es la incursión del crafting, un elemento que se volvió extremadamente popular con la llegada del Minecraft. Si habilitamos la opción antes de comenzar la partida, podremos ir encontrando objetos a lo largo del mapa que nos permitirán crear, con la cantidad correspondiente, power ups para las armas convencionales que ayudarán a derrotar a los enemigos.
Otra de las grandes innovaciones es la incursión del crafting. Si habilitamos la opción antes de comenzar la partida, podremos ir encontrando objetos que nos permitirán crear power ups para las armas convencionales que ayudarán a derrotar a los enemigos.
La posibilidad de gusanos en un mismo equipo es de 8, por lo que las partidas pueden volverse muy largas si aprendemos a atacar y defender en la justa medida.
A comienzos del juego, tendremos a disposición un amplio repertorio de customización para poder crear nuestro equipo de gusanos. Desde el nombre, hasta la voz que tienen nuestros soldados; podremos moldear al equipo a nuestro piacere, para poder lucirlos en el competititvo modo online, que es uno de sus puntos más fuertes.
Realmente es muy entretenido competir con amigos en pantalla dividida, pero enfrentarse a otros rivales de todo el mundo es un condimentos que las entregas de consolas anteriores no podían realizar. El buen funcionamiento de la red de búsqueda de partidas (un gran punto a favor para Team 17) permite encontrar rápidamente rivales; y la fluidez en las partidas es bastante buena.
Las armas son básicamente las mismas que disfrutamos de las entregas anteriores. El burro de homigón, la bomba Carpet o la anciana, vuelven para imponer justicia (o justicia divina, en caso de que usemos la granada Holy Hand). Hay algunos clásicos que no están, como el destructivo Jarron Ming, y solo tenemos 3 armas nuevas; quizás esta es una de las aristas más claras respecto al juego en sí; más allá de que el crafteo permite la diversidad en el armamento, no hay desde el vamos nuevos diseños.
Gráficamente Worms WMD es sencillamente impecable. Los escenarios son piezas de arte realizadas a mano con una cantidad de detalles realmente muy altas y , sumadas a las variadas animaciones de los gusanos, hacen de este juego uno de los más impecables a nivel visual de toda la saga.
Team 17 nos trajo nuevamente a nuestros gusanos favoritos y demuestran que la franquicia de Worms está más viva que nunca.
Al momento de detallar las falencias, encontramos dos grandes puntos negativos. El primero son los controles. Suena un poco contradictorio, ya que al comienzo de este análisis mencionamos que los viejos jugadores le agarrarán rápido la mano. Sin embargo, por momentos manejar a los distintos gusanos se vuelve muy tedioso, sumado a que el zoom y movimientos de las cámaras no acompaña en lo más mínimo. Cuando el tiempo comienza a agotarse, esta peligrosa combinación puede volverse un verdadero problema.
El segundo, es uno que viene acompañando a Worms en la mayoría de los títulos de la franquicia: la falta de un modo Un Jugador más solido. La campaña no nos resultará mucho problema terminarla y en pocas horas la habremos completado al 100%. Worms WMD apunta al multijugador, asi que si sos partidario de jugar en solitario, corres el riesgo de que el esta entrega te termine aburriendo.
Team 17 nos trajo nuevamente a nuestros gusanos favoritos, después de 21 años de su nacimiento, y demuestran que la franquicia de Worms está más viva que nunca. Es un juego que no viene con vueltas y arremete directamente a la acción. Una hermosa experiencia para disfrutar con amigos u online que nunca pasará de moda.